PYMES, en el punto de mira del canal de distribución
Lo primero que debe
tener en cuenta un distribuidor, y por tanto un mayorista, son las características
del mercado al que se dirige y al cual quiere vender sus productos. La clave está
en conocer bien quiénes son y qué necesitan sus clientes potenciales.
En España, hablar de clientes empresariales para el distribuidor informático
es hablar de PYMES ya que, según datos del Ministerio de Ciencia y Tecnología,
actualmente nuestro país tiene un entramado empresarial formado en un 99,83
por ciento por pequeña y mediana empresa. Con estos datos en la mano, podemos
asegurar abiertamente que ignorar a las PYMES es desconocer la realidad del mercado
al que nos dirigimos.
Para llegar a una aproximación de cómo es realmente la pequeña
y mediana empresa, sólo es necesario acercarse a los últimos datos del
Instituto Nacional de Estadística que señalan que este colectivo genera
el 65 por ciento del empleo y el 64 por ciento de las ventas nacionales. La solidez
de este sector empresarial es, pues, imprescindible para el fortalecimiento del
sistema económico, para la generación de riqueza nacional y para la
creación de empleo. Este tipo de red empresarial es considerada, a todos
los efectos, el motor de la economía actual española. Asimismo, el 62
por ciento del gasto total en Tecnologías de la Información que se realiza
en nuestro país lo realizan estas empresas. A pesar de todo ello, y en función
de los datos cedidos por American Express, para el 46 por ciento de las empresas
los salarios representan el mayor gasto, seguido de la compra de las materias
primas con un 24 por ciento, y sólo un 5 por ciento del gasto total va a
parar a la tecnología de la oficina.
PYMES sí, pero
¿de qué tipo? Y, ¿qué necesitan?
La pequeña y mediana empresa es la primera en rechazar abiertamente
el término “PYME”, ya que se resiste a estar englobada en “un
todo” y demanda un trato más sectorial.
El problema de la definición de PYME es que acapara un espectro demasiado
amplio como para poder fijar, de una manera efectiva, una relación común
de necesidades y demandas. Por todo ello, se debe discernir entre las tipologías
de PYMES y ver cuáles son las mayoritarias. Según Isabel Barreiro, directora
general de política de PYMES del Ministerio de Economía y Hacienda,
España cuenta con un total de 2.591.000 empresas que se corresponden con
esta tipología. Además, y en función de los datos facilitados por
este organismo, el 92 por ciento son, en realidad, empresas familiares.
Si es significativo el hecho de que nuestro país cuente con más de 2
millones de PYMES, no lo es menos que más de la mitad (un 55,11 por ciento)
son empresas sin empleados, lo que se traduce en que gran parte del espectro empresarial
está integrado por una persona física sin empleados a su cargo. Esto
les convierte en objeto del conocido mercado SoHo, que se confunde con el mercado
doméstico y por el que los fabricantes están volviendo a mostrar interés.
Del resto de empresas metidas en el saco de las PYMES (1.300.000, aproximadamente),
985.000 tienen más de 9 empleados. De todo ello también podemos hacer
la lectura de que sólo 300.000 empresas de toda España tienen más
de 10 empleados, siendo únicamente 2.800 (0,11 por ciento) las que exceden
de 250 empleados.
Más que la cifra global ,quizá sea relevante el hecho de que es en este
segmento empresarial donde existen mayores perspectivas de crecimiento. El gasto
de las PYMES en Tecnologías de la Información ha mantenido tasas de
crecimiento de dos dígitos a lo largo de los últimos años, dos
puntos por encima de las tasas de crecimiento en las grandes empresas, según
IBM.
De todos modos, el mercado de las Tecnologías de la Información no tiene
una distribución uniforme por todo el territorio de nuestro país. Así,
los datos que maneja el INE (Instituto Nacional de Estadística) demuestran
una alta concentración de las ventas en la Comunidad de Madrid, en gran medida
condicionada por la gran proporción de sedes centrales de empresas en la
capital, y también por la distribución secundaria desde Madrid a otras
comunidades. También pone de manifiesto que es en Madrid, Cataluña y
La Rioja donde se da una mayor proporción de gasto en TI con relación
al producto interior bruto de cada comunidad, mientras que Castilla y León,
Andalucía y Canarias se sitúan en el otro extremo.
Pero todos estos datos toman diferentes significados si nos paramos a compararlos
con la cantidad de distribuidores que hay repartidos por España. Así,
una autonomía como Andalucía cuenta con un gran número de PYMES
(384.000 empresas), con aproximadamente 1.300 distribuidores y una cuota de mercado
TI de esta autonomía de 5,2 por ciento sobre el total de España. De
todo este baile de números podemos deducir que, a pesar del alto número
de PYMES de esta autonomía, no es tal si tenemos en cuenta su extensión
geográfica y la existencia de 8 provincias. Además, dado el escaso número
de distribuidores y su baja inversión en TI, es de esperar que sea un mercado
en crecimiento que puede experimentar un gran aumento de gasto en materia de tecnología
en un futuro próximo.
En el otro extremo se encuentra el País Vasco, que cuenta con unas 152.000
PYMES y apenas 660 distribuidores informáticos. Aunque también puede
ser una gran oportunidad de negocio, cabe destacar que, con una extensión,
población y número de provincias reducido, aporta un 6,1 de la cuota
de mercado de TI sobre el total del país. Esto viene a demostrarnos que se
trata de un mercado más “educado” en materia de nuevas tecnologías
y más receptivo a la hora de incorporarlas a su estructura interna, pero
también debemos tener en cuenta que se trata de un mercado más maduro
y que, quizá, no experimentará un crecimiento como el que cabe esperar
en el caso de Andalucía.
Cómo atacar
este sector: necesidades y demandas
No cabe duda de que este tipo de empresas puede llegar a convertirse
en un filón de oro en cuestión de comercialización de soluciones
relacionadas con las Tecnologías de la Información. Por ello, a la hora
de dirigirse a la PYME hay que saber con qué tipo de equipamiento tecnológico
cuenta. Así, el 92,4 por ciento de la pequeña y mediana empresa española
tiene ordenadores de sobremesa y un 78,6 tienen teléfono móvil. Éstas
son las dos tecnologías más arraigadas y de mayor expansión, pero,
en la otra cara de la moneda, las PYMES tienen una enorme carencia en tecnologías
de lo que podríamos ll