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Los países de la Unión Europea deberían tener una única regulación de comercio electrónico

Ésta es la conclusión a la que ha llegado un portavoz de la Comisión Europea que, además, afirma que la globalización del comercio electrónico está provocando rápidos cambios en el mercado, lo que permite a los negocios evadir las normas actuales.

Para conseguir una buena regulación, las leyes de cada país en materia de comercio electrónico deberían estar armonizadas, con el fin de que no haya problemas a la hora de cumplirlas en un mercado como éste, que no tiene fronteras. Normalmente, la actuación de los gobiernos es demasiado lenta a la hora de cambiar y lograr unas leyes, según afirmó Timothy Fenoulhet, de la Dirección General XIII de la Comisión Europea, durante el eCommerce Forum 2000, una conferencia celebrada en París y organizada por IDC.
Para Fenoulhet, debido a la lenta actuación de los gobiernos, sería útil que no intentaran regular la red Internet en solitario. Por eso, propone que los gobiernos confíen en que los negocios se regulen a sí mismos, dejándoles que hagan un conjunto propio de normas e, incluso, una línea política. De hecho, el pasado mes de mayo, el Parlamento Europeo aprobó el esqueleto de lo que serían unas directrices proponiendo la idea de la autorregulación. Se trató de un anteproyecto hecho por la Comisión con la intención de armonizar el ámbito de la legislación para el comercio electrónico en la Unión Europea. Además, Fenoulhet explicó que, “aunque estas directrices para el comercio electrónico fueron adoptadas en un tiempo récord, se tardó dos años y medio”, lo que “en el tiempo de Internet, es alrededor de una década”.
Ahora, estas directrices deberían ser incluidas en la legislación nacional de cada estado miembro por sus respectivos parlamentos, un proceso que introducirá más retrasos. Además, insiste Fenoulhet, para cuando esto se realice, las regulaciones tecnológicas específicas para el comercio electrónico llegarán fuera de fecha.
Hay muchos aspectos relacionados con Internet que requieren un nuevo repaso a la legislación. Por ello, la Comisión está buscando alternativas, tales como una regulación propia y una co-regulación. La flexibilidad es una de las grandes ventajas y son “los jugadores del mercado los que están mejor situados para adaptar las reglas a los gobiernos”.
Así, donde la regulación propia es percibida como insuficiente, por ejemplo en áreas sensibles como la protección de los datos personales, la co-regulación puede ser una respuesta, añadió Fenoulhet.
Esto podría significar la autorización para los negocios a hacer un conjunto de normas para el comercio electrónico, pero el problema se encuentra en que “ co-regulación es una de esas palabras que es entendida de diferente manera en cada uno de los países”.


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