Adictos al e-mail
Meg Ryan y Tom Hanks protagonizaron, en 1998, la película "Tienes un e-mail". Siete años después, la comprobación de si han llegado nuevos mensajes al buzón de correo virtual se ha convertido en una verdadera adicción para muchos de los compatriotas de estos dos actores norteamericanos. Un estudio llevado a cabo señala que los estadounidenses están tan enganchados a esta forma de comunicación que son capaces de chequear su correo en el baño, en misa o, incluso, mientras conducen.
El estudio, firmado por Opinion Research, ha sido patrocinado por uno de los principales ISP de Estados Unidos, America Online (AOL). Según el informe, el usuario “medio” de correo electrónico en dicho país tiene dos o tres cuentas de e-mail y emplea una hora al día para leer, enviar y responder a los mensajes.
La dependencia del e-mail es tan fuerte para el 41 por ciento de los encuestados que, incluso, comprueban su bandeja de entrada nada más levantarse de la cama. Como media, cada usuario chequea su correo unas cinco veces al día, según el estudio, que ha consultado la opinión de 4.012 personas de más de 18 años de edad y que viven en las 20 ciudades más grandes del país.
Cerca de un veinticinco por ciento de los que contestaron a la encuesta reconocen ser tan adictos al e-mail que no pueden estar más de dos o tres días sin consultarlo, incluyendo las vacaciones, período en el que el 60 por ciento de los encuestados reconoce haberse conectado a su bandeja de correo electrónico.
Por eso, tampoco sorprende que, a veces, esta actividad conlleve el arrepentimiento. Cerca de la mitad de los encuestados (el 45 por ciento, concretamente) reconoce que le gustaría tener la posibilidad de recuperar un mensaje enviado pero que aún no haya sido leído.
Por último, cabe mencionar, como dato curioso, que a un 43 por ciento de los estadounidenses les gustaría poder hacer un seguimiento de los correos mandados y que hayan sido reenviados.
La dependencia del e-mail es tan fuerte para el 41 por ciento de los encuestados que, incluso, comprueban su bandeja de entrada nada más levantarse de la cama. Como media, cada usuario chequea su correo unas cinco veces al día, según el estudio, que ha consultado la opinión de 4.012 personas de más de 18 años de edad y que viven en las 20 ciudades más grandes del país.
Cerca de un veinticinco por ciento de los que contestaron a la encuesta reconocen ser tan adictos al e-mail que no pueden estar más de dos o tres días sin consultarlo, incluyendo las vacaciones, período en el que el 60 por ciento de los encuestados reconoce haberse conectado a su bandeja de correo electrónico.
Por eso, tampoco sorprende que, a veces, esta actividad conlleve el arrepentimiento. Cerca de la mitad de los encuestados (el 45 por ciento, concretamente) reconoce que le gustaría tener la posibilidad de recuperar un mensaje enviado pero que aún no haya sido leído.
Por último, cabe mencionar, como dato curioso, que a un 43 por ciento de los estadounidenses les gustaría poder hacer un seguimiento de los correos mandados y que hayan sido reenviados.
