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Luis Pardo (AMETIC): "España ya está en posición de exportar tecnología cuántica"

El nuevo director general de la patronal repasa el estado actual del sector TIC en clave de avance, productividad y competitividad para España y Europa.

Luis Pardo, AMETIC
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Mario Moreno/ Imagen: Juan Márquez

El pasado mes de mayo se produjo el desembarco de Luis Pardo en la dirección general de AMETIC en sustitución de Francisco Hortigüela. El directivo, que suma ya varios años en la patronal, los últimos en el comité ejecutivo, es todo un veterano del sector TIC, destacando su actividad en Sage Iberia durante más de dos décadas. Ahora, asume buena parte del liderazgo de una asociación que está en pleno proceso interno de transformación –acaba de cumplir 50 años- y que quiere conformarse como la más importante de España y de Europa a través de la consecución de distintos pactos gubernamentales y afianzando la relevancia de las TIC en el tejido productivo y económico que, a nivel local, ya aportan más del 22% del PIB.

 

¿Cómo han sido los primeros meses en la dirección general de AMETIC? ¿Qué objetivos se marca?

Ha sido un aterrizaje muy natural para mí. Primero porque llevo muchos años en la asociación, desde el año 2020 en el comité ejecutivo, además de en la junta directiva. Por tanto es una casa que conozco desde los inicios y que aprecio muchísimo porque el asociacionismo es algo muy importante. Tenemos que hacer mucho más en Europa, y en España en concreto. AMETIC, como siempre, ha ido transformándose. Sin ir más lejos, en este año celebramos el 50 aniversario, y este es el mejor aval de un proceso de transformación que se ha cumplido en ciclos durante varios ejercicios. Empezamos en la era de la electrónica, luego pasamos a la de la informática y ahora estamos en la de la digitalización y la Industria 4.0. De este modo, la patronal ha ido cambiando sus iniciativas y prioridades al ritmo del mercado. De hecho, somos un impulsor de todo este cambio.

En esta nueva etapa, tenemos cinco pilares muy estratégicos. Desde luego, acompañar en todos los fondos europeos a nuestros socios y a todo el sector es muy importante. Es un tren que solo pasa una vez. Por supuesto, apalancarnos en nuevas oportunidades que van a ser críticas para el país, como las tecnologías cuánticas, inteligencia artificial (IA), ciberseguridad y otros campos. Estos van a ser claves para nuestra competitividad como España. En tercer lugar, acompañar a nuestros socios en esta transformación digital. Algunos están más avanzados que otros. Aquí la colaboración público-privada es esencial. Todos tenemos que ir más rápido, pero de una forma sólida, con una dirección y con esa colaboración en la que exista este triángulo mágico de empresas, administraciones públicas y centros tecnológicos, universidades, etc. En cuarto lugar, tenemos que ser muy propositivos con los diferentes gobiernos. Proponer cómo vamos a avanzar juntos, y vamos a seguir haciéndolo igual que hicimos anteriormente con proyectos tractores o vicepresidencias para que el país tenga cada vez más peso la industria digital. Por último, aunque para mí es lo más importante, están las personas; cómo se adaptan a esta transformación. Y esto tiene que ver con la formación y la educación.

 

En su primer encuentro con la prensa como director general, habló también de retos internos como ganar más asociados de otro tipo de industrias, ser la patronal tecnológica más importante de Europa o afianzar la relación con parques y centros tecnológicos, entre otros.

