La nube incrementa el poder de procesamiento de las supercomputadoras

Los superordenadores están siendo utilizados para una amplia variedad de propósitos de cálculo intensivo. Desde ejemplos más evidentes como puedan ser las predicciones meteorológicas de cualquier agencia, al uso dado por las administraciones gubernamentales, con el ejemplo de los Estados Unidos como herramienta para controlar el arsenal de armas nucleares. El coste de utilizar sistemas de alta computación ha supuesto tradicionalmente una barrera para hacer un uso más amplio de estas tecnologías.

Según la firma estadounidense Cray, que se encarga de equipar algunas de las supercomputadoras más grandes del mundo, la provisión de infraestructura de computación de alto rendimiento basada en procesos en la nube ayudará a ampliar el acceso en el futuro. Esto significa que organizaciones que hasta ahora no contaban con suficiente presupuesto como para acceder a este tipo de computación, en adelante lo tendrán, con habilidades para hacer uso de hardware complejo a gran escala. Digamos que se democratiza la supercomputación.

De alguna manera, la firma viene a confirmar como de un tiempo a esta parte, se está impulsando el concepto de supercomputación como servicio, asociándose a la firma de alojamiento Markley. El primer producto fruto de esta asociación parece ser Cray Urika-GX, un sistema que combina elementos de arquitectura de supercomputador, con herramientas de análisis de datos preconfigurados. Existen planes para agregar rápidamente la gama completa de soluciones de infraestructura de Cray.

La idea es poder reducir las barreras para acceder a esa tecnología y a las capacidades que esa tecnología ofrece, destaca Dominik Ulmer, vicepresidente de operaciones empresariales de EMEA de la firma Cray. "Al ofrecer Urika-GX en un entorno en la nube, se reducen también los tiempos de operación, ya que las compañías no tienen que pasar por un proceso de adquisición. El directivo destaca además que “los departamentos de TI no se ven en la necesidad de acudir hasta su centro de datos para configurar un Urika-GX, ya que es posible ir a Markley y arrendar un sistema”.

Desde el punto de vista tecnológico, también es positivo para el departamento financiero de las organizaciones, puesto que se impulsa el modelo Opex frente a un Capex, siendo más sencillo tener acceso a recursos internos para usar el sistema, y eliminando los costes asociados a la pertenencia del hardware y la necesaria actualización de los mismos.

Desde el punto de vista de las nuevas oportunidades, Cray apunta a sectores como el farmacéutico o de genómica como clientes iniciales. Un MIT y el centro de investigación de la ciencia biomédica de Harvard, llamado Broad Institute, utilizaron el sistema para vincular los datos de pacientes de cáncer con genómica y proteómica. Esto les permitió detectar las relaciones entre una configuración genómica individual y las tasas de mortalidad de cáncer, para comprender mejor el método ideal de tratamiento. Sin embargo, Cray vaticina que los usos se expandan a otras áreas como el de la seguridad cibernética, petróleo y gas, finanzas y muchos otros sectores. "La industria está descubriendo la supercomputación como una ventaja competitiva, y están empezando a explorar esto cada vez más", destaca Ulmer. "El elemento fundamental es que las compañías pueden ejecutar modelos más grandes en un tiempo inferior, lo que se traduce en que puedan resolver problemas más complejos para lanzar sus productos al mercado en un menor tiempo. No obstante, muchos ven ahora como el estándar en la industria en lo que respecta a diseño, parece haber llegado a los límites de su capacidad.

Cambiando el mercado de la supercomputación

El mercado de supercomputación ha disminuido drásticamente en los últimos meses. Los ingresos de compañías como Cray cayeron de 105 millones de dólares en el primer trimestre de 2016, a 59 millones de dólares en el primer trimestre de 2017, con pérdidas netas de 19,2 millones de dólares.

Ulmer atribuye la caída principalmente a la disminución de los presupuestos en el sector público, tradicionalmente la fuente principal del negocio. La llegada de la supercomputación como servicio puede provocar la aparición de nuevos clientes.

La computación de alto rendimiento (HPC) ya es ofrecida por proveedores de soluciones en la nube como AWS y Google. Cray pretende ofrecer la misma comodidad de la nube, pero con mayor poder de computación y más control sobre el hardware, sin comprometer el rendimiento.

"Cuando se apuesta por un proveedor de nube estándar, no se obtiene el nivel de rendimiento que normalmente se obtendría con Cray”, afirman desde la compañía. Si nos fijamos en el modelo implementado con el Urika-GX, cuando se arrenda el sistema en Markley, el sistema no se comparte con nadie más durante la primera semana. Por lo tanto, la nueva compañía no tiene la influencia de las actividades de otros procesos en ese sistema. De esta forma, el nuevo cliente obtiene el rendimiento completo. No se trata de una infraestructura de nube de propósito general, sino que está realmente diseñado como un superordenador del que el cliente podrá hacer uso como si se tratase de una máquina dedicada.

Ulmer añade que la supercomputación de Cray como modelo de servicio también proporciona un nivel de control exquisito del que carecen otras opciones de HPC disponibles en la nube.

"Si quieres lograr el máximo rendimiento, tienes que ser capaz de poder controlar el hardware, hasta el punto de que sea posible escalar la aplicación en los instantes que sea necesario, afirma Ulmer. “En definitiva, con Cray obtienes pleno control sobre el hardware, tanto como sea posible, a la vez que obtienes la facilidad de uso de la nube”, concluye Ulmer.