Sistemas de almacenamiento en cinta: el último baluarte de la información (I/II)

Hemos hablado en muchas ocasiones de la importancia del distribuidor como asesor de la PYME y, como cliente habitual del canal de distribución, todos sabemos que dichas empresas no son especialistas en Tecnologías de la Información. La pregunta que el dealer puede hacerle a toda PYME es ¿ha pensado alguna vez que todo el esfuerzo realizado día a día en su empresa durante el último mes, incluso año, puede irse al “garete” en una fracción de segundo por no haber previsto que un disco duro, máquina no olvidemos concebida por el ser humano, está sujeto a fallos que ponen en grave peligro la integridad de la información contenida en su interior?

Dicen que “la información es poder” y, a cada nuevo día que pasa, más me ratifico en esta afirmación. ¿Cuántos años de evolución se perdieron en el incendio de la biblioteca de Alejandría? ¿Cuántos años más se necesitaron para aglutinar un conocimiento de tal entidad y magnitud? Y lo que es peor aún, ¿quién sabe a ciencia cierta cuántos valiosísimos documentos se perdieron para siempre en aquel terrible accidente?
Pues, ahora traslade ese desafortunado suceso histórico a un ámbito más restringido como es el de su empresa o las instalaciones de sus clientes. Sí de aquellas empresas que depositan en su distribuidor de informática la confianza para garantizar el buen funcionamiento de se infraestructura informática. Si un hecho de características similares acaba con toda la información con la cual dicho negocio trabaja diariamente, cuánto tiempo y dinero será necesario emplear para restablecer un grado de productividad equiparable al que había anteriormente a la tragedia. Lo más seguro es que dicha empresa no lo consiga jamás, debiéndose plantear si desea comenzar de nuevo ese titánico esfuerzo de recopilación de información, o abandonar la nave.
Obtener, elaborar, descifrar, comparar todo tipo información puede resultar no sólo laborioso, sino que puede ser perfectamente la actividad principal de una empresa. Pero esto es únicamente el primer paso, almacenarla convenientemente para que esté disponible siempre que se desee no es tampoco una tarea fácil, aunque sí necesaria si se quiere obtener un verdadero aprovechamiento de la misma. Pero la cosa no acaba aquí, al mismo tiempo que transcurren o, tras la finalización estos procesos generalmente productivos, se deben adoptar las medidas oportunas para la conservación de tan preciado tesoro informativo.
En el transcurso de los últimos años, el uso de los sistemas y de las aplicaciones informáticas, tanto en las empresas de cualquier tamaño y naturaleza como en el ámbito personal, ha aumentado de forma significativa. Los ordenadores ocupan ya un lugar destacado en la mayoría de los hogares domésticos, pero desde hace ya una serie de años, la informática campa a sus anchas en la mayoría de los entornos corporativos. Toda empresa que se precie, y que quiera estar a la altura de las circunstancias y de la exigencia de las nuevas formas de negocio, cuenta con una red informática para compartir sus aplicaciones y su información. Como consecuencia de esta evolución en los entornos de trabajo, el tratamiento de la información en el clásico formato de papel se está progresivamente abandonando por documentos en formato digital, con los cuales las aplicaciones de software más habituales consiguen una eficacia enormemente mayor a la lograda por métodos más tradiciones. Todos estos cambios tienen como objetivo final el aumento de la productividad, la reducción de la redundancia y la mayor disponibilidad de la información.
A medida que la dependencia de las nuevas formas de trabajo se hace mayor, el correcto funcionamiento de todo el sistema se vuelve crítico en toda empresa, cuya permanente disponibilidad hay que mantener a toda costa. Resulta evidente que, a pesar de la calidad y fiabilidad de los actuales equipos informáticos, no se puede confiar en el perpetuo buen funcionamiento de una máquina, máxime si toda la productividad de un negocio radica en el constante funcionamiento de sus sistemas informáticos. Pero no debemos olvidar tampoco que la materia prima de toda actividad es la información en cualquiera de sus estados. Por tanto, si usted como consultor de su cliente considera de suma importancia dotar a la organización de éste de los medios apropiados para asegurar que los principales sistemas informáticos estén en perfecto y permanente funcionamiento, y lo es aún más prioritario, la posibilidad de que un fallo pueda poner en peligro la integridad de toda la información de esta compañía, deberá contar con una serie de herramientas independientes, tanto de hardware como de software, que garanticen, por un lado, una elevada disponibilidad del sistema y, por otro, la posibilidad de recuperación de la información en caso de ocurrir algún desastre. Es cierto que un dispositivo físico de hardware, con mayor o menor retraso, puede reemplazarse y que esto habrá ocasionado inconvenientes y pérdidas de variable consideración. En cambio, cuando un fallo, error, o virus informático produce la pérdida irremediable de los datos de la empresa, los daños que ocasiona tal devastador efecto pueden poner en peligro la propia continuidad del negocio.
Por lo tanto, los sistemas de copia de seguridad son el Ángel de la Guarda de los datos, el aliado perfecto que pone a salvo la información crítica de nuestros clientes, de tal modo que cuando sobreviene esa inoportuna desgracia, se pueda recurrir a su auxilio para remediar casi totalmente el daño producido. Puede ser que se no haga uso de estas copias de seguridad durante meses, incluso años, pero el día que la empresa tenga que recurrir a ellas no tendrá suficientes palabras para, primero expresar la inicial impotencia ante la inexplicable pérdida de esa información y, posteriormente, de eterno agradecimiento para un distribuidor que le ha proporcionado las herramientas necesarias para que, con la simple pulsación de un botón y un poco de paciencia, sea posible volver a reponer en el sistema la información contenida en las cintas. Además, con un poco de suerte y si se ha tenido la preocupación suficiente, contendrán datos e información actualizada.
En general, el súbito crecimiento del uso de sistemas informáticos en las empresas ha generado una gran demanda de productos de almacenamiento de información. Como usted sabe, los usuarios necesitan sistemas de almacenamiento de información con tecnologías fiables que proporcionen soluciones prácticas y rentables.
La mayoría de clientes no son conscientes de los costes derivados de un período de inactividad. Los tiempos de inactividad se suman con rapidez y pueden dar como resultado, al final del año, una significativa pérdida de productividad, descenso de los ingresos y aumento de los gastos. Además, el crecimiento de Internet y la migración de información vital de las empresas a los distintos soportes electrónicos conlleva un aumento de la información y, por consiguiente, del coste que supone guardar dicha información.
En definitiva, las copias de seguridad son uno de los pilares básicos de las redes locales. No tanto por su utilidad inmediata, sino por que se convierten en imprescindibles cuando se produce algún fallo en el sistema de almacenamiento o se eliminan de f

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