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La nueva vía de comunicación para vídeo y audio digital

El fulgurante desarrollo de la informática en estos últimos años ha provocado la imperiosa necesidad de mejorar sustancialmente las vías de comunicación entre la creciente fauna de dispositivos informáticos y los ordenadores para poder proporcionar mejores rendimientos y productividad al entorno. Además, la nueva era multimedia, con el vídeo digital a la cabeza, precisa conexiones que soporten una gran velocidad de transmisión de datos, circunstancia que hace todavía más patente la adopción de nuevas soluciones que permitan la fluida y flexible comunicación entre todo tipo de dispositivos. Por estos motivos, el estándar IEEE 1394 se presenta como el remedio perfecto a todos nuestros actuales males.

El inexorable avance y desarrollo de las nuevas tecnologías ha hecho del todo necesario, la búsqueda de algún mecanismo alternativo para que la transferencia de información entre ordenador y dispositivos se realice de una forma más rápida y sencilla que con los actuales puertos de comunicación. Hasta hace bien poco tiempo, y aunque todavía se siguen utilizando con suma profusión, los vehículos para el intercambio de información entre los periféricos externos más utilizados eran los populares y conocidos puertos serie RS-232 y el paralelo. Entre los numerosos inconvenientes que presentan estos dos puertos de comunicación, sobresale la exigua tasa de transferencia que pueden soportar.
Resulta evidente a todas luces la gran variedad de dispositivos de diferente y variada naturaleza que en la actualidad se pueden conectar a un ordenador. Por lo tanto, no es de extrañar que entre los sufridos usuarios surja la siguiente pregunta: ¿no hay demasiados conectores y cables diferentes en un simple ordenador personal? Obviamente, a día de hoy sólo hay una única respuesta válida y, a todas luces, es afirmativa. Asimismo, ante este irrefutable hecho se plantean diversos problemas con graves consecuencias en varios ámbitos de actuación.
En primer lugar, toda la esa maraña de cables que emergen del cualquier ordenador complica sobremanera la realización de cualquier cambio por mínimo que sea, así como la introducción de nuevos dispositivos. Asimismo, esta problemática se agrava aún más si trasladamos esta misma situación al ámbito de los ordenadores portátiles, aspecto que se convierte en algo prácticamente inviable en el momento de su necesario transporte.
Por otra parte, si uno se acerca a cualquier tienda de electrodomésticos podrá observar el gran auge que han experimentado las videocámaras digitales, así como otros dispositivos de consumo similares. Incluso, los tradicionales televisores y reproductores de vídeo, están incorporando sustanciales mejoras tecnologías en pos de una mejor interrelación con todo tipo de periféricos complementarios. Además, la idea de integración del ordenador personal con el resto de los periféricos de consumo del hogar va ganando terreno en el mercado.
Si se considera que se está hablando de vídeo de alta calidad, 30 imágenes por segundo con una resolución mínima de 640 por 480 y 24 bits de color, las necesidades de transferencia comienzan a volverse un tanto escandalosas, ya que 221 Mbps representan una cifra al alcance de muy pocos sistemas.

Comunión de objetivos
Para cubrir en parte estas necesidades, surgieron dos novedosas ideas cuyos cometidos primordiales tenían bastantes puntos en común, pero que a la postre debían cubrir objetivos diferentes. Así, desde hace ya bastante tiempo se está oyendo hablar del dos revolucionarios estándares que acabarían de una vez por todas con las fuertes limitaciones de las interfaces de conexión más extendidas en el mundo de ordenador personal, los conocidos puertos serie y paralelo. Obviamente, estos estándares no eran otros que el ya consolidado USB (Universal Serial Bus) y el más potente pero desconocido IEEE 1394. Ambas tecnologías, a pesar de tener caminos paralelos y de gozar de diferente éxito, satisfacen en un alto porcentaje las necesidades planteadas, destacando, por encima de otras consideraciones, sus mayores prestaciones en cuanto a velocidad de transferencia de datos, así como una gran facilidad de conectividad y manejo.
A raíz de sus más que aceptables capacidades, el estándar USB está concebido, en principio, para facilitar la vida al usuario con el objeto de que sea capaz de conectar cualquier periférico de una forma mucho más sencilla y versátil. Asimismo, aprovechando este obligado cambio tecnológico, aumentar la tasa de transferencia entre el ordenador y los dispositivos que incorporen la interfaz USB. Si bien esta mejora en la velocidad de transmisión resulta realmente significativa respeto a los anteriores modelos de conexión externos y más que suficiente para un buen número de periféricos auxiliares, no cubre por completo las nuevas demandas que exigen los usuarios, tanto domésticos como profesionales, cuando deben enfrentarse al tratamiento de las nuevas formas de expresión multimedia.
Por otro lado, el estándar IEEE 1394 viene a ser una especie de complemento a la interfaz de conexión USB, con el cual aumentar y mejorar sustancialmente la conectividad y velocidad de transferencia para todos aquellos otros periféricos que requieren elevados anchos de banda, como cámaras de vídeo, unidades de almacenamiento masivo de información, dispositivos móviles e, incluso, PC. No obstante, y aún formando parte de las especificaciones de Intel en sus conocidas recomendaciones PC-99, es ahora cuando realmente se está empezando a desarrollar lo que en un principio parecía que no iba a pasar de ser un mero proyecto.

IEEE 1394, la revolución en las comunicaciones digitales
En líneas generales, la recomendación número 1394 del Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE) es un estándar de comunicación escalable, flexible, fácil de usar y de bajo coste, al estar basado en la utilización de un cable serie. Su aparición se vio motivada por la creciente proliferación en la utilización de grandes volúmenes de información, especialmente formatos multimedia, que hizo imprescindible la concepción de algún nuevo estándar de conexión capaz de lograr que la transmisión de datos entre dispositivos se llevase a cabo de una manera más fluida y sencilla, haciendo especial hincapié en soportar tasas de transferencia y un ancho de banda significativos.
Si bien estas elevadas necesidades no eran en principio tangibles en ámbitos ajenos al mundo de los profesionales, la invasión multimedia y, en especial, la llegada al ámbito doméstico del vídeo digital ha propiciado la urgente demanda de un canal de comunicación que garantice el libre fluir del caudaloso torrente de datos que debe transportarse entre estos dispositivos y el ordenador.
En primer lugar, cabe significar que, a diferencia de los puertos de comunicación serie y paralelo, la interfaz IEEE 1394 es básicamente un estándar de conexión digital, por lo que no necesita convertir la señal para transmitirla. Esta circunstancia ahorra procesos intermedios de conversión, con la consiguiente mejora en las prestaciones. Además, opuestamente a las particularidades y requisitos de la siempre pujante interfaz SCSI, el estándar IEEE 1394 se basta con un delgado cable serie, fácil de manejar y, además, esta imple

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