Cuestionan el modelo de negocio del nuevo Kindle

Aunque el nuevo Kindle ha despertado mucho interés, los analistas se plantean si el nuevo lector de libros es demasiado caro para usuarios domésticos y estudiantes. Y es que este lanzamiento, el del último lector de libros electrónicos de Amazon, ha suscitado más preguntas que respuestas sobre cómo evolucionará el mercado de este tipo de dispositivos.



El pasado miércoles, Amazon lanzó el Kindle DX, el tercer modelo de su gama de lectores de libros digitales, que ahora también es capaz de mostrar revistas y periódicos en su pantalla. Se trata de un dispositivo con una pantalla mayor que la de sus predecesores y se dirige especialmente a estudiantes, pues también lo pueden utilizar para consultar sus libros de texto.



En principio, toda una batería de periódicos, entre los que se encuentran cabeceras como The New York Times, The Boston Globe y The Washington Post ofrecerán Kindle DX a un precio reducido para aquellos lectores que vivan fuera de su zona de reparto y que firmen un contrato de suscripción a largo plazo. El dispositivo, que actualmente está disponible para pedidos on-line, costará unos 489 dólares. Los periódicos aún no han revelado qué descuentos ofrecerán sobre este precio o cuál será el coste de las suscripciones. 



“Los modelos de precio en este mercado aún están en desarrollo”, ha explicado Susan Kevorkian, analista de IDC. "Estamos en el punto de partida y todos los participantes deben estar abiertos a posibles cambios".



Desde el punto de vista de Michael Gartenberg, analista de Interpret, el precio tampoco parece ser el más adecuado. “Definitivamente, no es la panacea que va a salvar a la industria informativa diaria”.



Sin embargo, es justo señalar que este último modelo de Kindle ofrece posibilidades muy interesantes para nuevos modelos de negocio. Y es que, al igual que los Kindle anteriores, también incluye acceso inalámbrico a Internet y, puesto que ha sido diseñado para que se puedan leer en él periódicos y revistas, Amazon.com y otros proveedores, podrán subvencionar contenidos gracias a la publicidad. Así lo cree Paolo Pescatore, analista de CCS Insight, quien considera que “si el dispositivo puede soportarlo técnicamente, no hay razón alguna por la que pensar que los anuncios no pueden integrarse en todo tipo de contenidos”



A medida que crezca la base instalada del dispositivo, estos anuncios podrán dirigirse más específicamente a los usuarios, una vez que Amazon.com sepa más sobre “lo que están descargándose y leyendo, así como sobre su comportamiento”.



Pero también podrán ser los propios usuarios los que estén deseando proporcionar información básica sobre ellos mismos y sus preferencias para que la publicidad que les llegue se ajuste más a sus intereses.



Además de los acuerdos de distribución con los periódicos, Amazon ha declarado que la Universidad del Estado de Arizona, la Universidad Case Western Reserve, la de Princeton, el Reed College y la escuela de negocios Darden, de la Universidad de Virginia, distribuirán cientos de Kindle DX entre sus estudiantes para que puedan utilizarlos también para leer en ellos sus libros de textos. Lo que no se ha revelado es el precio que tendrán que pagar por ellos. No está muy claro que sean los propios estudiantes los que los adquieran, pues la mayoría ya han comprado y utilizan sus portátiles. Probablemente los que afronten este nuevo pago sean sus padres, que estarán dispuestos a pagar otros 489 dólares por este lector de libros. Posiblemente, porque ya están pagando cientos de dólares por la educación de sus hijos y esta cantidad no es muy significativa si se compara con el resto de gastos que suponen los estudios universitarios en Estados Unidos. Además, este dispositivo tiene algunas otras ventajas inherentes, tales como búsquedas más sencillas en el texto y la posibilidad de hacer anotaciones en él.



“Parece que encaja perfectamente con los libros de texto, donde no encaja es en el modelo económico por el que se venden los libros de texto”, explica este analista, quien continúa detallando que los estudiantes suelen comprar o bien libros nuevos muy caros o bien usados, más baratos. Y en cualquier caso, esperan poder venderlos para recuperar parte de la inversión realizada y con los e-books no podrán hacerlo. 



“Los temas de propiedad relacionados con algunos de estos libros siguen siendo un tema a desarrollar”, ha declarado Gartenberg. Con un libro tradicional, de papel, el precio de uno usado depende de las condiciones del mismo. Sin embargo, la calidad de un e-book no decae con los años. Si existiera un mercado de segunda mano de este tipo de dispositivos, “nadie en su sano juicio compraría un lector de libros electrónico nuevo”.



Para aquellos más preocupados por su presupuesto, los proveedores de contenidos tendrán que hacer un especial esfuerzo para remarcar las ventajas de las ediciones electrónicas, destacando la posibilidad de actualizarlos. Además, podrían vender capítulos sueltos en lugar de libros completos. Este tipo delibros electrónicos de texto también podrían ser más baratos que las versiones de papel, teniendo en cuenta los descuentos que ya se pueden ver en la Kindle Store.



Pero sin la disponibilidad de los libros de texto que necesiten, el Kindle DX no puede tener éxito en el mercado universitario. Para evitarlo, Amazon ha anunciado acuerdos con editoriales que, según declara, representan en torno al 60 por ciento del mercado de libros de textos de educación superior en Estados Unidos y estarán disponibles en Kindle Store a partir de este verano.



Sin embargo, incluso esos acuerdos pueden no ser suficientemente convincentes como para que compren el Kindle DX, ha declarado Josh Martin, analista del Yankee Group. "Mientras que el acuerdo con los editores de libros de texto con Amazon no sea lo suficientemen