La Nueva Economía impone retos a la banca

La banca electrónica es una apuesta a largo plazo, cuyo desarrollo se liga a las nuevas vías de conexión.

A pesar de las espectaculares tasas de crecimiento anuales alcanzadas por la banca en Internet, que actualmente cuenta con unos 694.000 usuarios en España aproximadamente, su implantación avanza de forma lenta. Se trata de una de las conclusiones que se desprenden del informe elaborado por la AUI (Asociación de Usuarios de Internet), en colaboración con el Departamento de Economía de la empresa de la Universidad Carlos III de Madrid, basándose en los datos procedentes del análisis de la actual oferta y de los resultados de las encuestas a usuarios individuales y corporativos.
Con el fin de analizar las tendencias más actuales que rigen la implantación y desarrollo de la banca electrónica en España, así como profundizar en el estudio de los perfiles demográficos y económicos de sus principales usuarios, el informe ha examinado cuestiones que determinan otros datos importantes a considerar.
El perfil del usuario se define como una persona de clase media o media alta, entre 20 y 45 años, que en su mayoría trabaja con dos o más entidades y, en donde el sexo femenino representa un porcentaje minoritario del 20 por ciento que realiza fundamentalmente operaciones básicas, en contraposición a la presencia más numerosa del sexo masculino que recurre a un abanico más amplio de transacciones o servicios. Por nivel de ingresos, un 50 por ciento del total de usuarios obtiene rentas inferiores a 4 millones de pesetas, el 10 por ciento menos de 2,5 millones y el resto supera los 6 millones.
Respecto a las empresas usuarias, se destaca el papel fundamental que la banca por Internet puede desempeñar en la consolidación del comercio electrónico para el sector corporativo, poniendo de relieve la alta representación de las compañías dedicadas a servicios profesionales, un conjunto heterogéneo de las dedicadas a las manufacturas y la falta de presencia de aquellas que dirigen su oferta a servicios comerciales y de distribución.
Entre las principales ventajas que suponen para los usuarios el manejo de la banca electrónica se citan la gratuidad de ciertos servicios y la ubicuidad de la Red que garantiza el acceso desde cualquier parte del mundo a través de medios distintos en los que se incluye el teléfono móvil, y ello a pesar de contar con limitaciones como la imposibilidad de efectuar depósitos o disponer de efectivo desde determinados lugares.
En Internet, los bancos han descubierto que la sucursal más barata y rentable se encuentra en las pantallas de sus clientes, para lo cual sólo se requiere un ordenador que permita el acceso a la página Web correspondiente y la realización de transacciones utilizando el nombre de usuario y contraseña. Aún así, la banca electrónica es, actualmente, una apuesta a largo plazo y su lenta aplicación parece haber frustrado las expectativas de bancos, especialistas y clientes, asegura el informe que enumera como principales debilidades del desarrollo e implantación de la banca electrónica en España la falta de una política agresiva en la captación de nuevos clientes, la escasa atención prestada a otros productos financieros dentro del grueso del negocio de la banca comercial tradicional, los costes inherentes a la propia historia de la gran banca comercial, la inercia derivada de la experiencia acumulada en el diseño de productos de masas, y el reto que representa para los grandes bancos comerciales, acostumbrados a operar con grandes márgenes, el impulso de la banca en Internet que requiere a corto plazo cuantiosas inversiones.
A pesar de todo, la banca electrónica sigue su desarrollo asociando su mayor impacto a la aparición de portales verticales especializados en negocios y finanzas, donde los usuarios pueden realizar una amplia gama de operaciones bancarias, obtener información sobre mercados bursátiles y adquirir productos financieros operando a través de un único intermediario.
Las expectativas futuras sobre su desarrollo determinan un volumen de usuarios para el año 2004 de 2,64 millones, relacionando su crecimiento con las nuevas vías de conexión y exigiendo capacidades tecnológicas, profesionales, financieras y de marketing con las que no cuenta la banca tradicional. Se trata, por tanto, de lograr dar con la fórmula adecuada para conseguir un mayor número de clientes, conquistar su fidelización, hacer un uso eficaz de la información sobre ellos y conocer cómo construir nuevas redes de colaboración con socios tecnológicos.


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