Histórico

La solución documental definitiva

Impresoras láser color

Repetir nuevamente que la gestión documental es una de las labores más abrumadoras en toda empresa es redundar en una obviedad manifiesta. Repetir que las impresoras han sido y continuarán siendo las encargadas de llevar a cabo tan denodada labor, lo cual las convierte en el periférico más común dentro de toda instalación informática, no sorprende ya a nadie. Sin embargo, lo que sí ha sorprendido en todas las esferas del mercado es la maestría con la que las tecnologías de impresión han evolucionado hasta poner al alcance de los usuarios más modestos una impresión de máxima calidad. Desarrollo que se verá culminado con la implantación masiva de la tecnología láser color, algo que parecía impensable hace escasas fechas pero que hoy se percibe como una realidad incontestable.

Ante la arrolladora evidencia que se nos confirma mediante el constante y elevado volumen de ventas alcanzado por las impresoras, sea cual sea la tecnología que las gobierna, alcanzar la utopía de la oficina sin papeles se perfila como un objetivo cada día más lejano. Por el contrario, la gestión informatizada de toda serie de procesos, relacionados con muy distintas áreas de la empresa, continúa propiciando la generación de todo tipo de documentos impresos de muy diversa índole. Es más, las nuevas necesidades de impresión, sobre todo las relacionadas con la imagen, que la integración de la informática en los entramados profesionales ha traído consigo, ha hecho necesaria la renovación de los contenidos impresos con objeto de afrontar los nuevos retos que hoy se abordan en el seno cualquier entidad corporativa. Y es en estas nuevas tareas en las que el color juega un importante papel, no sólo para proporcionar la indispensable calidad en todo tipo de documentos internos sino también de cara a promocionar la imagen de la empresa hacia el exterior.

Impresión en todos los ámbitos
Y este hecho no se da únicamente en las grandes corporaciones sino que, por el contrario, también las pequeñas entidades, ya sean entornos SoHo o PYMES, se ven influenciados por tan acuciante necesidad. Así, la perpetua obligación de elaborar todo tipo de documentación en soporte impreso ha convertido a las impresoras en el periférico por excelencia, haciendo ineludible su presencia en todo tipo de entornos. Conocedores de esta eterna problemática, los más prestigiosos fabricantes de productos informáticos han puesto, desde el nacimiento de las impresoras, toda su atención en el desarrollo de nuevos conceptos, sosteniendo a lo largo del tiempo una amplia variedad de modelos y tecnologías encaminadas a cubrir las necesidades más generalizadas. Desarrollos que han desembocado en la actual configuración del mercado que apuesta cada vez con más decisión por la calidad ofrecida por las impresoras dotadas de tecnología láser color.
En resumidas cuentas, podemos decir sin temor a equivocarnos que las impresoras continuarán siendo uno de los dispositivos imprescindibles en cualquier instalación informática y que continuarán cumpliendo fielmente con su cometido que no es otro que el de traspasar al papel toda aquella información que requiera de este medio para su divulgación o posterior consulta. Asimismo, podemos afirmar que el papel continuará siendo el soporte predilecto para albergar esta información y seguirá prestando por largos años el servicio que desde el principio de la historia ha desempeñado para beneficio de la humanidad.

Nuevos conceptos de impresión
Bajo esta coyuntura, hoy la implantación de la tecnología láser color en los entornos corporativos promueve un cambio sustancial en el modo de abordar esta problemática, modificando el uso que tradicionalmente se ha dado a estos dispositivos.
En este sentido, y como norma general, la impresión de documentos en blanco y negro, habitualmente textos, se realiza mediante la utilización de impresoras láser monocromo que ofrecen en este apartado una efectividad y calidad plenamente contrastadas, soportando además elevadas cargas de trabajo. En cambio, la generación de documentos a todo color, generalmente menos numerosos, suelen encomendarse a dispositivos gobernados por la tecnología de inyección, los cuales cumplen a la perfección con los requisitos exigibles en los ámbitos de más modesta entidad en cuanto al coste de adquisición, proporcionando, además, una equilibrada calidad de cara a la realización de la mayor parte de los cometidos que se abordan en estos particulares entornos.
No obstante, cuando la cantidad de documentos a color a elaborar es elevada, situación mucho más habitual dentro de las grandes corporaciones, la tecnología de inyección deja de presentar los niveles deseados de rentabilidad que se precisan para mantener un estricto control sobre la cuenta de resultados de cualquier empresa. Así, la necesidad de limitar los costes, unido a la fidelidad exigida por las nuevas tareas en general o la imagen digital en particular, han creado una necesidad que sólo la tecnología láser en color puede cubrir adecuadamente. De este modo, y bajo este exigente contexto operativo, todo tipo de trabajos pueden ser abordados desde un único dispositivo, además de aglomerar las necesidades de impresión de toda una red informática en un solo punto, propiciando el ahorro y favoreciendo el trabajo en equipo.
Este interesante concepto de centralización ha sido comprendido desde hace mucho tiempo por los actores más importantes del mercado, que han advertido en esta tecnología una solución integral para el eficaz tratamiento de la gestión documental de cualquier empresa moderna, ofreciendo hoy toda una serie de soluciones capaces de cubrir la mayor parte de las exigencias bajo una perspectiva basada en la efectividad y el ahorro.

Un valor en alza
Por otro lado, además de la otra vez mencionada reducción de precios de adquisición de la tecnología láser color, se han moderado al mismo tiempo los costes de los consumibles y fungibles, reduciéndose en gran medida el coste por página impresa, uno de los factores más determinantes en la valoración de cualquier impresora independientemente de la tecnología integrada, y que hoy se convierte en otro de los argumentos que está desencadenando la rápida migración hacia esta tecnología.
A su vez, el incremento de las expectativas de negocio en este ramo concreto del mercado de impresión ha propiciado la entrada en liza de nuevos fabricantes, redundando en el aumento de la competitividad y, por afinidad, a una reducción en los márgenes de beneficio. Así, la confluencia de ambos factores ha producido una caída media en el precio de las impresoras láser color de un 25 por ciento con respecto a las cifras que se barajaban en el año 2003.
Por este motivo, y aunque con crecimientos por debajo de años anteriores, durante la primera mitad de 2004 se han comercializado alrededor de 25.000 unidades láser color, lo cual representa un incremento aproximado del 54 por ciento con respecto al mismo período del pasado año, tendencia que se espera que se mantenga hasta 2007.
De hecho la impresión láser color es la que más crecimiento ha experimentado durante los últimos meses en detrimento de las tecnologías láser monocromo e inyección en color, presentando un crecimiento sostenido apese a la crisis que ha protagonizado al sect

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