Histórico

La batalla de los estándares de Audio Digital

Aunque más conocidos por su integración en los reproductores DVD domésticos, los nuevos estándares de audio digital, junto con los sistemas de altavoces 5.1, bajo los anagramas de Dolby Digital, DTS y THX, han inundado nuestra cotidiana existencia con el ímpetu de los más intrépidos conquistadores. En un corto espacio de tiempo, la presencia de reproductores DVD (Digital Video Disc) se ha visto incrementada exponencialmente en los hogares de todo el mundo, acompañados por los ya habituales sistemas de seis altavoces que han llevado el concepto Home Cinema a la más rabiosa actualidad. Con su inmejorable calidad de imagen y sonido, el DVD ha logrado desbancar rápidamente al clásico reproductor VHS que, a pesar de su versatilidad y del largo tiempo que lleva entre todos nosotros, pronto pasará a formar parte de la historia tecnológica. Obviamente, una de las características principales del formato DVD es su notable calidad de imagen en comparación con los hoy vetustos sistemas de vídeo en cinta. Sin embargo, el otro pilar en el que sustenta la actual eclosión comercial del DVD resulta un total desconocido para la inmensa mayoría de los usuarios particulares. Hablamos naturalmente del sonio digital, en sus distintas variantes, acompañante de lujo de las imágenes y secuencias de video incluidas en los DVD-Video comerciales Como de costumbre, detrás de éstas y otras siglas se esconde mucha “palabrería” técnica que hemos de conocer, en sus aspectos más básicos, para saber verdaderamente si el producto que nos ofrecen es un reproductor “Home Cinema” de última generación capaz de trasladarnos virtualmente hasta el mismo epicentro de la acción o simplemente se trata de un nuevo modelo de tostadora que, además de calentar rebanadas de pan, permite escuchar música MP3 mientras nos preparamos el desayuno. Dolby Digital, el modelo a seguir El desembarco del sonido 3D, así como el advenimiento de la Televisión de Alta Definición (HDTV), en los hogares ha logrado la reactivación de un mercado en el que los más prestigiosos fabricantes han sabido atisbar rápidamente una nueva oportunidad de negocio, inundando el mercado con una renovada gama de dispositivos. Con esa misma celeridad, han debido desarrollarse una serie de normas que permitan la integración e interacción de todos estos elementos en un entorno global. En este sentido, gracias a la amplia experiencia adquirida a lo largo de muchos años en el desarrollo de técnicas de sonido envolvente, hoy plenamente asentadas en las salas de cine de todo el mundo, los laboratorios Dolby (www.dolby.com) han liderado la transición de estas técnicas hacia los más modestos entornos domésticos. Su principal aportación en este campo es el sistema de audio Dolby Digital que, basado en el algoritmo de codificación AC-3, ha sido diseñado específicamente para promover la integración del sonido envolvente en los entornos domésticos a través de los nuevos dispositivos 5.1. Técnicamente Dolby Digital, como su nombre indica, es un sistema completamente digital que incorpora un máximo de seis canales independientes bajo una configuración 5.1. Es decir, sobre el terreno tiene cinco canales con un ancho de banda de 20 Hz - 20 kHz más una salida dedicada al LFE (efecto de baja frecuencia) para un subwoofer. Además, soporta una amplia gama de variantes incluyendo opciones de canales desde mono a seis canales. Los muestreos de frecuencia son opcionales entre 32 kHz, 44,1 kHz y 48 kHz, con una proporción de datos que van desde 32 kbps a 640 kbps dependiendo del uso. Además, aunque la tasa de ocupación típica para los seis canales del sonido 5.1 se sitúa en 384.000 bits para cada segundo de grabación, soporta tasas máximas de hasta 640 Kbps así como tasas de 32 Kbps para la codificación de canales mono. En las películas de cine, este dato es normalmente de 320 Kbps para los 6 canales que forman el sonido 5.1. En cambio, cuando se trata de equipos domésticos, el promedio es de 384 Kbps en audio digital 5.1 y de 192 