La piratería del software en las empresas desciende, pero las pérdidas continúan

Según el octavo informe global de la BSA

El índice de piratería global en el sector del software se ha reducido hasta el 39 por ciento en 2002, de un total del 49 por ciento registrado en 1994, fecha de realización del primer estudio, según cifras del último análisis de la Business Software Alliance (BSA).
Por otra parte, y pese a este descenso, el escenario mundial sigue presentando unas pérdidas globales por piratería de software de 13.000 millones de dólares, lo que supone un aumento del 19 por ciento respecto a 2001. “Con estas cifras, la piratería de software sigue siendo un desafío para la industria desarrolladora de programas informáticos”, ha comentado Alfons Sort, presidente de BSA en España.
Entre las razones a las que alude la BSA destaca “la recensión económica, así como el aumento de las conexiones de banda ancha que ha propiciado las descargas de software robado” según Richard Saunders, director de la BSA.
Si revisamos el mercado europeo, que acapara el 24 por ciento de las pérdidas totales de piratería en todo el mundo, podemos verificar que se ha registrado un descenso de 17 puntos, pasando del 52 por ciento al 35 por ciento en 8 años. Pese a estas cifras, las pérdidas que repercuten a los fabricantes de software van en aumento. De hecho, han crecido un 19 por ciento.
Nuestro país, pese a haber experimentado una reducción de dos puntos porcentuales en el último año, con un 47 por ciento sigue ocupando la segunda posición en el escenario de europeo con mayor porcentaje de aplicaciones pirateadas. De hecho, los índices más altos de piratería de software corresponden a Grecia con un 63 por ciento y España con un 47 por ciento. Las pérdidas económicas que atesora España, según el informe, ascienden a más de 97 millones de dólares. “A pesar de la mejora en los índices de piratería, ésta sigue sin ser suficiente si se tiene en cuenta la diferencia de 12 puntos que todavía tiene España respecto a la media europea”, subraya Alfons Sort.
Cabe señalar que en estos datos sólo se incluye la piratería en las empresas, y no en los usuarios domésticos. Entre las empresas y organismos en los que la BSA ha detectado usos fraudulentos del software se encuentran en su mayoría pequeñas y medianas organizaciones, “aunque también las grandes empresas tienen aplicaciones piratas. Además, también se ha observado este comportamiento en despachos profesionales, como abogados, e incluso en ayuntamientos”, destacaba Sort. En general, la conclusión que se obtiene es que la piratería es mayor en aquellas empresas con menos “educación informática”.
Por otro lado, los índices más bajos corresponden a Dinamarca, con un 24 por ciento, y Finlandia, con un 25 por ciento. Mientras las mayores pérdidas económicas corresponden a Alemania con 934 millones de dólares, seguido de Francia e Italia con 663 y 510 millones, respectivamente.
Por su parte, América del Norte tiene uno de los índices más bajos de piratería. Tan sólo un 24 por ciento del software de empresas en Estados Unidos es pirata en comparación con el 35 por ciento en Europa.
África y Oriente Medio han mostrado la reducción más relevante en la cantidad de programas pirateados. Si en 1994 ocho de cada diez paquetes de software en las empresas de Oriente Medio y África era ilegal, actualmente la cifra se ha reducido y se encuentra en torno al 49 por ciento. Finalmente, la segunda mejora más destacada ha tenido lugar en América Latina.


La importancia de un canal concienciado
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Según las explicaciones aportadas por Alfons Sort en la presentación de este octavo informe sobre piratería, el canal sigue jugando un papel fundamental en este problema, tanto en su implantación en España como, sobre todo, en su erradicación.
“Hace unos años”, explicaba Sort, “casi el cien por cien de las aplicaciones piratas eran vendidas por el canal de distribución. Hoy hay otras formas de distribuir de manera ilegal el software, como Internet”. Sin embargo, es cierto que gran parte de las acciones que ha emprendido en 2002 la BSA han sido, precisamente, contra el canal de distribución.
Sin embargo, desde esta organización se observa una mayor implicación de los distribuidores profesionales para acabar con esta lacra. “El canal es la parte más interesada en acabar con la competencia desleal que le supone la venta ilegal de software, ya que le arruina el negocio”, concluía Sort.

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