Casi la mitad de los puntos de venta venden software ilegal

Txema Arnedo, director de desarrollo de propiedad intelectual de Microsoft Ibérica, explica que estos visitadores anónimos descubren estas prácticas pidiendo información y presupuesto para comprar equipos en estos puntos de venta. 1.100 de estos establecimientos llegaron a ofrecerles comprar software ilegal. En ese momento, se identificaron, ofreciéndoles la posibilidad de enmendar sus pasos y trabajar legalmente. Para ello, les ofrecen formación, participar en campañas conjuntas de marketing y cómo sacar partido al trabajo con software original. Tiempo después volvían al establecimiento y si comprobaban que continuaban con estas prácticas, procedían a su denuncia. Así, actualmente tienen abiertas unas 80 causas, de las que el año pasado se fallaron cuatro casos que se tramitaron por la vía penal y que han tenido penas que van desde los 7.000 a los más de 800.000 euros.

En torno al 20 por ciento de las visitas las realizan tras denuncias del propio canal de distribución y es que, según datos ofrecidos por este responsable, el 12 por ciento de los distribuidores creen que deben ser más agresivos con los distribuidores ilegales, pues “es una situación totalmente anticompetitiva”. Para combatir este tipo de prácticas, Microsoft va a invertir este año fiscal en nuestro país cerca de medio millón de euros, ya que “es un tema prioritario para nosotros”.

Por Comunidades Autónomas, las que presentan índices más elevados de distribución de software sin licencia son Castilla la Mancha con un 62,5 por ciento; Cantabria, con un 60 por ciento y Asturias, con un 59,4 por ciento. Caso contrario es el de Baleares, con un 25 por ciento, Murcia, con un 27,5 por ciento, Cataluña con un 37,5 por ciento y Madrid, con un 40 por ciento, que son las únicas por debajo de la media nacional. Tan sólo han disminuido los porcentajes respecto al informe anterior en Cataluña y Murcia.

Así, el trabajo es doble, de formación por un lado y, por otro, de perseguir las actuaciones fraudulentas con “más consistencia”, como concreta Txema Arnedo, pues considera que uno de los fallos que han cometido hasta ahora para no conseguir bajar estos índices ha sido precisamente la “falta de consistencia” en las acciones. “Pero ahora estamos ante una buena oportunidad, porque hay mayor concienciación y más iniciativas por parte también del Gobierno para combatir estas prácticas”.