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La virtualización es la tecnología con mayor proyección en el universo del ordenador. Actualmente ha dejado de ser una mera curiosidad para convertirse en una tecnología atractiva para el entorno de producción por sus innumerables ventajas. VMware Server 1 y Microsoft Virtual Server 2005 R2 componen las alternativas en virtualización en entornos de pequeña-mediana escala.

Aunque está en boga desde hace apenas tres años, la virtualización no es una idea nueva. En la década de los setenta, los sistemas operativos y servidores tipo mainframe incluían capacidad para particionar el sistema físico en varios lógicos. El avance imparable de la microinformática, y su continuo abaratamiento, dejó de lado esta idea que se ha vuelto a retomar veinte años después, cuando se han acabado los alegres presupuestos en informática y la euforia tecnológica ha dejado una resaca de sistemas dispersos y heterogéneos, difíciles de explotar y mantener.
La idea de la virtualización consiste, básicamente, en recrear de manera lógica el comportamiento de un recurso físico, para que sea utilizado por aquellas entidades que deben acceder a él. Los recursos recreados pueden ser sólo uno, varios o todos los que se puedan necesitar. El ejemplo que mejor puede ilustrar esta idea y que se utiliza a diario, es la paginación de la memoria RAM a disco que hacen los sistemas operativos, con la que consiguen “simular” más memoria RAM de la que realmente tiene instalada el ordenador.
Existen distintas tendencias en virtualización. Se puede encontrar la virtualización hardware, la capacidad de particionamiento del sistema en varias unidades lógicas que se inserta dentro del propio ordenador, con hardware específico para esta función. Esta virtualización es propia de grandes ordenadores, tipo mainframe y es algo común en todos los fabricantes de este tipo de equipos. La virtualización software, sin embargo, consiste en lograr varias unidades lógicas sobre un mismo equipo físico, mediante la instalación de un programa que se encarga de gestionarlo. Esta virtualización puede orientarse a crear unidades de sistema completas, máquinas virtuales, o a virtualizar exclusivamente programas. Los programas que virtualizan sistemas, tienen capacidad para simular todos los componentes de un ordenador como es el procesador, memoria, disco, tarjeta de red y otros, pudiendo ejecutar distintas instancias de esta simulación. Con estos programas, el resultado es que un mismo equipo físico puede comportarse como varios ordenadores (máquinas virtuales), cada una de ellas con entidad propia, y completamente autónoma respecto a las demás en funcionamiento y operación.
Dentro de la virtualización software de sistemas, de la que se ocupa este artículo, existen dos tipos de programas claramente diferenciados. Por un lado los de tipo hypervisor, virtualizadores que no necesitan que haya previamente un sistema operativo instalado para funcionar. El programa incluye todo lo necesario para instalarse directamente sobre el ordenador y hacer la virtualización. También son conocidos como virtualizadores “bare-metal”, (a hierro desnudo). El tipo hosted, alojado, para funcionar, por el contrario, necesita que previamente haya un sistema operativo instalado. La virtualización con programas del primer tipo ofrece mejor rendimiento, pero obliga a una capacitación técnica adicional de sus operadores. La virtualización del tipo hosted resulta más fácil de manejar, pero su rendimiento depende de la configuración y eficacia del sistema operativo sobre el que se instala.
Aunque los virtualizadores tipo hypervisor son aptos para cualquier entorno, y siempre proporcionan mejores capacidades y rendimiento que el tipo hosted, cuando hablamos de entornos de pequeño o mediano tamaño con servidores de tipo departamental, es este último tipo el preferido por los responsables técnicos para implantar la virtualizacion en sus sistemas. En estos escenarios, como entrada a esta tecnología, el tipo hosted es una buena opción, porque reduce la complejidad de la infraestructura necesaria para aprovechar todo el potencial que ofrecen los programas tipo Hypervisor y no hace necesaria una preparación técnica específica para su implantación, mantenimiento y operación. Y resulta mucho más asequible económicamente, cuestión que, en muchas ocasiones, resulta determinante en estos escenarios. No obstante es esta una tendencia que seguramente cambiará a medio plazo, habida cuenta de los esfuerzos de los fabricantes para atraer a la virtualización a la informática corporativa de pequeña y mediana escala. Maniobra que se puede observar con la oferta en versiones hypervisor, acordes con las necesidades específicas de estos entornos, con precios muy competitivos.
Al compás de estas preferencias por la virtualización alojada en el ámbito de la pequeña/mediana red, a continuación se analizan los dos principales programas de virtualización que en la actualidad absorben, prácticamente, toda la demanda en este tipo de soluciones, para descubrir, a grandes rasgos cuáles son sus ventajas, y cuáles sus defectos. Estos programas son, de una parte VMware Server, y por otra, Microsoft Virtual Server R2.


Virtual Server 2005 R2
Microsoft se introduce en la virtualización con la compra de la empresa Connectix, y, partiendo de los desarrollos de esta compañía, Virtual Server es su primer lanzamiento para máquinas virtuales orientado a servidor. Virtual server es la propuesta con la que Microsoft ha comenzado la guerra comercial para ganar terreno en este segmento del mercado, licenciándolo gratuitamente. Es posible descargarlo en castellano de la página web del fabricante, cumpliendo como trámite el registro de la solicitud.
Sobre los requisitos para el host anfitrión, el hardware que recomienda el fabricante para echar a andar el programa, son sencillos, al alcance de cualquier equipo de sobremesa actual, por lo que no puede haber reticencias por las características del equipo si se quiere probar o utilizar en laboratorio, formación o demos. En software, como no podía ser de otro modo, es necesario utilizar alguno de los sistemas operativos del fabricante. Es un virtualizador que se nota hecho para y por Windows, lo que le resta muchos enteros para ser la opción de virtualización en entornos heterogéneos. Cualquier edición de Windows 2003 o Windows XP, aunque este último el fabricante lo permite para montar máquinas virtuales con otro propósito que no sea producción. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el servicio web de Microsoft, IIS, debe estar habilitado. Este servicio, y otros relacionados directamente con la virtualización, tienen un nulo impacto en la funcionalidad del equipo, si este se dedica a otras tareas distintas a la ejecución de máquinas virtuales.
La instalación del ejecutable descargado desde Internet, como ya es norma en los programas de este fabricante, es rápida y sencilla. Al alcance de cualquier operador. La instalación de un sitio web de gestión desde donde administrar todos los servidores Virtual Server 2005 centralizadamernte, sí hace recomendable la lectura previa del procedimiento publicado por Microsoft para ello.
El sitio web de gestión local es la única herramienta de gestión para este virtualizador. Lógicamente, la administración se puede realizar en remoto, accediendo p

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