El número de distribuidores podría reducirse a la mitad por culpa de la piratería

La BSA, junto a IDC, acaba de hacer público un estudio en el que se asegura que el 44 por ciento del software que se comercializa en nuestro país es ilegal. Gran parte de la culpa de este problema lo tiene el canal de distribución que, en caso de no corregir sus hábitos, la mitad del mismo puede llegar a desaparecer de aquí a unos años.

Las pérdidas económicas registradas para los fabricantes locales e internacionales en la UE en 2003 superaron los 8.000 millones de euros, lo que representa un índice de piratería del 37 por ciento, según un estudio realizado por IDC y la BSA. Esto significa que el Viejo Continente se ha convertido en la región donde mayor número de software pirata se comercializa.
Y ya en el caso de España, el índice se sitúa en el 44 por ciento, generando unas pérdidas que rondan los 421 millones de euros, “lo que significa que una de cada dos aplicaciones que se comercializan es ilegal”, destacó Luís Frutos, presidente del la BSA, que también afirmó que “gran parte de la culpa de este índice de piratería la tiene el canal de distribución”.
Y es que, según datos que maneja la organización, entre el 40 y el 45 por ciento de los distribuidores comercializan software ilegal, “en muchas ocasiones sin el conocimiento del usuario final”, puntualizó Luís Frutos, que también aprovechó la ocasión para hacer una llamada de atención al canal al afirmar que, “en lo que no recaen los distribuidores es en el hecho de que comercializar software ilegal es pan para hoy y hambre para mañana”.
De esta forma, el máximo responsable de la organización lanzó un claro mensaje al canal al asegurar que es “la puerta abierta a la piratería en España”. La competencia desleal, la canibalización del sector o el hecho de que de aquí a unos años los cerca de 12.000 distribuidores españoles se puedan ver reducidos a la mitad “son los principales argumentos para que el canal deje de distribuir software pirata”. Asimismo, Luís Frutos animó a todos aquellos distribuidores que conozcan que alguno de sus “colegas” fomenta la piratería acudan a denunciarlo, “ya que esta actitud es la única que pueden adoptar para luchar por sus oportunidades de negocio”.
Cabe señalar que, entre las repercusiones de la piratería en España destacan la menor contribución de las TI al PIB español, así como una menor inversión en I+D y la consecuente pérdida de puestos de trabajo. También implica una menor competitividad entre las empresas españolas y una reducción de la calidad de la oferta, además de una clara imagen exterior negativa.


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