Histórico

Teletrabajo, el reto de la formación

Por la complejidad de las tecnologías y la necesidad de investigar las necesidades de las empresas.

Desde hace años se viene hablando de las bondades del teletrabajo, y de que se trata de un fenómeno que va a asentarse en nuestro país provocando un cambio profundo en usos comerciales, laborales e incluso sociales. Vemos el ejemplo en otros países, como Estados Unidos o el Reino Unido, pero parecía que nunca nos iba a llegar el turno. Pues bien, los indicadores demuestran que España dispone ya de todos los factores necesarios para que se produzca el boom del teletrabajo.

La tecnología está suficientemente desarrollada, el precio del hardware es cada vez más bajo y la próxima liberalización de las telecomunicaciones va a provocar una competencia que tendrá como efecto inmediato la reducción de las tarifas telefónicas. Las condiciones favorables están ahí, y los expertos señalan la barrera del año 2000 como el momento en el que este proceso será ya imparable. Sin embargo, el reto del dealer para afrontar esta apuesta se sitúa a más corto plazo. 1997 es la fecha señalada por algunos para el definitivo espaldarazo a Internet e Infovía, dos sistemas que aparecen como las antesalas del teletrabajo. Quienes se mueven en este mercado tienen una posición de ventaja de cara a la explosión del teletrabajo, que según las previsiones va a generar un mercado de entre 150.000 y 200.000 usuarios en apenas tres años. Una revolución que va a suponer grandes oportunidades para el distribuidor. Una condición se revela imprescindible, la formación en dos vertientes: técnica, especialmente referida a las telecomunicaciones, y comercial. Investigar las necesidades de las PYMES y ofrecerles las mejores soluciones serán las claves del éxito.

En otros países, el teletrabajo es un fenómeno muy avanzado. Ejemplo paradigmático de ello son los Estados Unidos, con 25 millones de personas trabajando en el hogar, ya sea a tiempo completo o parcial. O, por poner un ejemplo más cercano, el Reino Unido, donde actualmente se contabilizan más de 600.000 teletrabajadores, la mitad de los que hay en toda Europa. También los países del Norte tienen proyectos muy avanzados y algunos de ellos realmente productivos. Es el caso de Siemens Nixdorf en Estocolmo, donde el 70 por ciento de los empleados han abandonado las oficinas centrales para trasladarse a sus hogares y realizar desde allí sus tareas diarias. Y este porcentaje tan elevado, casi tres cuartas partes de la plantilla total de la empresa, demuestra que no son sólo los trabajadores del departamento comercial de la compañía, a los que se les ha dotado de instrumentos técnicos para facilitar su labor cuando desarrollan su cometido fuera del centro de trabajo. Se trata de que una porción muy importante de las tareas fundamentales de la empresa pueden realizarse mediante el teletrabajo.

Situación en España

Esto es lo que ocurre en otros países. Pero, ¿cuál es la situación en el nuestro? Lo cierto es que el teletrabajo es un concepto del que se viene hablando desde hace mucho tiempo, pero cuyo boom todavía no termina de producirse, por lo menos al mismo nivel que en los países anteriormente descritos. Actualmente, parece que las expectativas son más positivas que nunca y algunos indicadores así lo señalan. Indicadores como pueden ser, por ejemplo, las cifras de ventas de ordenadores portátiles. Tomando como ejemplo los datos ofrecidos por una de las empresas dedicadas de forma más específica a la fabricación de estos equipos, Toshiba, la facturación de su último semestre fiscal, cerrado el 30 de septiembre, se ha incrementado en un 31 por ciento. Si nos referimos al número de unidades, el crecimiento alcanza el 27 por ciento. Según el director de la división informática de esta compañía en nuestro país, Esteban Valdés, es difícil determinar qué proporción de los compradores de estos equipos los van a utilizar para teletrabajar, pero sí es factible pensar que una buena parte de ellos van a conectar sus ordenadores mediante algún sistema de comunicación, teléfono GSM, línea telefónica ordinaria, o RDSI, para transferir datos a otro punto. Al fin y al cabo, esta es la esencia del teletrabajo. Pero además, hay que tener en cuenta que esta no es la única forma de teletrabajar. Sistemas como Internet o Infovía ofrecen una posibilidad muy amplia, sin necesidad de tener que contar con una equipación específica.

Siguiendo con los datos ofrecidos por Toshiba, entre el 40 y el 50 por ciento de la cuota de mercado de esta compañía que equivalen al, 27 por ciento del total del mercado de portátiles en el último trimestre, está destinada a equipar las redes comerciales de grandes compañías, bancos, aseguradoras, grandes distribuidores, etc.

Pero, ¿quién está teletrabajando actualmente en España? Al ser un fenomeno incipiente, son de momento las grandes compañías las que se lanzan a este tipo de proyectos. Aunque se trata de planes que llevan gestándose varios años, por lo que cabe esperar que en un futuro próximo proyectos similares que hasta la fecha se han mantenido en fase de estudio, cobren vida y se conviertan en una operación real.

Llevar el mensaje a las PYMES

Para Esteban Valdés, el boom en las grandes empresas ya se ha producido, especialmente en lo referido al teletrabajo conocido como nómada o móvil. Lo que hace falta ahora es llevar este mismo mensaje a las pequeñas y medianas empresas. Para ello, es quizá necesaria la coincidencia de una serie de factores. En opinión de Bosco Bilbao, jefe de poducto de Cisco, "el primer disparador del teletrabajo va a ser que bajen las tarifas de Telefónica, y eso va a ocurrir cuando se liberalice el mercado". Precisamente, en la primera semana de octubre el ministro de Fomento español viajó a Bruselas para negociar la fecha de entrada en vigor de la total liberalización de las concesiones de telefonía en nuestro país. La Comisión Europea insiste en que ésta debe aplicarse el 1 de enero de 1998. España pretende conseguir una prórroga de un año, es decir, en 1999. En cualquier caso, son fechas que se encuentran a la vuelta de la esquina, la reducción de tarifas será una realidad antes del año 2000. Según se vayan abaratando las comunicaciones y el hardware, la rentabilidad de las inversiones en esta tecnología, e incluso en la infraestructura de servidores que hay que montar al otro lado del teletrabajador, en el centro de trabajo, aumentará progresivamente.

Pero no habrá que esperar tanto para ver aumentar el número de teletrabajadores en España.

Teletrabajar a través de Internet

Existen de momento otras vías mucho más económicas. Nos referimos a Internet e Infovía, y según Bosco Bilbao "durante el 97 se va a producir una auténtica explosión de estos dos sistemas. Con ellos mucha gente se va a ir introduciendo en el teletrabajo de forma gradual. En un principio, permite muchas de las utilidades del teletrabajo, sin necesidad de tener que comprar un complicado entramado de equipos informáticos y de telecomunicaciones. Muchas empresas van a comprobar de esta manera las ventajas de esta forma de trabajar y se van a crear nuevas necesidades. El siguiente paso será la instalación de una propia red de teletrabajo".

Aunque el auge de Internet ya se ha manifestado en nuestro país, es interesante para el dealer insistir en la difusión de las utilidades de esta red de cara al teletrabajo, ya que actualmente esta faceta no está suficientemente explotada. De acuerdo con una encuesta realizada en EE.UU., el 64 por ciento de los usuarios se conecta a la red para conseguir información de aficiones y el 51 por ciento para participar en grupos de discusiones.

Atendiendo a las previsiones elaboradas por el grupo Gartner, el próximo año habrá cinco millones y medio de teletrabajadores en Europa, de los que entre 150.000 y 200.000 serán españoles.

Según una

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