El confinamiento y sus réplicas impulsan el negocio del 'gaming'

Decir que el mercado del gaming goza de buena salud es una obviedad tan grande como su tamaño. Y es así. La consultora NewZoo espera un crecimiento en sus ventas a escala mundial del 9.3% para cerrar el año con una recaudación superior a los 159 300 millones de dólares. 

Por ese motivo, hemos charlado con representantes de los principales protagonistas del mercado, tales como Javier Sánchez, director de ventas de MCR; Alvaro Navascues, Consumer Desktops, Displays and Tablets Category manager en HP; y Álex Mora, coordinador de la parte de movilidad de Esprinet Ibérica. Un diálogo que podrá leer en su totalidad en el próximo número de DealerWorld, y del que se pueden extraer varias conclusiones. La más clara: que se trata de un mercado que no parece tener techo.

Mercado que ha conocido novedades que lo han impulsado más si cabe, como es el caso de la incorporación de los monitores curvos, al tiempo que la preferencia por monitores de tamaño más pequeño, como los de 23,6 pulgadas, ha decrecido. Por el contrario, los monitores de 27 pulgadas han incrementado su participación de mercado en cinco puntos en el transcurso del año hasta alcanzar una cuota de mercado del 39% en julio. 

Y un mercado en el que el distribuidor que ya lo conoce se encuentra con un negocio que puede manejar con soltura y obtener rendimientos en forma de venta cruzada gracias al gran conocimiento de las soluciones que tienen los clientes; quienes, en su mayor parte, "incluso tienen más conocimiento que los propios distribuidores en cuanto a qué necesitan o qué quieren para sacar una mayor experiencia al juego", según admitió Álex Mora.

No obstante, si se puede hablar de algún nubarrón sobre su horizonte, este podría ser una hipotética falta de stock en los próximos meses en lo que a sus soluciones más demandadas se refiere -portátiles o tarjetas gráficas, de manera principal-, algo que no afectaría únicamente a este mercado, por ser dispositivos también demandados por otros.

En definitiva, un mercado que ha conocido nuevos entusiastas con los diversos confinamientos y cuyo techo no parece tener fin. O eso parece.