Kbps para sonido estéreo. Por otro lado, este sistema de codificación de Dolby incluye un eficaz sistema de reducción de ruidos, heredado de anteriores versiones de este estándar y que utiliza diversas técnicas de enmascaramiento basadas en la perceptibilidad de la frecuencia en el oído humano, mediante las que consigue reducir drásticamente el ruido durante la codificación del sonido, consiguiendo una grabación con un alto de nivel de calidad. Posteriormente, el desarrollo de la televisión digital vino a significar un nuevo impulso para la expansión del sonido 3D al ser incorporado en este importante medio de difusión. Una vez más, la experiencia de los Laboratorios Dobly en este campo resultó fundamental, consiguiendo la designación del sistema Dolby Digital como estándar de sonido por la ATSC (Advanced Television Systems Commite) en abril de 1995. DTS, el rival más fuerte Aproximadamente un año después del nacimiento de Dolby Digital, un nuevo sistema de codificación de audio de seis canales apareció en escena. El formato DTS (Digital Theather System - www.dtsonline.com), compite en dura pugna con Dolby Digital por la hegemonía en este suculento segmento del mercado. Básicamente, el estándar DTS se fundamenta en el algoritmo de codificación “Coherent Acoustics” con un grado de compresión cercano al 30 por ciento respecto a la señal original y su esquema de funcionamiento es similar al utilizado por el formato Dolby Digital. Obviamente, este sistema permite codificar audio multicanal de elevada calidad, concretamente cinco o más canales discretos y uno adicional en el que se registran únicamente las frecuencias más bajas o subgraves. Técnicamente, existen notables diferencias entre el formato Dolby Digital y DST, siendo la más evidente la relacionada con el volumen de datos requeridos en los procesos de codificación/descodificación. Como norma general, DTS utiliza una mayor profundidad de bits en la codificación de las señales de sonido que llega a alcanzar los 1,4 Mbps (Megabits por segundo), lo cu al incrementa notablemente el espacio ocupado por los mismos. Lógicamente, esta circunstancia incide en la cantidad de información que el chip responsable de abordar el proceso debe interpretar por unidad de tiempo. Asimismo, este factor está estrechamente relacionado con el ancho de banda que requiere la tecnología de codificación utilizada. Es decir, un buen algoritmo de este tipo debe ser capaz de producir una representación digital lo más fidedigna posible respecto de la señal original, eliminando únicamente aquella información imperceptible por el oído humano, pero tratando de utilizar siempre el menor volumen de información posible. Aunque en un principio esta mayor profundidad de las muestras de sonido debería suponer un aumento proporcional de la calidad de audio, lo cierto es que ésta supuesta mejora resultar muchas veces difícil de percibir por oídos poco habituados a estas sensaciones. En cambio, el aumento del espacio ocupado por los datos de audio puede suponer, y de hecho supone, un ligero inconveniente a la hora de integrar los datos de la imagen y el sonido en la limitada capacidad de los discos DVD. A nivel práctico, el estándar DTS se ha hecho un hueco en algunas producciones cinematográficas, aunque su presencia en películas DVD ha sido menos difundida. Sin embargo, el sistema DTS es el único formato de sonido surround 5.1 que puede ofrecer esta experiencia tridimensional revolucionaria mediante las nuevas grabaciones musicales en los discos compactos, pistas sonoras originales 5.1 en películas las de DVD-Vídeo y, en poco tiempo, una amplia variedad de productos en DVD. Los fabricantes de equipos ya han comenzado a integrar esta nueva tecnología DTS en sus mejores procesadores Surround de A/V. También, se encuentra disponible un catálogo excepcional de discos compactos y películas en DVD codificadas bajo DTS que pueden disfrutarse en cualquier reproductor con un conector de salida digital incorporado. THX, aseg

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