El mercado de la memoria: un segmento en alza

Estudiamos los principales fabricantes de memorias: Goldstar, Fujitsu, Hyundai, Hitachi, IBM, Kingston, Mitsubishi, NEC, Samsung, Siemens, Texas Instruments, Toshiba, Vanguard y Viking

La memoria RAM ha experimentado cambios importantes de precio y de prestaciones. Los precios han bajado drásticamente, ha crecido la capacidad y se ha incrementado la velocidad; pero en estos últimos meses vemos como también ha empezado a subir el precio y parece ser una tónica que se mantendrá durante 1997.

En este artículo no vamos a comparar los módulos de memoria de los distintos fabricantes, ya que no tiene sentido. Vamos a hablar de los fabricantes de memorias, de la representación de estos fabricantes en España, de la facturación, del mercado y de las tecnologías que se están utilizando actualmente.

¿Cuánta memoria necesitamos?

Depende del tipo de trabajo que vayamos a desempeñar y del sistema operativo que utilicemos, necesitaremos distintas configuraciones de memoria. Actualmente, el estándar está en 16 MB en la configuración base. De hecho, los módulos que más se están comercializando hoy día son los de 8 MB, y parece que esta configuración se mantendrá durante algún tiempo, ya que el nuevo formato de módulo de memoria (DIMM), también se comercializa en este tamaño.

Si utilizamos Windows 95, sabemos que necesitamos una configuración mínima de 8 MB, pero se recomiendan 12 MB para trabajar con un simple procesador de textos. Si queremos utilizar varios programas simultáneamente o bien, si queremos utilizar una base de datos o algún programa de comunicaciones en tiempo real, necesitaremos una configuración mínima de 16 MB.

Las pruebas demuestran que un equipo con Windows 95 incrementa la velocidad en casi un 30 por ciento al pasar de 8 a 16 MB, y otro 15 por ciento al pasar a 32 MB. A partir de esta cantidad, los incrementos de velocidad son casi imperceptibles, pues podemos cargar un mayor número de aplicaciones simultáneas, trabajar con imágenes más grandes y ofrecer un mejor soporte de red.

Con Windows NT, la necesidad de una gran cantidad de memoria es todavía mayor. Los requerimientos mínimos son de 16 MB de memoria, pero se recomienda una configuración de 32 MB, y si se pretende ofrecer un servicio "decente" a una red, la configuración ascenderá a 64 MB.

Pero el estándar sobre lo que se va a montar en la configuración base también viene marcado por el precio que el usuario está dispuesto a pagar. Durante 1996 la memoria se ha comercializado a un precio extraordinariamente barato, pero durante 1997 vuelve a subir y el dólar también está más caro, lo que hace suponer que la configuración de 16 MB como base se mantendrá hasta el final de 1997.

La memoria caché de segundo nivel tiende a desaparecer como elemento independiente susceptible de ampliación. La tendencia es que el propio procesador la incorpore, o bien que se incluya en la placa base como un elemento soldado, por lo que no se podrá ampliar.

La memoria de vídeo también se está incrementando, ya que cuanta más memoria utilizamos en la placa base, mayor resolución podemos conseguir a una frecuencia superior, lo que se traduce en imágenes más estables y más nítidas. La configuración base se encuentra actualmente en 2 MB de memoria EDO, aunque las nuevas placas ya empiezan a ofrecer una configuración de 4 MB de SGRAM, ampliable a 8 MB.

Comparativa de memorias

Muchos ensambladores piensan que si en las especificaciones de una placa base se afirma que admite memoria EDO, entonces admitirá cualquier módulo de memoria de este tipo. La realidad es que la memoria es uno de los elementos que más problemas puede dar en un ordenador. Además, las causas de un problema no se detectan fácilmente, porque no se suelen producir regularmente y pueden ser de distinta tipología.

Los fabricantes de memorias aseguran que todas funcionan correctamente en cualquier placa, pero el ensamblador deberá realizar un proceso de homologación o de certificación en cada modelo de ordenador que comercialice.

