Pequeños dispositivos, gran negocio
Con la llegada de los smartphones, algunos analistas señalaron que el portátil sufriría, pero el tiempo dio la razón a aquellos que estimaban que en el mercado hay espacio para todos y que los usuarios, en función de sus necesidades concretas, optarían por uno o por otro o, lo que es más probable, por los dos.
Pero ya hace un par de años se empezó a oír hablar de otros dispositivos que se situarían por precio, dimensiones y prestaciones, entre ambos, con el objetivo de, por una parte, ampliar el mercado en beneficio de todos y, por otra, canibalizar en parte algunas ventas de esas ubicadas en los “espacios fronterizos” entre un formato y otro.
El caso es que la irrupción del iPad ha revitalizado un segmento que no acababa de llegar al gran público, el de los dispositivos de pantalla táctil, y un aluvión de novedades han llegado con fuerza para buscar su hueco en el mercado.
Así, por formato, contenido, orientación, prestaciones y funcionalidad, los usuarios tienen cientos de opciones para cubrir sus necesidades, pero es ahora cuando realmente necesitan asesoramiento. No se trata de venderles un producto porque sea más barato y, por tanto, más fácil el convencerles. La venta inteligente, la de futuro, es la del dispositivo que mejor se adapta a lo que ellos necesitan.
Como quedó demostrado ya hace unos años, éste es un mercado elástico, donde la entrada de nuevas opciones no limita las ventas de los que estaban antes, sino que atrae nuevos usos y compradores para ampliar el mercado global. En definitiva, que no se trata de ver más competencia, sino de ver más posibilidades, más usuarios y más huecos donde ubicar un dispositivo a cualquier cliente, pensando siempre en que un comprador satisfecho es un comprador reincidente, y a esos es mejor no dejarlos escapar.