Edge Computing: una evolución “a fuego lento”

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Víctor Manuel Fernández / Imagen: Juan Márquez

Ya lo ha podido leer: el Edge Computing está en boga y en boca de muchas empresas sin importar su tamaño. Pero tras estudiar cómo se encuentra el escenario del mercado de la mano de algunos de sus especialistas, es momento de que dos analistas como Alberto Bellé y Fernando Maldonado aterricen la cuestión y nos permitan verla desde la perspectiva del estado actual del mercado, de qué manera está evolucionando el cloud y cómo afecta al Edge Computing, y cuál es el papel del canal en este escenario.

A fuego lento

Así ha sido su evolución en los últimos años si nos atenemos a las palabras de Alberto Bellé. “Y la noticia es que sigue creciendo de la misma manera”, apostilla este especialista. En su opinión, no son pocos los que están esperando su despegue, pero eso no se acaba de producir. “Y de momento, tampoco hay visos de que vaya a ocurrir”.

Es más, este analista deja el siguiente reto para la reflexión: “La Comisión Europea quería impulsar nuevos Edge en Europa con el objetivo de contar con 10.000 nodos para 2030, de los cuales cerca de 2.300 estaría en el sur del continente. Al finales de 2023 el número total de nodos era de 176. Es decir, estamos en un 7% del desarrollo, y hay que recordar que la fecha tope fijada es 2030. He dicho que el desarrollo se está cocinando a fuego lento, y aunque mi compañero Fernando luego indicará varias razones, me gustaría resaltar una en especial: la masa crítica se encuentra en la Inteligencia Artificial, de tal manera que cuando esta tecnología entre de lleno en el Edge Computing entonces sí se podrá hablar de un despegue”.

Un círculo vicioso

“Nos encontramos ante el clásico círculo vicioso”, comienza a explicar Fernando Maldonado a la pregunta de cómo está evolucionando el cloud y de qué manera incide en el desarrollo del Edge Computing. “Y ese círculo vicioso es el siguiente: no invierto en infraestructura porque no hay aplicaciones, pero no hay aplicaciones porque no tengo la infraestructura. Salir de este círculo vicioso es difícil. Por eso creo que los intentos de la Comisión Europea de los que ha hablado mi compañero Alberto van en esta línea; que no es otra cosa que iniciar un arranque de la dinámica que comporta esta tecnología. Lo que está claro es que, una vez se active todo, esto comenzará a ir muy rápido. De hecho, la Comisión Europea está financiando distintos proyectos y aplicaciones, aunque lo que tiene en mente es una killer application que conlleve una dinamización del mercado”.

Hasta entonces, los incentivos que tienen los distintos actores o proveedores del mercado son limitados, porque, explica Maldonado, “perdemos las ventajas que tienen los modelos cloud de centralización y arrastramos sus problemas sin que esto se traduzca en aprovechar sus ventajas. ¿Quién puede entrar ahí? Puede que los hiperescalares, como demuestra la apuesta que están haciendo para aumentar su capacidad de cloud, dicen comportarse de la misma manera a la hora de desarrollar el Edge. De momento lo están haciendo de forma bastante tímida. Luego estarían los actores de Colocation, aunque se encuentran con que su gran ventaja es la centralización o las economías de escala, y se topan con dificultades a la hora de acceder a la energía, que sea sostenible, etcétera. Y todo esto a una escala menor. En consecuencia, habría que ver cómo le sale los números a este tipo de actor. Por consiguiente, hasta que no haya algo que dinamice el mercado, los incentivos para desarrollar esta tecnología no son tan claros”.

Evolución del 'cloud'

Edge y cloud están interconectados, lo que nos lleva a conocer cómo está evolucionado aquella segunda para entender la situación de la primera. “Sigue creciendo a grandes ritmos. Tuvo esa etapa de ciclo vicioso -secunda esta idea Alberto Bellé- y en España, por ejemplo, y es algo que en su día ya cubrimos hace ya cinco o seis años. Ahora, Madrid se ha convertido en un nodo estaba en ese ciclo vicioso y Madrid se ha convertido en un nodo en un hub y España, en general, se encontraba bien insertada en ese círculo vicioso. Pero ahora nos encontramos en una etapa multicloud, con otros retos. ¿Por qué? Porque el salto ya se ha producido en cuanto al uso de aplicaciones cítricas. Ahora las empresas quieren el movimiento de datos entre cloud”.

En suma, “ahí es donde está el reto ahí “, pronostica Bellé. Pues, en su opinión, ahí hay barreras. "Hay barreras primero por parte de los proveedores e hiperescalares, que no quieren que muevas el dato y cobran por sacar ese dato. Y segundo, hay barreras de comunicación de la propia red que conecta esas diferentes cloud. En este caso, se trata de una red que ha crecido orgánicamente, pero no ha crecido desde un diseño, desde una planificación".

Lo que lleva a Alberto Bellé a determinar que el cloud seguirá creciendo, pero lo que atisba es “un horizonte de complejidad en ese movimiento de los datos que también afectará al movimiento entre cloud y Edge”.

El papel del canal

El canal, en opinión de Fernando Maldonado, se enfrenta a un escenario con bastantes incógnitas e indefinición, pero “una vez que se active va a ir todo muy rápido”. Entonces, el canal tiene que estar ya preparado para encontrar su espacio, según Maldonado. Por ejemplo, lo primero que quiere apuntar es cómo va a explotar la pyme el Edge. “Ahí el canal va a tener un papel muy activo y una oportunidad clara, lo que se va a traducir en una ventana de oportunidad temporal”. Y eso, a juicio de Maldonado, hace que el canal tenga que empezar a pensar cómo desarrollar el Edge como servicio para impulsar todo esto cuando se produzca”, dice para concluir.