La formación debe transformar la empresa
La formación que se imparte a los trabajadores de una empresa debe conseguir una transformación en el entorno laboral ya que, en caso contrario, caería en saco roto. Así al menos se desprende de las las conclusiones del XII Symposium de Formación, organizado por las Cámaras de Comercio, que se ha celebrado recientemente en la ciudad manchega de Toledo.
Según se ha puesto de manifiesto durante estas jornadas, la planificación de la formación es un elemento clave para el éxito de los resultados. Además, la formación en la empresa tiene que ser concebida por los empresarios como una herramienta integral y continua enfocada al rendimiento global. Dicho de otro modo, los reunidos en este simposio creen que la formación de los trabajadores debe dejar de ser vista como un gasto.
Sin embargo, también se ha reclamado la implicación de los propios empleados, que deben participar en su formación, renunciando si fuera preciso a parte de su tiempo libre en pro del desarrollo de sus competencias.
En definitiva, la formación, se apuntaba en las conclusiones, aporta valor en una doble dirección: aumenta la competitividad de la empresa y mejora la cualificación curricular del individuo.
En las conclusiones también se ha hecho hincapié en la necesidad de aunar esfuerzos entre empresas, enseñanza primaria, secundaria y universitaria para que los estudiantes contemplen la opción del autoempleo o la creación de empresas como una posibilidad real de salida laboral. Además, es necesario involucrar a las empresas como complemento necesario de la formación de los estudiantes.
Pero, además de la formación, los 150 directores de formación y recursos humanos de grandes empresas, profesores de formación profesional y responsables del área tanto de las Cámaras de Comercio como de distintas instituciones y organismos también han remarcado la importancia de la digitalización de la economía. Así, se considera que las empresas deben apoyarse en la administración para que se deje de ver “lo digital” como una barrera, debido a la resistencia al cambio que todavía existe entre muchos trabajadores. Para ello, es necesario asumir el reto de lograr una formación que acerque las nuevas tecnologías a todas las empresas.
Sin embargo, también se ha reclamado la implicación de los propios empleados, que deben participar en su formación, renunciando si fuera preciso a parte de su tiempo libre en pro del desarrollo de sus competencias.
En definitiva, la formación, se apuntaba en las conclusiones, aporta valor en una doble dirección: aumenta la competitividad de la empresa y mejora la cualificación curricular del individuo.
En las conclusiones también se ha hecho hincapié en la necesidad de aunar esfuerzos entre empresas, enseñanza primaria, secundaria y universitaria para que los estudiantes contemplen la opción del autoempleo o la creación de empresas como una posibilidad real de salida laboral. Además, es necesario involucrar a las empresas como complemento necesario de la formación de los estudiantes.
Pero, además de la formación, los 150 directores de formación y recursos humanos de grandes empresas, profesores de formación profesional y responsables del área tanto de las Cámaras de Comercio como de distintas instituciones y organismos también han remarcado la importancia de la digitalización de la economía. Así, se considera que las empresas deben apoyarse en la administración para que se deje de ver “lo digital” como una barrera, debido a la resistencia al cambio que todavía existe entre muchos trabajadores. Para ello, es necesario asumir el reto de lograr una formación que acerque las nuevas tecnologías a todas las empresas.
