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Incrementar la memoria: mejorar las prestaciones sin tener que cambiar de ordenador. El aumento de memoria es mucho más económico que invertir en nuevos equipos

Cuando un usuario se sienta delante de un ordenador y pasa diez segundos sin poder realizar una acción porque la máquina está “pensando”, lo normal es que el usuario empiece a pensar en cambiar su máquina porque la que tiene ya se le ha quedado obsoleta. Pasar de un procesador a otro con más velocidad de reloj es una solución, pero también hay otras que, además, se presentan como más económicas. Esto se debe a que, pese a lo que piensan muchos usuarios, el procesador no lo es todo. Hay aspectos, como la memoria del ordenador, que influyen positiva o negativamente en el rendimiento del equipo, y cuya actualización, ampliación o mejora, puede suponer un incremento de las prestaciones del equipo sin necesidad de realizar una gran inversión.

Desafortunadamente, los empleados de las empresas gastan un tiempo elevado cada día con los ordenadores, esperando cuando trabajan con grandes hojas de cálculo, realizan extensos informes o se bajan información de Internet. ¿La falta de velocidad es debida a los PC y portátiles de los empleados? ¿Es el servidor de red demasiado lento? Realmente, pueden ser ambos.
La velocidad de los equipos tiene mucho que ver con la memoria. Una mayor capacidad en la memoria significa mayor velocidad. En lugar de retirar sistemas que se han quedado obsoletos y sólo tienen entre dos y cinco años de vida, el aumento de memoria es la forma más fácil, rápida y económica de mejorar el rendimiento. Mantiene, por otro lado, un bajo coste de propiedad y, además, asegura la calidad del sistema.
Otra ventaja del aumento de memoria es que no tiene que iniciar la instalación del sistema desde el principio. Y esto también ayuda a ahorrar en costes. Además, los precios de memorias RAM no son ahora tan altos como lo eran hace meses.

Incrementar el rendimiento de las máquinas
La velocidad de los sistemas no está supeditada sólo a la memoria del servidor, sino también al rendimiento de cada uno de los ordenadores. Hoy en día, las estaciones de trabajo y los portátiles son, generalmente, comercializados con una memoria RAM de 64 MB, suficiente para que los sistemas básicos funcionen con un buen rendimiento, pero quizá algo insuficiente para los usuarios profesionales.
Con la introducción de Windows 2000, las necesidades de memoria se incrementarán mucho más. Trabajar a un nivel básico en un entorno de oficina requerirá al menos 64 MB de RAM, en tanto que los usuarios profesionales, quizá, precisen al menos 128 MB de memoria RAM para la preparación de informes más complejos y presentaciones de negocios o realizar gestiones de proyectos y aplicaciones e-business con una velocidad óptima. Obviamente, ingenieros y diseñadores requerirán una memoria aún mayor.

Poner el servidor a prueba
Un estudio independiente llevado a cabo por la compañía Mindcraft, mostró que aumentado al doble la capacidad de la memoria, el tiempo de respuesta de un servidor Web se reducía a la mitad. Otros resultados demostraban que los servidores de aplicación podían soportar entre tres y diez veces más clientes, simplemente aumentando la capacidad de la memoria. Con el mismo procedimiento, es decir, duplicando la memoria en los servidores de directorio, el rendimiento se incrementaba hasta en un 1.000 por cien.
Kingston, uno de los fabricantes de memorias más destacados, mantiene que los resultados de este estudio son reales y, además, demostrables. Por este motivo, el fabricante ha puesto en marcha una iniciativa consistente en ofrecer un módulo de actualización de memoria para el servidor de la empresa de forma gratuita para que ésta pueda probarlo durante un período de 30 días.

¿Cuánta memoria necesito?
La respuesta más rápida a esta pregunta es muy sencilla, cuanta más mejor. Pero no siempre es posible incorporar al ordenador toda la memoria que el usuario quiera, a menos que el dinero no sea un problema para él.
En la mayoría de sistemas operativos modernos se utiliza la memoria virtual, que no es más que un espacio del disco duro, reservado, y que el procesador es capaz de utilizar como si fuese memoria RAM convencional. Su principal inconveniente es que el acceso es extremadamente lento, si lo comparamos con el de la memoria física. Cuando el sistema operativo se queda sin memoria RAM, empieza a utilizar la memoria virtual. A partir de este momento el rendimiento del ordenador cae de forma estrepitosa. Para evitar que esta situación convierta en un sufrimiento el trabajar con el ordenador, el sistema operativo mueve a la memoria virtual los programas que no están en uso, cuando se agota la memoria física, para liberarla. En equipos con poca memoria, en los que se ejecuten varias aplicaciones, y se esté cambiando de una a otra constantemente es fácil desesperarse viendo como al cambiar de aplicación se bloquea el ordenador durante algunos segundos, en los que la luz de acceso al disco duro apenas tiene tiempo de apagarse.
Si tenemos un equipo con 16 MB de RAM, que utiliza Windows 95 ó 98 como sistema operativo, apenas podremos arrancar una aplicación sin que se dispare el acceso a la memoria virtual. Simplemente con ampliar la memoria a 32 o, mejor, 64 MB, conseguiremos un aumento del rendimiento espectacular. Es preferible tener un procesador un poco más lento, y disponer de 64 MB de RAM, a tener un Pentium III a 500 MHz, con 16 MB de RAM, permanentemente en espera de que lleguen los datos de la memoria virtual. Si utilizamos Windows NT Workstation, habrá que sumar 16 ó 32 MB a las cantidades recomendadas.
Para máquinas basadas en Windows NT Server se ofrece en la documentación de Microsoft algunas fórmulas para calcular la memoria necesaria en función del número de usuarios y servicios de que van a disponer, pero un mínimo de 64 MB es imprescindible si queremos que el sistema operativo funcione de una forma fluida. Si tenemos unos 5 usuarios que pueden acceder de forma simultánea al servidor, debemos contar con un mínimo de 128 MB.
A partir de ciertas cantidades de memoria ya no se obtiene un aumento del rendimiento apreciable. Esto es porque no suele accederse a la memoria virtual, puesto que siempre hay memoria RAM suficiente. Lo ideal sería utilizar algún programa para comprobar la utilización de la memoria virtual, que se pueden obtener de forma gratuita en Internet, en alguno de los puntos habituales de distribución de software de dominio público.

Memoria RAM: diversas posibilidades
La memoria que se emplea como RAM principal del sistema es del tipo dinámico. Pero dentro de las memorias dinámicas existen varias tecnologías en función del modo en el que el procesador accede a las mismas.
La más antigua es la Fast Page Mode o FPM que prácticamente ya ha desaparecido del mercado, y es muy difícil de encontrar.
Otra de las tecnologías que tiende a desaparecer es la EDO, siglas de Extended Data Output, que se empezó a utilizar con las primeras placas base para procesadores Pentium, y que dejaron de fabricarse el año pasado.
La tecnología SDRAM será sustituida en breve por una nueva versión, llamada DDR SDRAM o SDRAM II. En este tipo de memoria permite un acceso al doble de velocidad, puesto que está preparada para intercambiar datos tanto en el ciclo alto del reloj como en el bajo. De esta forma se consigue duplicar el ancho de banda de la memoria sin tener que variar la frecuencia de reloj.
La memoria SDRAM no funciona a l

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