Seguridad, divino tesoro
Sin embargo, lejos de dormirse en los laureles, las compañías de seguridad han seguido trabajando en conceptos y tecnologías que puedan luchar contra los generadores de malware, que, por cierto, tampoco se han quedado como aquellas figuras gamberras que se dedicaban a infectar equipos por el simple hecho de hacerlo, sin ningún ánimo de lucro. Ahora, la situación ha cambiado, y en pleno siglo XXI, el beneficio es lo que guía a estos desarrolladores de código malicioso, ya sea para conseguir dinero de sus víctimas, información que puedan convertir en dinero o hacer que los equipos de sus atacados trabajen para ellos para proporcionarles…, efectivamente, dinero.
Pero como decíamos, las compañías de seguridad siguen trabajando a un ritmo elevado para dar respuesta a estos nuevos retos, y conceptos como Seguridad como Servicio (SaaS, por sus siglas en inglés) o la llamada Seguridad en la nube, heredera del concepto de Cloud Computing, se presentan como alternativas al software tradicional que, sin embargo, en equipos únicos o en pequeñas instalaciones sigue haciendo una gran labor de protección.
Las empresas actuales tienen otros problemas de los que preocuparse, y para ello se generan nuevas posibilidades de defensa. Y precisamente de ello es de lo que queremos hablarles en nuestro Tema de Portada, de cómo ha evolucionado el negocio de la seguridad, de las nuevas puertas que se abren y de cómo el canal de distribución puede y debe adaptarse a los nuevos tiempos. Fabricantes, mayoristas y consultoras nos ofrecen diferentes puntos de vista alrededor de una única evolución y de una realidad que ha aterrizado en el mercado para quedarse como la única alternativa en la defensa ante el código malicioso.