“El dato es el nuevo petróleo, es el primer activo de las empresas”

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Víctor Manuel Fernández / Imagen: Juan Márquez

El salto digital que han experimentado las empresas en los últimos años, más en concreto desde la pandemia para acá, ha traído consigo un aumento del interés por mejorar su seguridad a la hora de manejar esos datos. Algo imprescindible en opinión de Alberto Bellé y Fernando Maldonado, analistas principales de IDG Research.

Pero, además, ese salto digital ha cambiado el tipo de riesgos en opinión del primero de aquellos analistas. “El dato es el nuevo petróleo, es el primer activo de las empresas”, ha abundado. “Es algo que se ha constatado”. Lo cual lleva a la pregunta: “¿Se han actualizado las empresas, en particular las pymes?”. “Hay que determinar si están preparadas o no para ese salto. Más si tenemos cuenta que, en los últimos años, todas las empresas se han creado una dependencia del dato y dependen de él. Es más: dependen de que sea el adecuado y a su disposición cuando lo necesiten”.

Lo cual lleva, según Bellé, a una segunda y no menos importante pregunta: "Si está protegida frente a lo que le pueda pasar al dato; que no tiene por qué ser un ataque, pues también un error, un evento o una actuación en un lugar inadecuado. Es frente a eso para lo que tienen que estar preparadas”.

Retos en torno a los datos

Muchos y diversos en opinión de Fernando Maldonado. No debemos olvidar, y es algo que recuerda este analista, que el dato es uno de los principales activos de las empresas, “pero también es un pasivo. Lo es en el sentido de que tienen la responsabilidad de manejar datos sensibles para su negocio. De ahí su responsabilidad a la hora de protegerlos”.  

Sobre todo en una época en que lo ataques son cada vez más sofisticados. “Tecnologías como la Inteligencia Artificial generativa son capaces de generar máquinas de persuasión o de manipulación que, mediante una ingeniería social sofisticada, pueden provocar un grave problema a las empresas. Y ya hemos comprobado que los ataques se han vuelto cada vez más sofisticados; con ataques de ransomware que paralizan a las empresas con extorsiones de todo tipo”

Aunque los errores también pueden venir de la configuración de los mismos sistemas de las empresas, más si cabe con la adopción del Cloud como manera de trabajar. “En este sentido, la seguridad es también compartida con el proveedor, lo que puede conducir a errores humanos por parte de los mismos empleados. ¿Por qué? Es muy sencillo: cada vez manejan datos más sensibles de sus clientes y no son pocas las ocasiones que los comparten con un tercero. Basta con un simple Excel; sin darse cuenta de que en esas columnas hay mucha información del cliente y es información de una pyme que está en riesgo, porque no sabemos en qué otras manos pueden acabar o dónde puede llegar ese Excel”, abunda Fernando Maldonado.

Soluciones

“El dato ya no es una cuesta de máquinas, sino también de personas. Por consiguiente, es hora de formar al empleado y de informarle de políticas de seguridad de mejores prácticas para el trabajo en la oficina, en casa, con terceros, etc. Así sabrá qué hacer cuando ocurra algo”.

Alberto Bellé determina estas tres soluciones para afrontar el escenario descrito hasta ahora: saber que datos son críticos y cuáles no, formación del empleado y tener capacidad de respuesta.

“Por eso es imprescindible contar con plan de evaluación del riesgo para responder lo antes posible a un empleado, Eso para por formar e informar tanto al empleado como a colaboradores y socios sobre qué hacer y qué no hacer para que pase, o si pasa de qué manera afrontar la situación planteada”.

El valor del Canal

En este punto, Fernando Maldonado quiere insistir en la importancia de la formación y concienciación de los empleados de una empresa a la hora de manejar datos. Algo que corresponde al Canal como la figura adecuada para gestionar los negocios y procesos de una pyme. “Es vital su papel en su educación para saber cómo responder a una situación de riesgo”, concreta Maldonado”.

De ahí la resiliencia que sea capaz de demostrar la pyme en un entorno inseguro. “Ya no es un ataque, sino también tiene que ver con su propia continuidad de negocio. Aquí el canal puede ayudar mucho a las pymes a identificar qué partes del negocio, de sus datos o de su infraestructura son esenciales recuperar la actividad lo más rápido posible frente a un ataque o un evento adverso para sus intereses. En definitiva, se trata de ayudarlas a tener una recuperación funcional en caso de que surja algún problema”.

Lo que pasa, en su opinión, por establecer prioridades. “Ahí el partner es esencial a la hora de identifica, entender y conocer las mejores prácticas de las empresas. Para eso cuenta con la experiencia de lo que ocurre o ha ocurrido en otras para ayudar en cada caso concreto”, prosigue Maldonado.  

Y sin olvidar, como bien quiere recordar, el entorno y su evolución, pues estamos hablando de algo dinámico; a lo que hay que añadir la propia evolución de los “malos”. “Todo esto cambia a una velocidad de vértigo, y el partner tiene que ser capaz de evolucionar para proporcionar siempre el nivel de protección adecuada, que será distinto según el perfil de cada compañía y los riesgos que puede asumir. En consecuencia, el suyo es un papel fundamental en esta tesitura”, concluye.