Histórico

Microsoft celebra en Melilla la tercera edición del Foro Sociedad y Tecnología

En esta ocasión se valoró el efecto de las TIC en el incremento de la productividad y el desarrollo de la economía

Por tercera vez en lo que va de curso, Microsoft quiso reunir a una serie de periodistas alrededor del Foro Sociedad y Tecnología.En esta ocasión, el tema central de la reunión estuvo orientado hacia cómo las TIC incrementan la productividad y permiten el desarrollo de una economía. Y como ejemplo de lo que la tecnología puede hacer por una empresa, participó en el foro Carlos Barrabés, quien explicó a los asistentes como la tecnología le ha permitido pasar de una pequeña tienda de artículos de montaña a un complejo empresarial con Internet como fondo. Informa desde la ciudad autonónoma de Melilla, Miguel Ángel Gómez. Poco se puede añadir a estas alturas sobre lo que la tecnología aporta a la economía y, concretamente, a la productividad de las empresas. Pero pese a que todos parezcamos convencidos de la bonda de las tecnologías sobre el entorno económico de un país o de una empresa, muchos son los que no ponen su granito de arena en la inversión tecnológica, los segundos, o en Investigación y Desarrollo, los primeros. España se presenta, en datos cerrados de 2003, como la octava economía mundial pero quince puestos por detrás cuando se habla del ranking de competitividad del World Economic Forum. Y es que si bien desde 1961 hasta 1990 España vio incrementada su productividad por encima de la de la Unión Europea, y tras un período, entre 1991 y 1994, en que ambas productividades crecieron parejas, lo cierto es que desde 1996 hasta 2002 la productividad española crece a un ritmo inferior a la mitad que la productividad de la Unión Europea. Tecnología, innovación y productividad Definía Carlos Barrabés la innovación como la introducción de un proceso en la empresa que necesita formación. Porque no se trata de hacer lo mismo de forma diferente, sino de hacer algo diferente o, lo que es lo mismo, empezar a hacer en la empresa algo que no se estaba haciendo. Y en esta tesitura es donde toma valor la tecnología, porque permite reducir ineficiencias en los procesos internos e incrementar la productividad de los trabajadores, tanto de forma individual, como puede ser la adopción de tecnología móvil para desempeñar las mismas labores, o la de los grupos de trabajo y la organización, pro la simplificación y optimización de determinados procesos. Con todo, los elementos fundamentales de los negocios actuales dependen cada día más de los sistemas de información. En este sentido, Rosa García, consejera delegada de Microsoft Ibérica, explicaba que la empresa se ha visto obligada a cambiar. “La empresa del siglo XX”, explicaba, “era hardware, con el valor en aspectos tangibles, mientras que la empresa del siglo XXI es software, y encuentra su valor en aspectos intengibles”. Pero, ¿cuáles son estos intangibles? Algunos de ellos podemos encontrarlos en el talento, la innovación, la imagen de marca o en la renovación de los procesos. Con todo, la empresa debe innovar también en su filosofía de negocio. Si en el siglo XX la empresa tenía su centro en su producto, en lo que era capaz de producir, ahora el centro de los negocios es el cliente. “La empresa del siglo XXI”, indicaba Rosa García, “debe escuchar al cliente, debe aprender a sorprenderlo”. El problema de la empresa española Pero si partimos del hecho de que todo esto es así, ¿qué ocurre en el caso de las empresas españolas? La consejera delegada de Microsoft lo resume en una frase, “el problema de la empresa española es que no siente presión por innovar e invertir en tecnología”. Y es que la empresa española todavía no ha terminado de comprender que por muy bien que se haga algo es necesario innovar, porque una compañía que no innova, por muy bien que haga su trabajo, está condenada a desaparecer. En una línea muy similar se mostraba Carlos Barrabés. Desde el conocimiento que le da la experiencia personal, señalaba que las empresas “integran tecnología de forma seria a partir de alcanzar una facturación anual de 10 millones de euros, cuando el paso de la adopción de la tecnología debería darse a partir de la superación de la barrera de los 3 millones de euros de facturación. La tecnología es necesaria porque se debe ser efectivo, productivo y tener capacidad de crecer”. El problema español no hay que buscarlo en el número de empresas, sino en su capacidad para asegurarse el futuro. Tal y como señalaba Carlos Barrabés, “en España nacen más empresas que en el resto de países europeos, pero perecen también muchas más. El problema es que estas empresas nacen sin tecnología, y esto es algo que no ocurre en otros países de nuestro entorno. La tecnología no debería ser sólo la plataforma, sino que debería definir el patrón de negocio”. En este sentido, Barrabés señala que la introducción de tecnología en la empresa “no es más que una inyección de valor, y la apertura de nuevas posibilidades de negocio”. Es más, la tecnología y los avances producidos gracias a ella no deben verse como una amenaza, sino como una oportunidad de negocio. Así, pese a los procesos de globalización, este responsable se mostraba convencido de que todavía existen importantes nichos de negocio para las pequeñas y medianas empresas. Siempre queda la esperanza Puestas así las cosas, ¿qué nos queda? Pues tal y como nos dice el refranero español, la esperanza es lo último que se pierde, y Carlos Barrabés nos mostró un hilo de esperanza al afirmar que hay falta de cultura tecnológica por parte de los empresarios, pero se ven unas grandes ganas de aprender. Por tanto, la Administración debe apoyar aportando tecnología a todos las relaciones que debamos tener con ella, y creando islas de conocimiento que permitan el desarrollo. El I+D+i en España ------------------------- Los parámetros que definen la Investigación, el Desarrollo y la Innovación (I+D+i) en nuestro país no invitan al optimismo. España dedica a I+D el 1,1 por ciento del PIB, la mitad que la UE y un tercio de la inversión de Japón o de Estados Unidos. En este sentido, países como Eslovenisa República Checa y Hungría cuentan con un nivel de I+D superior al de España. Sólo un 25,5 por ciento de las empresas manifiesta que ha introducido medidas innovadoras tanto a nivel de producto como de servicios, en los procesos de fabricación y en la gestión organizativa de la empresa en el último año, según se desprende de los datos proporcionados por la Cámara de Comercio en 2004. Además, menos del 3 por ciento de las empresas consideran a la Universidad como fuente de ideas innovadoras, y menos del 9 por ciento de la actividad investigadora de la Universidad está financiada por empresas. Asimismo, destaca que la Universidad española generó 47 patentes en 2001 frente a las 1.135 de Estados Unidos. Es más, la cifra de patentes españolas registradas en la oficina europea es de un 15 por ciento de la media comunitaria. Microsoft Paseo del Club Deportivo, 1 Centro Empresarial La Finca. Edif 1 28223 Pozuelo de Alarcón (Madrid) Teléfono: 913 919 000 www.microsoft.com/spain

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