Nos marcamos cinco objetivos. Queremos captar más socios que no vienen de una forma tan tradicional del sector tecnológico. Es cierto que las industrias más transversales están adoptando la tecnología como core de su negocio. De hecho, hemos visto pivotar a muchas empresas, por ejemplo, de la parte legal a legal tech, del área financiera a fintech… Vemos cómo la parte tech se incorpora a industrias más tradicionales y es importante acercarse a ellas para explicar los beneficios que puede tener sumarse a una patronal que las puede representar. También buscamos la fidelización de los propios socios y de nuestros servicios, con ese acompañamiento que brindamos. En tercer lugar, queremos cumplir nuestros objetivos estratégicos, tanto españoles como europeos. Tenemos que tener un buen alineamiento y acompañar, en este caso a la Administración Pública, junto con nuestros socios. El cuarto tiene que ver con la innovación. Queremos fomentarla mucho más, crear ecosistemas de cooperación. Esto era impensable hace 10 años; los competidores casi ni hablaban entre ellos. Hoy en día, se pueden sentar en la misma mesa. Por último, hablamos del cambio cultural. Tiene que ver con la forma de pensar y trabajar. La digitalización no va de mover el mundo analógico al digital, sino que supone otra forma de pensar y actuar. Que realmente estén integradas las tecnologías que nos complementan, y no nos sustituyen, para poder avanzar en cómo nos comunicamos, procedimentamos la información, etc. Antes, las decisiones se tomaban en base a la experiencia, y ahora en base a los datos y a la IA, por lo que tenemos que aprender a convivir con ello. 

 

¿Y cómo conviven y se comunican las distintas patronales tecnológicas del país? De hecho, asume la dirección general en un momento de crecimiento para AMETIC. Sin embargo, hace unos años vivió una importante crisis con la salida de muchas empresas, la mayoría telcos.

Nuestro presidente –Pedro Mier– explicó en mayo que ha habido tres etapas desde que él asumió el cargo. La primera fue la de asegurar los cimientos en referencia a aquel suceso. En 2017 algunas empresas de telco crearon su propia asociación para estar representadas en su nicho. AMETIC ha seguido siempre con la misma filosofía, la de representar al macrosector TIC. Somos la patronal más antigua, más grande y más representativa, porque abrazamos a cualquier tipo de empresa, ya sea de telecomunicaciones, de componentes electrónicos, aeronáutica, desarrollo de software… y también de todos los tamaños, desde micropymes hasta grandes corporaciones. En este sentido, no hemos cambiado. Pero sí es cierto que hubo un momento de consolidación tras la salida de ese grupo, luego otro de mucho crecimiento durante más de cuatro años, y ahora estamos en una etapa de transformación.

 

 

"Somos la patronal más antigua, más grande y más representativa del sector TIC"

 

 

En la interlocución con el Gobierno, AMETIC trabaja en tres grandes pactos de estado en materia de industrialización, innovación y educación.

Hay dos que no son nuevos, los de reindustrialización e innovación. Los solicitamos en 2019, con una voz muy firme. De hecho, una de las cosas que pedíamos ya antes es que hubiera una vicepresidencia que tuviera digitalización, innovación y reindustrialización. Ya hay una vicepresidencia de economía y digitalización, por lo que, digamos, una de esas solicitudes ha funcionado. De hecho, ese mismo año solicitamos unos macroproyectos tractores de país, que el mismo Gobierno ha reconocido en los PERTE. Ahora pedimos volver otra vez hacia la reindustrialización y hacia la innovación. Hemos conseguido una nueva Ley de Industria potente que va a buscar un tejido más sólido, firme y capilar dentro de todo el territorio español y que fortalezca a Europa. En cuanto a innovación, no solo hablamos de I+D+I, que también, y nuestra ambición es del 3%, y ahora estamos en el 1,4%, por lo que hay que seguir avanzando. Pero queremos innovación con mayúsculas en los territorios. El conocimiento y la información son globales, pero la innovación, que es productividad y economía, se produce en los territorios. Y hay que tener un pacto de estado a largo plazo. Hemos apostado por la importancia de tener el talento para que toda esa transformación sea competitiva, sólida y resiliente. Para ello tiene que haber un pacto de estado que sobrepase a las legislaturas y a la educación primaria, secundaria, bachillerato... Además, todas las empresas deben saber reciclar todo ese talento. Tenemos que pensar en la mal llamada tercera edad, que necesita adquirir nuevas capacidades para seguir en el mercado laboral.

 

Según datos de la patronal, el sector TIC facturó en 2021, 115.000 millones de euros, un 5,2% más que en el año anterior, y en 2022, 122.000 millones, un 5,1% más. ¿Cómo valora las cifras?

