Videojuego de la ONU para luchar contra la pobreza
En muchas ocasiones hemos visto cómo las empresas tecnológicas muestran su lado más solidario y humano o cómo los avances tecnológicos permiten mejorar la eficiencia de las cosas o prevenir desastres naturales con terribles consecuencias humanas. Pues bien, la ONU ha decidido aprovechar la popularidad de los videojuegos, sobre todo entre los más jóvenes, para educar contra la pobreza.
El programa de alimentos de la ONU (Organización de Naciones Unidas) ha lanzado un juego que se llama Food Force que puede descargarse, gratuitamente, desde Internet y que es compatible tanto con plataforma Windows como Macintosh.
El objetivo de la ONU con este anuncio es educar a los jugadores sobre el problema de la hambruna y sobre el trabajo que desarrolla esta entidad para acabar con esta lacra.
Así, los jugadores se encuentran en la situación de tener que ayudar en la isla ficticia de Sheylan, en el Océano Índico, asediada por una guerra civil, inundaciones y sequías. El jugador lidera un equipo internacional de profesionales de la ONU, compuesto por responsables logísticos, nutricionistas y pilotos. Hay que superar seis misiones para llevar la comida y otros enseres a los nativos de Sheylan, dispersados por toda la isla.
El software ha sido desarrollado empleado Macromedia Director y Apple QuickTime.
El objetivo de la ONU con este anuncio es educar a los jugadores sobre el problema de la hambruna y sobre el trabajo que desarrolla esta entidad para acabar con esta lacra.
Así, los jugadores se encuentran en la situación de tener que ayudar en la isla ficticia de Sheylan, en el Océano Índico, asediada por una guerra civil, inundaciones y sequías. El jugador lidera un equipo internacional de profesionales de la ONU, compuesto por responsables logísticos, nutricionistas y pilotos. Hay que superar seis misiones para llevar la comida y otros enseres a los nativos de Sheylan, dispersados por toda la isla.
El software ha sido desarrollado empleado Macromedia Director y Apple QuickTime.