Algunos módulos se diferencian de otros en el estañado, es decir, en el material que se utiliza en la placa SIMM o DIMM. Unos módulos utilizan oro, mientras que otros utilizan un compuesto con aspecto de estaño o plata. Ambos modelos funcionan exactamente igual, pero el oro se desgasta menos (en equipos donde se sustituyen frecuentemente los módulos) y ofrece una conductividad mayor. En la práctica, cuando se homologan los módulos, funcionan exactamente igual.

Otro factor, de mayor importancia, es el calor que emiten los módulos de memoria. Algunos disipan más calor que otros, por lo que pueden incrementar la temperatura de todo el sistema y producir problemas en otros dispositivos. Este factor hay que tenerlo muy en cuenta en la homologación del módulo de memoria. Es necesario comprobar que cuando montamos los módulos de memoria en todos los bancos de la placa base, la temperatura del sistema no supera el límite establecido por el fabricante de la placa o de cualquier dispositivo.

Un aspecto determinante es el formato de los módulos. Aunque parezca increíble, nos hemos encontrado con módulos SIMM que ni siquiera hemos podido insertar en un zócalo de la placa base. Hemos tenido este problema en zócalos donde el módulo se debe insertar inclinado y coincidía con un modelo con chips en las dos caras.

Todas las memorias son equivalentes, tienen las mismas prestaciones y la misma calidad. No podemos comparar módulos de memoria de 60 nanosegundos porque todos los modelos ofrecerán la misma velocidad. Tampoco vamos a comparar el formato ni el tipo de chips porque, como ya hemos visto, una vez homologado, funcionará exactamente igual. Esto significa que si tenemos que comparar módulos de memoria, tenemos que recurrir a otros factores, como puede ser el servicio que puede prestar el fabricante, el servicio técnico, la garantía, el precio y, sobre todo, la disponibilidad.

Algunos factores que diferencian a un buen fabricante de memoria

Calidad. Los componentes del módulo de memoria ofrecen una garantía de calidad si son de primeras marcas, como Nec, IBM, Toshiba, Samsung, Texas Instruments, Hitachi, Mitsubishi o Fujitsu. Muchos módulos de memoria pueden llevar la marca del ensamblador, como Kingston, Crown Micro o Goldstar, pero los chips suelen ser de un pequeño grupo de fabricantes de semiconductores.

Compatibilidad. Los módulos de memoria tienen que estar homologados o certificados por los principales fabricantes de placas, como Intel, Acer, IBM, Toshiba, Compaq, etcétera, pero lo más importante es que esté homologada para la placa en la que se pretenda utilizar.

El fabricante suele tener una larga lista de placas con las que se ha homologado un módulo de memoria. Es interesante comprobar que nuestra placa está homologada, y si no lo estuviese, tendremos que realizar un proceso de homologación más exhaustivo.

Fiabilidad. En el proceso de fabricación, los módulos se deberían testear individualmente para asegurar su perfecto funcionamiento. Si una partida de módulos presentase un defecto y éste se detecta en equipos comercializados, el gasto en reparaciones será elevado. Para asegurarnos de que el fabricante ofrece unas medidas de fiabilidad aceptables, deberemos exigir las certificaciones del fabricante, como la ISO 9001, 9002, etcétera.

Para fabricar memoria hace falta una inversión tan alta, que sólo encontramos grandes fabricantes en el mercado y todos ellos ofrecen una fiabilidad adecuada.

Garantía. Los módulos deberían llevar una garantía de por vida. Algún fabricante la ofrece, como Vanguard o Kingston, pero la mayoría no ofrece ninguna garantía. Como mucho permite cambiar los módulos defectuosos en un pequeño período de tiempo. Es muy importante fijar las condiciones de garantía antes de decidirse a comprar a un determinado fabricante.

Documentación sobre la instalación. Si se comercializan los módulos de memoria al público, debería entregarse una

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