Histórico

Procesadores y chipsets

La nueva ola

El continuo desfile de nuevos productos y tecnologías, fruto de la dura competencia en el sector informático, y especialmente en el campo de los componentes elementales de los ordenadores personales, tales como procesadores, chipsets y memorias, están provocando una inusitada diversidad de configuraciones y posibilidades nunca vista hasta la fecha. Va siendo hora de poner un poco de orden en toda esta nueva oleada de novedades, haciendo un repaso pormenorizado de la más candente actualidad.

La todopoderosa e omnipresente Intel, no sabemos muy bien por qué, está perdiendo en estos últimos meses gran parte del prestigio ganado a pulso durante tantos años gracias a la fabricación y buen funcionamiento de sus famosos procesadores. La adopción de una serie de decisiones arriesgadas como la apuesta por la memoria Rambus, así como la detección de fallos de última hora en algunos de sus últimos productos (hablamos de los chipset 820 y Pentium III a 1,13 GHz), ha provocado que parte del mercado, algo cansada de los designios de Intel, haya optado por buscar otras alternativas en las que no tuviesen que realizar profundos cambios técnicos ni estructurales para la obtención de mayores prestaciones.
Ante este convulso panorama, otros fabricantes que permanecían algo más en el anonimato, no han desaprovechado esta oportunidad para arrebatar parte del extenso negocio que Intel tiene en el popular terreno del ordenador personal.
Si hasta hace bien poco tiempo, Intel era el único fabricante conocido por la mayoría de los usuarios domésticos, AMD, por derecho propio, se ha ganado, a base de no poco esfuerzo, un merecido reconocimiento general. A pesar de su perenne etiqueta de segundón, AMD, tras la puesta en escena de su potente procesador Athlon de "séptima generación" con microarquitectura x86, consiguió superar en prestaciones a su directo rival, el archiconocido Pentium III. Este hecho histórico no pasó desapercibido para los distintos fabricantes y ensambladores de equipos informáticos, y no se lo han pensado dos veces al apostar por el nuevo procesador de AMD en sus nuevos equipos de gama alta. Firmas tan conocidas como Compaq, Fujistu, HP e IBM, entre otras muchas más, introdujeron ordenadores de gama alta equipados con los procesadores Athlon de AMD, signo más que evidente de las posibilidades reales de dicho procesador y tangible muestra de lo serias que se están poniendo las cosas para Intel dentro de "su mercado", el del ordenador personal.
Algo parecido ha ocurrido con VIA Technologies, una firma dedicada principalmente a la fabricación de chipsets que ha sabido ofrecer a sus clientes (ensambladores de placas base), en el momento y lugar oportuno, lo que Intel no ha querido o sabido proporcionar. Además, y hasta la fecha, VIA se había caracterizado por realizar una oscura labor de apoyo a los procesadores de AMD.
Pero lo que es la vida, un rumbo equivocado unido a una mala maniobra de los dirigentes de Intel en los traicioneros mares de la memoria Rambus, ha propiciado que tanto VIA como AMD, puedan ser ahora mismo quienes mejor aprovechen los favorables vientos que impulsan el negocio de los ordenadores personales.
Para despejar las posibles dudas que se ciernen sobre este maremagnun de nuevos procesadores, chipsets y tipos de memoria, el reportaje En Profundidad de este mes se centra en explicar, de forma concisa a la vez que clara, las últimas tecnologías presentes en el mercado dentro del ámbito del popular ordenador personal, con el objetivo de mantener informado al dealer para que sepa y pueda dar una acertada contestación a los numerosos interrogantes que constantemente le plantean sus clientes más inquisitorios.

A río revuelto, ganancia de pescadores
La polémica surgida en torno a la conquista del honorífico título de ser el primer fabricante en poner en el mercado un microprocesador que alcanzase la mítica cifra del gigahercio, ha sido un ejemplo más de la enorme rivalidad y férreo marcaje que esta dos firmas tienen entre manos.
A nadie se le escapa que esta problemática está más motivada por una agresiva estrategia de marketing, que por una verdadera necesidad de mayores prestaciones por parte del mercado. Tanto es así, que la campaña propagandística derivada del lanzamiento casi simultáneo de los microprocesadores a 1 GHz de los eternos rivales AMD e Intel, se ha seguido por parte de los espectadores, profanos o no en el tema, como una carrera de fondo en la cual ninguno de los dos participantes quería quedar por detrás de su oponente. Al final, AMD se llevó el gato al agua consiguiendo elevar aún más su caché internacional, e Intel no supo estar a la altura de las circunstancias dando muestras de una cierta precipitación e improvisación.
No obstante, una vez alcanzada la tan deseada meta, los acontecimientos en el mercado han seguido su curso normal. Es decir, a pesar de la teórica disponibilidad de los primeros procesadores con velocidades que superan el gigahercio, a pie de campo estos procesadores, tanto de uno como del otro bando, no han desembarcado todavía en grandes cantidades en nuestro mercado, ...mucho ruido pero pocas nueces.
Obviamente, hay que rentabilizar los costes de los proyectos que estaban en marcha antes de tan grandilocuente anuncio. En otras palabras, poner en el mercado los procesadores que estaban fabricándose por aquel entonces. En síntesis, un claro ejemplo más de la competitividad que actualmente hay en el sector, y que esperemos se mantenga durante el mayor tiempo posible.
Pero esta competitividad no sólo se restringe al ámbito de los procesadores, y más concretamente en el mercado del ordenador personal, ya que debido al auge y a la mayor demanda de equipos dotados con los procesadores de AMD, las distintas firmas, grandes o pequeñas, que siempre han estado acompañando y apoyando el desarrollo de los productos de esta marca, se están aprovechando de este fuerte tirón, viendo de este modo recompensada la fidelidad mantenida hacia esta firma. Un claro ejemplo lo encontramos en la popularidad de los chipsets de VIA, la cual se está beneficiando tanto del éxito de los nuevos procesadores de AMD como de los errores de Intel con su chipset i820.
En conclusión, esta oleada de aire fresco en el mercado supone un gran reto para los distribuidores, ya que tienen en sus manos la capacidad de decidir y elegir los productos de uno u otro fabricante cuando tengan que ensamblar los nuevos equipos para el mercado doméstico, tanto de gama media/alta como baja y, muy pronto también, en el ámbito del ordenador portátil.
Del mayor o menor acierto en su trabajo, tanto el distribuidor como el cliente final serán los grandes beneficiados, al ver como esta escalada de prestaciones se puede traducir también en una rápida bajada del precio de los componentes incorporados a cualquier equipo informático.

AMD e Intel, la lucha continua
Sin duda alguna, la popularidad y crecimiento económico de Intel se ha cimentado en el éxito de sus procesadores con arquitectura x86. Durante todos estos años, hasta la aparición del Athlon de AMD, Intel siempre había llevado las riendas del mercado, haciendo y deshaciendo a su antojo. Cuando creía oportuno introducía un nuevo modelo, y cuando había hecho caja suficiente sacaba su sucesor para estimular nuevamente el negocio. Desde esa posición de predominio, Intel, ha hecho muchas cosas buenas en aras de la informática, aunque también lleva a sus espaldas unas

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