Discos duros portátiles, seguridad y funcionalidad

Almacenamiento externo Firewire y USB 2.0

Las empresas aseguradoras son el más claro ejemplo del fructífero negocio que supone ofrecer una seria y eficiente garantía de servicios ante cualquier imprevisto.
Y no es para menos, la vida en esta alocada sociedad exige una serie de medidas preventivas, para que, en el caso de que se produzca una tragedia, ya sea un accidente laboral o de tráfico, un robo, actos de sabotaje o, incluso, una catástrofe natural, el mundo no se nos venga encima por la falta de recursos con los que poder volver rápidamente a un estado de normalidad similar al del instante anterior al inesperado y aciago suceso. Si una gran mayoría de los ciudadanos tiene perfectamente asumidas estas reglas del juego, entonces por qué razón no ponemos el mismo empeño en asegurar nuestra información digital, la verdadera razón de ser de todo el entramado informático y comunicativo en el estamos constantemente inmersos.

Poco a poco, los usuarios de las distintas herramientas informáticas se van concienciando del verdadero valor que representa la información digital que generan o manejan en sus quehaceres diarios. Desde las grandes bases de datos relacionales de las corporaciones hasta un simple documento de texto con los apuntes del trimestre, son datos cuya pérdida o irreparable deterioro provocaría la desesperación de muchos, y en otras ocasiones, el puesto a más de un ingenuo y confiado responsable informático. A la postre, estamos hablando de productividad, y nadie en su sano juicio permite que se tire por la borda todo el trabajo realizado en un día, semana o mes, ya sea el de un simple trabajador o particular, o, peor aún, el de todo un grupo de trabajo o departamento.
Sin embargo, a pesar de las múltiples ocasiones que en esta misma publicación hemos expuesto los innumerables y diversificados riegos a los que está constantemente expuesta la valiosa información digital contenida en los distintos sistemas informáticos, hay quienes todavía no se dan por aludidos y siguen haciendo caso omiso de las más elementales recomendaciones para su salvaguarda. Es más, después de innumerables advertencias y recomendaciones, la mayor parte de los usuarios, tanto corporativos como domésticos, no se toman demasiado en serio la realización de copias de seguridad de los archivos más importantes de nuestro sistema hasta que ocurre la irremediable tragedia: la pérdida de toda esa valiosa información sin posibilidad de recuperación alguna. Lamentablemente, después de sufrir uno de estos inoportunos accidentes, estos mismos usuarios se muestran más receptivos a la adopción de políticas y procedimientos para la realización de copias de seguridad.
Deseamos y esperamos que no tenga que ocurrir un inesperado suceso de estas características para que, de una vez por todas, su cliente se decida por la implementación de una solución que permita proteger su información digital. Sin embargo, hay quienes tan sólo aprenden a base de palos. Pues nada, más tarde o más temprano acabarán arrepintiéndose de su atrevida y osada conducta. Ya se sabe, “nunca pasa nada, hasta que verdaderamente pasa”. Cuando esto ocurre, de nada sirven las lamentaciones, y mucho menos los desesperados intentos por recuperar la información perdida, cuando “misteriosamente” el archivo del proyecto de fin de carrera desaparece de nuestro disco duro o un malicioso virus inutiliza por completo nuestro ordenador, por poner ejemplos tan frecuentes como representativos.

Una necesidad, múltiples soluciones
Obviamente, las soluciones que ofrece el mercado en este sentido se extienden mucho más allá de lo que muchos usuarios puedan alcanzar a imaginar. Asimismo, resulta bastante obvio imaginar que no se deben utilizar las mimas herramientas para hacer una copia de seguridad del disco duro de nuestro ordenador personal, que para una base de datos relacional de miles de gigabytes en constante crecimiento y permanente funcionamiento. Por esta razón, los numerosos fabricantes cuentan con un amplio repertorio de soluciones en el mercado, donde prácticamente existe un tipo de solución para cada problema en concreto. Así, por ejemplo, para la realización de copias de seguridad en los medianos y grandes entornos corporativos, tenemos las costosa y sofisticadas soluciones NAS (Network Attached Storage) o SAN (Storage Area Network), con las que garantizar la seguridad y disponibilidad de la información digital. Asimismo, y en entornos algo menos exigentes, cuando además de seguridad se requiera también una alta disponibilidad las soluciones RAID por hardware son una de las opciones más recomendables. En estos mismos, entornos las tareas de copia de seguridad suelen recaer en dispositivos de cinta de alta capacidad, de los cuales existen igualmente un sin fin de tecnologías y prestaciones.
Por último, cuando nos adentramos en el terreno de los usuarios profesionales y domésticos, las opciones se diversifican todavía más, debido a heterogeneidad que caracteriza a esta clase de usuarios. Así, resulta difícil saber con certeza las necesidades de almacenamiento que pueda tener un determinado usuario. Los habrá que tan sólo se limiten a jugar o a navegar por la red y que , por consiguiente, apenas generen archivos que merezca la pena conservar, cuestión que hace prácticamente innecesaria la presencia de un dispositivo de almacenamiento de seguridad. Asimismo, los amantes del MP3 tendrán más que suficiente con una buena grabadora/regrabadora de CD, con la que crear sus propios Compact Disc de audio. Sin embargo, para quienes hagan un uso algo más profesional de su ordenador personal, unos más que otros, su disco duro albergará información que no querrán perder por nada del mundo, y por tanto, necesitarán un sistema que sea capaz de almacenar y conservar de forma segura dichos archivos.

Unidades de disco portátiles: máxima funcionalidad y sencillez
A pesar de la relativa escasa importancia que se otorga a la información contenida en los equipos dirigidos al sector más comercial de la informática, no es menos cierto que cada vez son más los usuarios domésticos y profesionales que confían buena parte de la seguridad de sus datos a dispositivos de almacenamiento auxiliares de elevadas prestaciones y extremada sencillez de uso, dejando para otros menesteres más lúdicos la utilización del los populares formatos ópticos. Es decir, mientras los usuarios domésticos emplean los soportes y unidades ópticas para realizar indiscriminadamente cientos de copias de juegos y aplicaciones informáticas, otra creciente mayoría de usuarios encuentran en las modernas unidades de disco duro externas dotadas de conexiones IEEE 1394 (Firewire) o USB 2.0 una inmejorable solución como dispositivo de almacenamiento para la confección de todo tipo copias de seguridad (backup).
Independientemente de las diferentes medidas y tecnologías adoptadas por los distintos fabricantes para lograr la máxima fiabilidad de las unidades de disco duro, hace ya bastante tiempo que en las empresas la cuestión de las copias de seguridad pasó, de ser una mera labor rutinaria, a ser uno de los procesos en el cual se ven afectados buena parte de los recursos del sistema. Igualmente, no hay usuario doméstico o profesional, por experto que se considere, que por no molestarse y perder medio minuto en hacer una simple copia en un disquete de su trabajo, no haya perdido un valioso documento que ha debido de rehacer de nuevo a base de hor

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