Monitores LED de gran formato

Acer S243HL, Asus MS238H, Benq V2400ECO, Dell G2410 y LG E2350V

La tecnología led se abre paso a gran velocidad, y cada vez son más las pantallas de todos los tamaños que la utilizan, en detrimento de los anteriores tubos de cátodo frío. De hecho, es altamente probable que en un plazo de tiempo relativamente corto, acaben sustituyéndolos por completo, pues son muchas las ventajas que aportan y el único inconveniente, su mayor coste, no sólo se irá diluyendo con el aumento de producción, sino que se puede llegar a compensar por su menor consumo.

En esta ocasión vamos a analizar monitores de gran tamaño, con 23 o 24 pulgadas de diagonal y capacidad de reproducir contenidos en alta definición.
En este tipo de pantalla de gran formato, el uso de tecnología LED permite un importante ahorro de espacio (de grosor, para ser exactos) y una gran reducción del consumo, por lo que a medio o largo plazo, se amortiza en la factura eléctrica el sobreprecio que suponen los LED. Pero veamos, en primer lugar, en que consiste la tecnología LED.

TECNOLOGÍA DE RETROILUMINACIÓN
Aunque es relativamente frecuente asociar los monitores LED con una determinada calidad de reproducción de imagen, lo cierto es que esto no es completamente correcto. En una pantalla TFT, tenemos que diferenciar entre dos tecnologías, la de construcción del panel LCD, de cristal líquido, y la del sistema de retroiluminación.
Un panel LCD se comporta de forma parecida a una persiana veneciana, dejando pasar la luz, o bloqueándola, dependiendo de la posición de sus lamas, y la luz que deja pasar la proporciona la imprescindible retroiluminación. Así, cuando hablamos de tecnología LED, nos estamos refiriendo a monitores en los que se han sustituido los tubos fluorescentes de cátodo frío, que normalmente se montaban, por una serie de diodos LED de luz blanca, sin que varíe el panel TFT-LCD cuyas propiedades determinan la mayor o menor velocidad de respuesta, o la capacidad de reproducción del color.
Por lo tanto, un monitor LED puede ser también una pantalla TN, económica y rápida, pero con poco ángulo de visión y mala reproducción del color; una IPS, excelente reproduciendo colores, pero mucho más cara y también más lenta, o una MVA, que se posiciona en un punto intermedio. Y, por supuesto, cualquiera de sus variantes con las que se trata de corregir las carencias de cada una de las tecnologías.
Por otra parte, hay dos formas de construir la retroiluminación LED: colocando los diodos en el borde del panel, y un difusor que reparta la luz a toda su superficie; o colocándolos justo detrás, agrupados en una matriz de varios elementos, que se pueden activar y desactivar a voluntad en función de la imagen que se represente. Con esta segunda técnica es posible elevar el contraste dinámico, pues en las zonas oscuras de la imagen se apagará la retroiluminación, al tiempo que se mantiene encendida en las partes brillantes. Cuantos más elementos tenga la matriz, más pequeños serán, y mayor precisión se obtendrá en el ajuste, pero a día de hoy, no se ha llegado el extremo de tener un LED por cada píxel.
Por último debemos mencionar otro tipo de pantallas LED, en las que se sustituye toda la estructura de TFT, LCD y retroiluminación, por diodos LED de tres colores (rojo, azul y verde) que conforman píxeles con emisión de luz propia. Sin embargo, esto no se utiliza aún en monitores como los que hoy analizamos, sino en algunas enormes pantallas para exteriores, tipo Video-Wall.
En términos medioambientales, la tecnología LED no sólo permite la fabricación de pantallas con menor consumo energético (hasta más de un 60% de ahorro según los datos de algunos fabricantes) y, por ende, menores emisiones, sino que también permite prescindir del uso de algunas sustancias nocivas que se emplean en las lámparas tradicionales, como son el mercurio o los gases halógenos. Además, la mayor duración de los LED, permite prolongar su tiempo de vida (hasta 10 veces), aunque en este caso cobra más importancia la obsolescencia que nos “obligará” a cambiar los monitores por tecnologías más modernas antes de que dejen de funcionar por envejecimiento. En cualquier caso hay que tener en cuenta tanto el consumo en funcionamiento, como el consumo cuando no se está usando, y en este sentido es sorprendente que monitores como estos que presumen de ecológicos sigan sin incluir un interruptor de apagado completo, lo que obliga a tener un consumo residual similar al del modo reposo incluso cuando apaguemos el monitor.

PARECIDOS RAZONABLES
En todas las comparativas pedimos productos similares para poder establecer una comparación, pero hay ocasiones como la de la presente en la que las hojas de características de los productos parecen calcadas unas de otras. Para evitar aburrir al lector repitiendo los mismos datos, vamos a resumir lo que tienen en común estas seis pantallas.
Hemos pedido monitores de tecnología LED de 23 o 24 pulgadas y con resolución Full HD, de manera que todos comparten la resolución de 1.920 x 1.080 píxeles y el ancho del punto depende de la diagonal de la pantalla.
Comparten también las características básicas del panel, como son el brillo máximo, que queda establecido en 250 cd/m2 y el contraste estático de 1.000:1. Sin embargo, cada fabricante adopta diferentes tecnologías para obtener unos ratios de contraste dinámico muy diferentes, que van de l.000.000:1 hasta l0.000.000:1.
El tiempo de respuesta también es idéntico, aunque los fabricantes lo expresan de dos formas diferentes. Los 5 milisegundos de paso de blanco a negro vienen a ser lo mismo que los 2 milisegundos de gris a gris. Y con el ángulo de visualización nuevamente se repiten las cifras: 170º en horizontal y 160º en vertical, aunque, como veremos más adelante, en la práctica si que se aprecian diferencias.


ACER S243HL
El monitor de Acer es uno de los más finos del análisis, debido a que ha trasladado la botonera y las conexiones a la peana, que son los elementos que provocan un incremento del grosor en las pantallas LED. Acer también ha trabajado en reducir el marco de la pantalla, quedando este en sólo 16 mm, que resulta ser el más estrecho de todos los analizados, junto con el de Dell.
En su original peana encontramos un altavoz integrado que ofrece funciones básicas de sonido y los conectores: un VGA, dos HDMI y una salida de auriculares para el sonido recogido a través del HDMI. Aunque carece de conexiones DVI, bastaría con un cable HDMI-DVI para poder conectarlo a una salida de este tipo, si bien este cable no se incluye con el equipo. Lo que no se ha integrado es su voluminosa fuente de alimentación.
En las pruebas observamos que ofrece una excelente gama de reproducción de los tonos azules, que llega a sobrepasar el límite de la lengua del gráfico CIE, tal y como se puede ver en la imagen correspondiente a la calibración. En cambio abarca menos tonalidades verdes que otros modelos. Pero en total, según los datos del fabricante, puede reproducir el 68% del espectro NTSC, lo que no lo hace un equipo adecuado para su uso en aplicaciones donde la fidelidad del color sea importante, pues este es incluso inferior al sRGB, cuya completa cobertura sería lo mínimo exigible para ese tipo de usuarios.
La retroiluminación está bien distribuida, y no se aprecian zonas de sombras o diferencias de luminosidad perceptibles. Su punto má

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