SAIS: tecnología para la seguridad

Una vez conocida la utilidad para la que están construidos los SAI, resulta bastante evidente para cualquier usuario el modo de operar de estos dispositivos. No obstante, y como es ya habitual en nuestra publicación, ofrecemos a continuación una profunda explicación sobre su funcionamiento, así como de las tecnologías más comúnmente utilizadas en su construcción, con objeto de instaurar en nuestros lectores una base más sólida de cara a la elección de uno de estos eficaces sistemas de protección.

Funcionamiento
Dado que su función principal es la de proporcionar la necesaria alimentación a las cargas a él conectadas en caso de una interrupción prolongada del suministro eléctrico, el elemento principal de un SAI consiste en una o varias baterías encargadas de dicho cometido. Por supuesto, la tensión de salida que ofrecen estas baterías es muy aproximada a la que se puede obtener habitualmente a través de la red eléctrica. No obstante, es también necesario el concurso de un transformador DC/AC que module la tensión continua proporcionada por la batería en corriente alterna necesaria para la alimentación de los equipos informáticos. Así, la tensión aportada generalmente por un SAI se sitúa en torno a los 220 voltios y 50 Hz.
Consecuentemente, bajo el modo de funcionamiento habitual, un SAI recoge la energía procedente de la línea eléctrica y la entrega directamente a las cargas para su correcta alimentación al tiempo que recarga las baterías preparándolas para un eventual fallo en el suministro eléctrico. En tal caso, un dispositivo conmutador se encarga de dirigir la entrada de energía hacia las baterías que desde ese momento pasarán a alimentar las cargas.
Este extremo evidencia la presencia de dos nuevos dispositivos esenciales en la configuración de cualquier SAI: de un lado, el conmutador que selecciona la fuente de energía a utilizar en cada momento y, de otro, un conversor AC/DC encargado de transformar la corriente alterna, procedente de la línea eléctrica a corriente continua, susceptible de ser almacenada por la batería.

Los SAI al descubierto
El modo operativo anteriormente descrito puede extenderse casi sin distinción a cualquier SAI, aunque entre estos existen también algunos elementos diferenciadores. Entre estos elementos se encuentran varias tecnologías que traen consigo ciertas divergencias en algunos detalles de su funcionamiento, además de la integración de algunos componentes adicionales enfocados a mejorar el rendimiento del dispositivo. Así, podemos distinguir entre los que integran tecnología OFF-LNE, los gobernados por la tecnología Line Interactive y unos terceros provistos de la tecnología ON-LINE o de Doble Conversión.
El sistema de funcionamiento empleado por la primera de las tecnologías enunciadas es el más sencillo de todos y se ajusta a lo explicado anteriormente para el modo de funcionamiento habitual de estos dispositivos. Por lo general, los SAI equipados con esta tecnología enfocan habitualmente su utilización hacia equipos individuales, presentando una menor potencia de salida y contando al mismo tiempo con un precio más asequible.
Por su parte, los SAI equipados con tecnología Line Interactive presentan algunas mejoras con respecto a los anteriormente descritos. En primer lugar, este tipo de SAI está controlado por un microprocesador que monitoriza continuamente el estado del dispositivo estableciendo en todo momento el modo de funcionamiento más oportuno. Además, en el conmutador se utilizan dispositivos semiconductores denominados triacs, transistor provisto de tres terminales, los cuales permiten conmutar la fuente de energía de la línea eléctrica a las baterías y viceversa de un modo mucho más rápido que los relés mecánicos utilizados en los conmutadores de los dispositivos con tecnología OFF-LINE. Este intervalo de tiempo que transcurre desde que se detecta la ausencia en el suministro de energía en la línea eléctrica hasta que se procede a la alimentación de las cargas mediante las baterías es el denominado tiempo de conmutación. En los SAI equipados con tecnología OFF-LINE el tiempo de conmutación se prolonga aproximadamente hasta los 4 milisegundos, valor que cubre con suficiencia las necesidades de continuidad en la alimentación de los equipos informáticos comunes. Por su parte, en los dispositivos equipados con tecnología Line Interactive este período es prácticamente inexistente, garantizando así la correcta alimentación de las cargas en todo momento.
Por último, la tecnología denominada ON-LINE o de Doble Conversión es la más avanzada de todas ellas, ofreciendo de este modo elevadas tasas de fiabilidad. Como su nombre indica, su estrategia de protección está basada en la doble conversión de la energía procedente de la red eléctrica antes de su entrega para la alimentación de las cargas conectadas. Así, mientras que en las tecnologías comentadas anteriormente la conversión entre corriente alterna y continua sólo se lleva a cabo con motivo de recargar las baterías, o para la alimentación de las cargas desde estas últimas durante los cortes del suministro eléctrico, en un dispositivo ON-LINE la energía eléctrica es sometida de forma continuada a la citada doble conversión, proporcionando de este modo una alimentación totalmente estable y segura en todo momento. Como único inconveniente, esto repercute en el precio de estos últimos dispositivos, el cual suele superar ampliamente el ofertado por cualquiera de las otras tecnologías.

Un SAI para cada necesidad
A pesar de que existen una amplia variedad de SAI enfocados hacia todo tipo de necesidades, desde las soluciones menos exigentes para la protección de equipos informáticos individuales hasta las más potentes, capaces de abastecer las necesidades energéticas de cualquier instalación industrial, debido a la naturaleza de nuestra publicación enfocaremos nuestro análisis hacia equipos con una potencia aproximada de 1.000 VA, más apropiados para la protección de equipos informáticos presentes en instalaciones domésticas, entornos SOHO o pequeños departamentos dentro de las más típicas redes empresariales. De cualquier modo, cualquiera que sean sus necesidades de protección, el comprador deberá tener en cuenta una serie de características propias de este tipo de dispositivos, las cuales analizamos seguidamente, y que serán determinantes a la hora de establecer la estrategia a emplear de cara a la adopción de un sistema de protección de esta naturaleza.
El primero de los pasos a seguir para llevar a buen puerto un proyecto de protección contra las anomalías en el suministro eléctrico consiste en calcular el consumo aproximado del equipo o equipos que se pretenden conectar al SAI con motivo de establecer la potencia que éste deberá tener para ofrecer una eficiente protección de los mismos. Normalmente, este dato podrá ser recabado mediante la observación de las especificaciones técnicas que suelen acompañar a la mayoría de los dispositivos. Por otra parte, la potencia de salida ofrecida por los SAI está determinada normalmente en voltiamperios (VA), unidad de potencia poco habitual y que supera en un 40 por ciento la expresada en vatios, unidad utilizada de forma más común en todos los di

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