Ciberseguridad o Ciberresiliencia

Las cuatro temporadas de Mr. Robot nos han enfrentado al que seguramente sea uno de los mayores retos de la segunda década del siglo XXI, en un momento clave para determinar el futuro de nuestras sociedades. La digitalización que se ha ido consolidado a todos los niveles, materializada a gran velocidad durante los últimos veinte años, se ha topado con un desarrollo igualmente potente de criminales, como el personaje interpretado en la serie por Christian Slater, dispuestos a explotar a su favor cualquier resquicio convertido en vulnerabilidad

Ante esta situación, empresas, instituciones y particulares tenemos que responder de manera adecuada a este gran reto que pone en peligro no solo la continuidad del desarrollo digital, sino el ecosistema que hemos diseñado durante estas décadas, y que estaba (y está) llamado a definir el funcionamiento de esta nueva sociedad de la cuarta revolución industrial, marcada por la convergencia de tecnologías exponenciales que han acelerado el cambio como nunca antes había sucedido en la Historia de la Humanidad.

El pasado mes de mayo celebrábamos en Ingram Micro los tres años de nuestro Centro de Excelencia en Ciberseguridad que nació con la vocación de ayudar al Canal en la ardua labor de identificar y resolver las vulnerabilidades que los sistemas de sus clientes presentan. Desde entonces, han sido cientos los “pentests” que hemos efectuado, muy relevantes las incorporaciones a nuestro equipo de “hackers éticos”, y muy preocupante la constatación del nivel de riesgo que soportan compañías de cualquier tamaño y sector.

Los más de 10.000 integradores con los que trabajamos, nos proporcionan una capilaridad tal que nos permite aventurar que somos uno de los más relevantes observatorios del entorno IT. Los datos que manejamos confirman una media de 40.000 ciberataques al día durante el pasado año 2021. Es decir, las compañías se dividen en tres: las ya atacadas, las que lo van a ser, y las que lo volverán a sufrir.

Dos han sido las principales lecciones aprendidas en estos años. La primera, la constatación de la imposibilidad para las empresas por debajo de 200 empleados (99,83 % del tejido empresarial español) de contar con un CISO que diseñe y ejecute una adecuada estrategia de protección, permanentemente actualizada, para afrontar las amenazas cambiantes a las que se enfrentan.

La segunda, la necesidad de centrar la defensa en el peor de los casos: el éxito de los atacantes. Es decir, planificar la defensa pensando en el minuto después. Ciberseguridad es un concepto pobre si no asegura la ciberresiliencia. Es decir, la continuidad del negocio a pesar del ataque, la correcta recuperación de datos y sistemas.

En ambos casos, los proveedores de servicios gestionados son la opción más eficaz. El aprovechamiento de las economías de escala de Ingram Micro para dotar a nuestros integradores de las capacidades necesarias para actuar como uno de ellos, nuestra aportación.

Reforzar la ciberseguridad no es una tarea excesivamente compleja si nos apoyamos en socios de confianza que nos guíen en procesos a menudo desconocidos y frenéticamente cambiantes. Destinar recursos a la ciberseguridad no es un gasto, sino una inversión a largo plazo que apuntalará nuestro lugar en el ecosistema digital y nos permitirá seguir compitiendo en entornos cada vez más cambiantes y complejos. Un reto en el que estamos todos juntos, y que podremos superar con iniciativa, determinación y movimientos acertados. La seguridad es un éxito por propósito, no por accidente.

Alberto Pascual es director ejecutivo de Ingram Micro España.