Es un sector que continúa aportando facturación. Todo esto conlleva otros efectos, como la creación de empresas. Ahora mismo hay más de 38.000 con beneficios y más de 676.000 personas trabajando. Además, son empleos de calidad y estables, por lo que las cifras son muy buenas. Me gustaría destacar que la economía digital ya supone más del 22% del PIB del país.

 

¿Cómo debe ir creciendo el peso de la economía digital en el PIB?

Para nosotros es importante estar acompasados con el mundo y mejorar nuestras posiciones. En el Índice DESI estamos en la séptima posición de Europa. Hemos demostrado muchos avances en los últimos años, desde el puesto 14 al actual. Estamos por delante de países como Francia, Italia y Alemania, pero hay camino por recorrer. Hay que recordar que cuando se crearon los Fondos Next Generation (EU), de los 750.000 millones de euros, 140.000 se destinaron a España. Este es un gran dato, porque supone una apuesta para reconstruir y transformar la economía y que se genere un nuevo tejido productivo. Por lo tanto, tenemos una muy buena oportunidad.

 

 

"AMETIC ha sido un impulsor del paso de la era de la electrónica a la de la digitalización y la Industria 4.0."

 

 

Hace relativamente poco, Bruselas lanzó un aviso de que el país corría el riesgo, sobre todo en lo referente al Kit Digital, de que no se ejecutaran todos los fondos.

Lo más difícil es la ejecución, y no solo en España. Primero porque nunca ha habido una cantidad tan ingente de inversión, y las estructuras de cada país se han tenido que adaptar. Pero, efectivamente, Bruselas está pidiendo una mejora en las estructuras de gobernanza para el aterrizaje de ese dinero en los planes estratégicos.

 

Mediante el PERTE Chip, dotado de 12.500 millones de euros, grandes jugadores como Cisco e Intel están apostando por crear centros de diseño y fabricación en España. ¿Qué le falta al país para ser punta de lanza europea en este segmento? Un estudio interno dice que el talento puede ser el factor decisivo.

Este es el segundo PERTE más dotado de los 12 vigentes. Es una apuesta, además, muy importante en Europa, con prioridad estratégica. España puede jugar tanto en diseño e investigación como en ensamblaje y fabricación de chips, que son las áreas donde está la inversión. De hecho, ya hay muchas empresas que están trabajando en ello. Además, hay otros fabricantes que pueden sumarse a todo esto. Por ejemplo, una compañía que se dedica a la fabricación de electrodomésticos, conociendo las oportunidades de este PERTE, puede acabar cooperando o bien diseñando internamente esos chips. El campo de oportunidad se amplía. ¿Qué no lleva chips hoy en día? Es un pilar estratégico de referencia.

 

El siguiente paso que está dando el sector pasa por los chips para la IA generativa. ¿Cuál será el rol de Europa, y de España, en esta estrategia?

Europa tiene mucho que decir en ambas tecnologías, tanto en chips como en IA. El continente tiene solo el 7% de las patentes de IA a nivel mundial. Estamos regulando para dar la confianza al sistema, y España está siendo pionera. Luego, en cuanto a chips, Europa quiere pasar de fabricar el 10%, al 20%. Y aquí hay una oportunidad para todos los fabricantes. Hay que recordar que algunos son ya europeos y hay que apuntalar nuestras fortalezas.

 

¿Se llegará a lanzar la ley de inteligencia artificial (AI Act) durante la presidencia española del Consejo de la UE?

Es la intención. Se están dando pasos agigantados. De hecho, hemos sido pioneros en hacer un sandboxing de todo esto. Pero, también se estimaba que en la presidencia anterior, que correspondió a Suecia, se acabara la parte de Data Act y no se ha hecho. Algo que nosotros hemos recogido. Pero todo va en buen camino, y el país está trabajando muy bien.

 

El Departamento de Estado de Estados Unidos ha realizado un informe que asegura que la AI Act puede degenerar en problemas de competencia y que parece solo destinada a que las grandes tecnológicas desarrollen el ecosistema.

