Facturaciones

Europa debate sobre el dividendo digital

Ovum acaba de presentar un estudio en el que analiza las ventajas de lo que se conoce como el dividendo digital, así como cuál va a ser su impacto de aquí a unos años. En opinión de la consultora, su desarrollo va a tener un impacto más que positivo en la evolución de la economía de la Unión Europea, si es que sus miembros coordinan sus planes de desarrollo.

A la hora de realizar tal afirmación, Ovum se basa en los datos ofrecidos por la Comisión Europea, quien ha señalado que hasta 2015 el impacto económico del dividendo digital se situará entre los 20.000 y los 50.000 millones de euros. Y es que este espectro afecta a una gran variedad de rangos, que van desde la banda ancha inalámbrica, hasta la TV en el móvil, pasando por la televisión digital terrestre, o aplicaciones como Wi-Fi.

Los operadores son uno de los grandes jugadores de este sector. Así, y según la consultora, el dividendo digital ofrece a estas compañías “una buena combinación entre rangos y capacidad de datos, además de que su uso en edificios o su capacidad para tener una más que importante cobertura geográfica”, son algunos de los aspectos que hacen que éste sea un negocio atractivo. No obstante, Ovum señala que las expectativas deberían de atenuarse ante las dificultades que presenta el lanzamiento de nuevos servicios basados en el dividendo digital.

A pesar de las advertencias, una cosa es cierta, los reguladores tienen a este espectro en el punto de mira, y más si se tiene en cuenta el potencial de desarrollo que presenta la banda ancha inalámbrica. Y es que ésta proporcionará acceso a Internet a las zonas rurales, con lo que esto conlleva. De hecho, ya son muchos los que opinan que proporcionará una nueva realidad en Europa. Según Ovum, la oportunidad que representa es una de las causas de los problemas que se están presentando en lo que a regulación se refiere.

Qué pasa en Europa

En este sentido, la consultora insta a Gobiernos a ponerse de acuerdo, ya que, en su opinión, Europa “necesita  una aproximación armonizada basada entre los 790 y los 862 MHz”. El problema que se encuentra el Viejo Continente es que los desarrollos en cada país no van parejos. Es decir, aunque la fecha límite que debe de cumplir cada miembro de la Unión Europea es 2012, algunos países como Finlandia, Suecia, Suiza y Holanda ya disponen de la cobertura, mientras que otros todavía se encuentran realizando sus planes de implantación.

Además, parece que no todos los países son de la misma opinión en lo que a velocidad se refiere. Ovum afirma que a más velocidad más beneficios y pone los ejemplos de Francia, Suecia, Finlandia, Suiza y Reino Unido, quienes se han decantado por el rango de entre 790 y 862 MHz, “mientras que otros todavía se encuentran decidiendo qué banda es la que van a utilizar”.

Ovum asegura que “si de verdad se quiere que los diferentes dispositivos funcionen eficientemente en toda la Unión Europea, es necesario que se produczca una coordinación entre todos los países miembros”.

Si nos centramos en conocer qué es lo que ocurre fuera de Europa, cabe señalar que, según la consultora, exceptuando Estados Unidos, el resto “no tienen planes concretos para utilizar el dividendo digital”.


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