Histórico

El comercio electrónico sigue vivo y coleando

La caída de las “punto com” no implica más que la sensatez con la que se está encaminando esta práctica ya que, según Accenture, ahora todas las mejoras de estos servicios estarán unidas a una planificación de negocio tradicional. Así, la mayoría de empresas han incorporado el comercio electrónico a sus actividades y, casi todas, prevén que el ritmo de cambio sea incluso más rápido que el actual. Además, se observa una nueva tendencia a la prestación de servicios que se adaptan a las necesidades del cliente.
El estudio se realizó durante el verano de 2001, en un momento en que la economía europea ya había comenzado a ralentizarse. Para realizarlo, se entrevistaron a más de 800 directivos en niveles de consejo de administración en 25 países de Europa, Asia y Estados Unidos.
“Aunque a primera vista pueda sorprender este pronóstico, ya que nos vemos inmersos en un período de crisis para el sector, el comercio electrónico goza de buena salud. La diferencia está en que las empresas mantienen un enfoque más realista, con unos objetivos determinados y en busca de unos resultados palpables”, declaró Gil Gildron, socio de Accenture y codirector del Centro de Lanzamiento de Negocios de Madrid.

Comercio electrónico en España
El uso del comercio electrónico sigue incrementándose en nuestro país, aunque continúa por debajo de la media europea. Los directivos españoles han declarado, en un 73 por ciento, que es vital su supervivencia, aunque sólo el 17 por ciento cree que el comercio electrónico forma parte importante del modo en que opera, según el estudio eEurope elaborado por Accenture.
Así, la mitad de las empresas españolas parece estar convencida del éxito de los programas de comercio electrónico desarrollados hasta el momento, aunque el 67 por ciento califica a sus respectivas organizaciones como rezagadas o seguidoras graduales. Quizá sea por esa razón por la que el 71 por ciento de ellas proyecta aumentar su inversión en comercio electrónico durante el próximo año.
Según las conclusiones de este informe, las empresas nacionales utilizan mucho más que las europeas el comercio electrónico en el área de marketing y ventas, el 93 por ciento frente a la media europea del 82 por ciento. El uso cae en otras áreas como el de las compras con sólo el 37 por ciento en comparación con el 67 por ciento en Francia, el 30 por ciento en logística y el 27 por ciento en recursos humanos.
Asimismo, la principal razón para adentrarse en el comercio electrónico es ofrecer nuevos servicios a los actuales clientes, en un 77 por ciento de los casos, y obtener ventajas competitivas, en el 60 por ciento. Los directivos españoles siguen citando como barreras para el desarrollo del comercio electrónico la rapidez de asimilación de los clientes, la falta de un marco legislativo transparente y la preocupación por la seguridad. En su reflexión, el 70 por ciento señala que aprende de los errores cometidos en sus respectivas estrategias de comercio electrónico y el 63 por ciento admite que tarda más de lo esperado en implantarlo adecuadamente.

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