2023: aprendiendo a lidiar con la permacrisis

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Víctor Manuel Fernández / Imagen: Juan Márquez

2023 está a punto de acabar, y es tiempo de analizar qué ha pasado durante este año. Un año plagado de tecnologías, innovaciones y servicios que están cambiando la manera de trabajar de las empresas. De ahí que hayamos recurrido a Alberto Bellé y Fernando Maldonado, analistas principales de IDG Research.

Y el mensaje que ambos analistas quieren trasmitir es que 2023 ha sido el año de la permacrisis, o lo que es lo mismo: un periodo prolongado de inseguridad e inestabilidad, tal y como explica Alberto Bellé. En su opinión, “si aterrizamos este concepto en términos de TI, nos encontramos con una inestabilidad importante en la cadena de suministros. Es cierto que vivimos una época de inflación alta, pero los costes no bajan. De ahí que la inflación como actor y la permacrisis como escenario hayan venido para quedarse”.

El estado de los proveedores

Un mercado que tienen que vadear los proveedores. Y ahí está el quid de la cuestión. “Si recordamos cómo empezó el año, en ese momento estábamos ante un escenario caracterizado por ajustes en la oferta con consecuencias en forma de despedidos con porcentajes significativos que han afectado de manera a las plantillas de dichos proveedores; ajustes que se han repetido al menos dos veces a lo largo del año. Ajustes que se han atribuido al boom de la aceleración digital provocado por la pandemia y que, con la vuelta a la oficina, a los entornos físicos, había dado lugar a un sobredimensionamiento de las expectativas generadas por esa aceleración digital”, aclara Fernando Maldonado.

Aparte de ese sobredimensionamiento, este analista quiere destacar un cambio en el patrón de compra de los clientes. “Se han visto en la necesidad de optimizar su manera de trabajar, lo que las ha llevado a lidiar con y esto ha llevado incluso a cambios en los ciclos de vida de los productos y utilidades que compran. Esto, como es lógico, conlleva un ajuste todavía más fino en los proveedores. Así que, si tuviera que dar un titular de lo que ha pasado, sería que en 2023 ha habido un ajuste más grande su cabe en las plantillas de los proveedores”, argumenta.

El papel de la tecnología

El advenimiento de tecnologías como la inteligencia artificial generativa, en particular ha absorbido una parte de la innovación. “Ha sido la gran protagonista, la que está en el centro de toda las conversaciones, pues sus expectativas son ilimitadas. De ahí que ahora nos encontremos en la parte alta de la curva. Quien más quien menos te vende que todo es posible gracias a la inteligencia artificial, perfecto. Ahora hay que aterrizar todo esto en la realidad para determinar cuál es el valor real que tiene para el cliente, cómo se monetiza, qué necesita, qué se hace con sus datos, etc. En suma, expectativas que hay que ajustara para comprobar su alcance real. Sin lugar a dudas, 2023 ha sido el año de la generación de expectativas de la IA en general y de la generativa en particular”, advierte Alberto Bellé

El papel del mercado

En la entrega del mes pasado, estos dos analistas hicieron hincapié en el papel de regulación sobre el mundo tecnológico, algo que en 2023 hemos podido ver en toda su dimensión. “La regulación va adquiriendo cada vez más protagonismo, y lo hace en dos sentidos: por un lado, está entrando uno es que estamos viendo que está entrando en la parte competitiva de las empresas. Por ejemplo, las grandes tecnológicas están empezando a tener comportamientos de abuso de posición dominante, lo cual va a tener consecuencias a largo plazo. Y luego está el hecho de que cada vez se regula más, se regulan más cosas, de tal manera que afecta cada día más a tecnologías como la inteligencia artificial, cloud, etcétera. Además, lo que estamos viendo es que estas regulaciones no sólo provienen del ámbito tecnológico, sino también provienen del de sostenibilidad. Tanto análisis de datos obliga a las empresas a destinar cada vez más recursos al reporting de los datos, que no para de crecer”, argumenta Fernando Maldonado.

Seguridad; la gran protagonista del año

Sin duda, la gran protagonista del año. Y la razón es sencilla: “Cada vez estamos más digitalizados y expuestos.  Sin embargo, la concienciación de la seguridad y la protección van más despacio que el ritmo de digitalización. Esto hace que la pericia de los atacantes sea tal que son capaces de concebir un escalado de extorsiones, pues con el ransomware cada vez se pueden hacer más cosas. A esto hay que unir que este año se ha registrado un aumento notorio de los ataques a los componentes de software de las empresas. Si atacas uno, contaminas todas las implicaciones en las que trabaja. En síntesis, cada vez hay niveles de agresión y ataques que entran en la propia cadena del software”, advierte ahora Alberto Bellé.

Podrá leer el resto del análisis en nuestro próximo número.