Yo creo que lo que primero busca la legislación es la igualdad. Y un algoritmo que dé certeza de que esto es una IA certificada que está dentro de los valores de la sociedad y que se utiliza para hacer el bien. No dice que no se puede usar una IA, sino que hay que usar una que esté avalada por un organismo. Si lo ves desde el punto de vista del consumidor final, este tiene derecho a saber si lo que está utilizando viene de la IA. No puede estar engañado. También tiene que conservar los derechos de autor. Hay muchos campos en los que se está trabajando muy bien, y eso hay que reconocerlo. Muchas veces hablamos de la regulación de forma peyorativa, pero yo la veo desde un punto de vista positivo, que lo que aporta es confianza al sistema, a las empresas y al ciudadano. La confianza genera evolución, riqueza y empleo. Hay que recordar también que cuando sacamos el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, de sus siglas inglesas) Estados Unidos no estaba en la misma línea, y ahora está adaptando su ley de protección de datos a Europa.

 

 

"Los fondos europeos suponen una apuesta para reconstruir y transformar la economía y que se genere un nuevo tejido productivo"

 

 

La regulación europea, con sus dos nuevos documentos, la DSA y la DMA, busca crear hiperescalares locales. ¿Es algo imposible?

No, aunque es difícil. Para eso tenemos que trabajar en una Europa cada vez menos fragmentada y más estandarizada. Lo que se busca es que sea fácil hacer negocios entre países que no hablan el mismo idioma, con diferentes tipos de fragmentación gubernamental. Para los temas importantes debemos buscar la homogeneización y la armonización. Así seremos más potentes.

 

Otra de las grandes tecnologías del momento es la computación cuántica. ¿España puede ser punta de lanza en su desarrollo? ¿Qué hay de tangible en esta tecnología a día de hoy?

Esta es una de las grandes revoluciones. Y podemos decir con orgullo que España ha sido uno de los primeros países en recoger esta oportunidad. Hay grandes proyectos, y tenemos diferentes clústers. Por cierto, el grupo más importante en tecnología cuántica está en AMETIC, que se creó hace ya seis años. También tenemos que aprovechar los PERTE para trabajar en el ecosistema. Es cierto que esta tecnología está aún en el pico del iceberg; es decir, en desarrollo. Lo primero que hay que hacer es explicar para qué la pueden utilizar las compañías. Hemos pasado del campo de la matemática al de la matemática y la física, lo que requiere también de talento. Tenemos una gran oportunidad y nosotros queremos fomentar que las organizaciones que ya están desarrollando y produciendo casos de uso puedan trasladarlos a los diferentes sectores. Los campos son muy amplios y van a evolucionar. Por ejemplo, en todas las reglas de la ciberseguridad. La ciberseguridad será cuántica sí o sí. Pero ahora hay que ‘evangelizar’ para que el mundo conozca esta oportunidad. Y todo ello con una visión internacional. España ya está en posición de exportar tecnología cuántica.

 

Una de las grandes polémicas de los últimos meses pasa por la petición de las telcos de compartir los costes de red con los grandes jugadores de Internet. ¿Cuál es la visión al respecto de AMETIC?

Nosotros defendemos el acercamiento de posturas. No es un tema de posicionamiento, sino que tiene que ser de win-win. Fomentamos foros para que se hablen. Cuando se incentiva una regulación solo desde el punto de vista de un sector sin contar con las necesidades del otro, se comete un error. Hay que entender las dos posiciones. Veo una solución temprana.

 

Por último, otro debate en el que la patronal se ha posicionado es el intento de veto de la Comisión Europea (CE) a las redes 5G de jugadores chinos como Huawei y ZTE, denominados por la misma como “de gran riesgo”.

Un informe de la Oficina de la Dirección Estratégica del Gobierno de España habla de reconfigurar las relaciones a todos los niveles comerciales con China. Europa también depende de China, y cuando hablamos de la soberanía estratégica lo hacemos de un modo ‘abierto’. Algo que ya ha dicho Von der Leyen -presidenta de la CE-, y que estamos replicando. Pensar que Europa puede autoabastecerse de todo no es correcto. Por ejemplo, en materiales como el magnesio, el litio y el boro dependemos a más de un 90% de países como Chile, China y Turquía. Y son materiales indispensables para fabricar componentes que va a necesitar la industria tecnológica. Hay que mejorar todas esas relaciones comerciales.

 



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