Intel desarrolla microprocesadores de siete nanómetros
En contra de la opinión de muchos expertos que aseguran que tal fórmula ya está obsoleta por la imposibilidad física del reto, la compañía ha creado un proyecto piloto con el objetivo de intentar lanzar este procesador en dos o tres años.
Uno de los axiomas que va a centrar la hoja de ruta de Intel en 2017 es que la Ley de Moore continúa viva. Así lo han venido repitiendo desde las capas directivas de la compañía en los últimos meses. Ésta se basa en que cada dos años se multiplicarán el número de transistores a la vez que se reduce el tamaño de los chips. Y tendrá su reflejo más temprano en el nuevo procesador de 7 nanómetros que está desarrollando el fabricante en una nueva fábrica piloto, pero que no verá la luz hasta dentro de dos o tres años según las previsiones, y que sucederá al de 10 nm que lanzarán este año.
En contra de la opinión de muchos expertos que aseguran que tal fórmula ya está obsoleta por la imposibilidad física del reto, Intel ha basado su actividad durante décadas en dichos preceptos. “Este proyecto piloto tratará de averiguar cómo continuar con la creación de miles de millones de chips”, explicó Dean McCarron, analista principal de Mercury Research.
Los últimos dispositivos de la firma, basados en Kaby Lake, se fabrican con el proceso de 14 nm, y que serán relegados por el Cannonlake, de 10 nm, y que ya fue presentado en la feria CES (Las Vegas) a principios de mes.
“Los procesadores Cannonlake se enviarán en pequeñas cantidades a finales de año”, afirmó Brian Krzanich, CEO de la organización, durante la presentación de los resultados del último trimestre.
Sin embargo, el fabricante no está tan preocupado por duplicar el número de transistores en cada nueva generación como de disminuir el costo por transistor.
El proceso de 7 nm podría traer cambios radicales de diseño de los chips, ya que serán mucho más pequeños y eficientes.
