Impresoras fotográficas 10x15: Canon Selphy C710
Canon se ha decantado por la utilización de la tecnología de sublimación térmica para el desarrollo de su nueva gama de impresoras fotográficas Selphy CP. Consecuentemente, estamos ante otro fabricante que se suma a la cada vez más numerosa lista de quienes se decantan por esta peculiar modalidad de impresión térmica para la obtención de imágenes digitales impresas con el mejor nivel de detalle y fidelidad.
Además, los costes asociados a la impresión mediante el sistema de impresión por transferencia mediante sublimación térmica de colorantes no resultan especialmente elevados. En concreto, y gracias al también reducido coste del papel fotográfico ofertado por Canon, se logra un coste de impresión de tan sólo 30 céntimos por fotografía.
Pese a que estamos ante una gama de dispositivos bastantes específicos, quien más o quien menos ha añadido funcionalidades adicionales para mejorar la versatilidad de sus respectivos productos, pero este no es el caso de la propuesta de Canon. En concreto, la Selphy C710 está concebida prácticamente en exclusividad para la impresión de imágenes digitales con calidad fotográfica, ya sean procedentes de cámaras y videocámara compatibles con los estándares PictBridge y DirectPrint, respectivamente, o de tarjetas de memoria accesibles desde la ranura multiformato que integra. Obviamente, también permite su conexión al ordenador personal mediante el pertinente enlace USB y, por tanto, la impresión de fotografías. Sin embargo, no aporta mayores capacidades tanto para el uso del lector multiformato de tarjetas por parte del PC como tampoco la posibilidad de acceder a los contenidos almacenados en llaves de memoria a través del puerto USB. Lamentablemente, otra opción ausente en este producto es la posibilidad de comunicación inalámbrica mediante la popular norma Bluetooth.
Pese a todas estas limitaciones, hemos de señalar que la Selphy CP710 ofrece una elevada portabilidad, tanto por sus reducidas dimensiones como por la posibilidad de incorporar opcionalmente una batería recargable, permitiéndonos sin demasiadas molestias acompañar a nuestra cámara fotográfica allá donde vayamos.
Como no podía ser de otro modo y dadas las particularidades del segmento al cual está dirigido este producto, su utilización de forma independiente del PC resulta sencilla gracias a los controles de acceso directo situados en el cuerpo del propio dispositivo y favorecida por la información que se proporciona a través de la funcional pero diminuta pantalla LCD a color. No obstante, cuando se quiere hacer uso de las funciones añadidas, como la creación de calendarios o la impresión de múltiples imágenes en una misma hoja, el manejo de las mismas no resulta inicialmente tan intuitivo. También hemos de destacar la rapidez con la que poder acceder y visualizar las distintas imágenes contenidas tanto en las tarjetas de memoria como en las cámaras fotográficas.
Como el resto de modelos de sublimación, en la impresión de imágenes a máxima calidad se invierte poco más de un minuto y el ruido generado durante este proceso es bastante notorio. No obstante, los resultados obtenidos son del todo satisfactorios.
Por otro lado, a pesar de su comedido coste, tenemos que destacar su cuidada configuración. En este sentido, Canon nos ha sorprendido con un detalle especialmente curioso. En concreto, para facilitar la conexión a las cámaras fotográficas este modelo integra en el cuerpo de la impresora el habitual cable USB acabado en un conector de tipo Mini-B provisto de un funcional mecanismo retráctil para enrollarlo automáticamente cuando no se utiliza. En cambio, la inclusión de complementos que permitan aumentar el valor añadido de este producto, brilla totalmente por su ausencia.
Asimismo, la faceta de la documentación podría haberse mejorado con la inclusión de algún manual en línea lleno de ilustraciones y presentaciones dinámicas que hicieran más ameno el aprendizaje y su consulta, aunque el escueto manual adjuntado cubre los aspectos más elementales del funcionamiento, instalación y configuración de la impresora.
En conclusión, una alternativa sencilla pero efectiva en la realización de sus concretos y específicos cometidos. Su mejor precio y elevada portabilidad son dos interesantes argumentos de venta, pero la falta de mayores capacidades y opciones de conectividad le restan cierto interés.
Pese a que estamos ante una gama de dispositivos bastantes específicos, quien más o quien menos ha añadido funcionalidades adicionales para mejorar la versatilidad de sus respectivos productos, pero este no es el caso de la propuesta de Canon. En concreto, la Selphy C710 está concebida prácticamente en exclusividad para la impresión de imágenes digitales con calidad fotográfica, ya sean procedentes de cámaras y videocámara compatibles con los estándares PictBridge y DirectPrint, respectivamente, o de tarjetas de memoria accesibles desde la ranura multiformato que integra. Obviamente, también permite su conexión al ordenador personal mediante el pertinente enlace USB y, por tanto, la impresión de fotografías. Sin embargo, no aporta mayores capacidades tanto para el uso del lector multiformato de tarjetas por parte del PC como tampoco la posibilidad de acceder a los contenidos almacenados en llaves de memoria a través del puerto USB. Lamentablemente, otra opción ausente en este producto es la posibilidad de comunicación inalámbrica mediante la popular norma Bluetooth.
Pese a todas estas limitaciones, hemos de señalar que la Selphy CP710 ofrece una elevada portabilidad, tanto por sus reducidas dimensiones como por la posibilidad de incorporar opcionalmente una batería recargable, permitiéndonos sin demasiadas molestias acompañar a nuestra cámara fotográfica allá donde vayamos.
Como no podía ser de otro modo y dadas las particularidades del segmento al cual está dirigido este producto, su utilización de forma independiente del PC resulta sencilla gracias a los controles de acceso directo situados en el cuerpo del propio dispositivo y favorecida por la información que se proporciona a través de la funcional pero diminuta pantalla LCD a color. No obstante, cuando se quiere hacer uso de las funciones añadidas, como la creación de calendarios o la impresión de múltiples imágenes en una misma hoja, el manejo de las mismas no resulta inicialmente tan intuitivo. También hemos de destacar la rapidez con la que poder acceder y visualizar las distintas imágenes contenidas tanto en las tarjetas de memoria como en las cámaras fotográficas.
Como el resto de modelos de sublimación, en la impresión de imágenes a máxima calidad se invierte poco más de un minuto y el ruido generado durante este proceso es bastante notorio. No obstante, los resultados obtenidos son del todo satisfactorios.
Por otro lado, a pesar de su comedido coste, tenemos que destacar su cuidada configuración. En este sentido, Canon nos ha sorprendido con un detalle especialmente curioso. En concreto, para facilitar la conexión a las cámaras fotográficas este modelo integra en el cuerpo de la impresora el habitual cable USB acabado en un conector de tipo Mini-B provisto de un funcional mecanismo retráctil para enrollarlo automáticamente cuando no se utiliza. En cambio, la inclusión de complementos que permitan aumentar el valor añadido de este producto, brilla totalmente por su ausencia.
Asimismo, la faceta de la documentación podría haberse mejorado con la inclusión de algún manual en línea lleno de ilustraciones y presentaciones dinámicas que hicieran más ameno el aprendizaje y su consulta, aunque el escueto manual adjuntado cubre los aspectos más elementales del funcionamiento, instalación y configuración de la impresora.
En conclusión, una alternativa sencilla pero efectiva en la realización de sus concretos y específicos cometidos. Su mejor precio y elevada portabilidad son dos interesantes argumentos de venta, pero la falta de mayores capacidades y opciones de conectividad le restan cierto interés.
