Histórico

Una ventana hacia una nueva dimensión

Monitores CRT de 17 pulgadas

Como elemento de obligada presencia en el equipamiento de toda instalación informática, los monitores gozan de una profusa presencia en el mercado con modelos que abarcan una amplia variedad de tecnologías, prestaciones y posibilidades. No en vano, constituyen la principal vía de comunicación entre el ordenador y el usuario. Son, en definitiva, el instrumento que nos acerca de un modo más directo al extraordinario mundo virtual que se desarrolla en el interior de todo ordenador. Un nuevo mundo que se abre cautivador ante nuestros ojos, ofreciéndonos todo aquello que podemos desear. Sin duda, una ventana hacia una nueva dimensión.

Gracias al espectacular incremento en las prestaciones de los modernos equipos informáticos, así como al continuo desarrollo de nuevas aplicaciones y técnicas de software, las posibilidades de estos singulares ingenios tecnológicos han experimentado una formidable diversificación, haciendo posible hoy en día la utilización de un ordenador en el desempeño de una gran variedad de cometidos, tanto en actividades estrictamente profesionales como en aquellas otras puramente lúdicas. Lógicamente, el incremento de las prestaciones de los componentes internos del ordenador (procesadores con velocidades de reloj inverosímiles, memorias con tiempos de acceso ínfimos o tarjetas gráficas con anchos de banda prodigiosos) han obligado a un esfuerzo análogo al resto de los componentes, ya para no suponer un lastre en el rendimiento general del sistema en unos casos, ya para aprovechar convenientemente estas ventajosas prestaciones en otros muchos. En cualquier caso, una larga serie de innovaciones que han servido para configurar al fin esas increíbles máquinas que son los ordenadores personales, tal y como hoy en día los conocemos.

El centro de todas las miradas
En el caso concreto de los monitores, sin duda el elemento más notorio en cualquier sistema informático, han sido numerosas las facetas en las cuales se han producido ostensibles mejoras a lo largo de los últimos años. Actualmente, existen toda una larga serie de tecnologías encaminadas a mejorar la calidad de las imágenes en aspectos tales como la representación de los colores, la exactitud en la definición o la obtención de elevados niveles de brillo y contraste. Éstas han sido, y son, continuamente desarrolladas por los distintos fabricantes, con motivo de dotar a sus producciones de las suficientes prestaciones y capacidades para ser capaces de rivalizar en un mercado cada día más competitivo.
En este sentido, una de las facetas más decisivas para la consecución de una precisa definición de las imágenes mostradas por un monitor es el valor máximo de resolución que éste pueda alcanzar. Debido a que las imágenes representadas en la pantalla están producidas por la combinación de varios millones de puntos de color dispuestos colectivamente, resulta sencillo advertir que mediante la utilización de un número mayor de puntos se conseguirá una representación más exacta de la imagen que se desea mostrar que en el caso de utilizar un número menor de esos mismos puntos.
Por otro lado, la nitidez de cualquier imagen mostrada por un monitor depende también, en gran medida, de la proximidad de los puntos que forman dicha imagen, factor referido en la mención de las especificaciones de este tipo de dispositivos como paso de punto. Por lo general, un paso de punto de menor cuantía se traduce en una más exacta representación de las imágenes que un monitor es capaz de mostrar, ya que esto significa que los puntos que componen las distintas imágenes se encuentran más próximamente situados, ofreciendo a nuestra retina una percepción más definitoria.

El tamaño: la eterna discusión
La dedicación de una mayor superficie de visualización se traduce en un menor esfuerzo para la vista del usuario, así como en la posibilidad de permitirnos consultar simultáneamente un mayor volumen de información. El incremento de la comodidad durante la utilización de un equipo informático equipado con un monitor de gran tamaño es indudable.
No obstante, un tamaño superior de pantalla debe ir acompañado necesariamente por una elevada resolución ya que, de otro modo, el paso de punto necesario para cubrir con un número inferior de puntos la totalidad de la superficie de la pantalla se incrementaría de forma inaceptable. Por este motivo, es totalmente natural que los monitores con un mayor tamaño de pantalla cuenten, a su vez, con una más elevada resolución, aunque ello no significa que la calidad de imagen que estos ostentan sea necesariamente superior a la ofrecida por cualquier otro monitor con un tamaño de pantalla inferior. Muy al contrario, la calidad de imagen depende en mayor medida de la relación entre el tamaño de la pantalla y la cantidad de puntos de que ésta dispone, es decir, el tan conocido y trascendental paso de punto.

Resolución máxima y recomendada
Sin embargo, aún existe un factor más a tener en cuenta, y que influye decisivamente en la calidad de imagen de estos dispositivos. Y es que, a pesar de que un determinado monitor cuente con generosos valores en lo referente a la resolución máxima, además de un paso de punto muy reducido, debe también ser capaz de iluminar todos esos puntos con la suficiente rapidez, debido a que la luminosidad del fósforo es sólo transitoria, para evitar en la medida de lo posible el molesto parpadeo de la pantalla que se produce en el caso de no obedecer con el suficiente rigor este importante requisito.
De hecho, para cualquier monitor supone un gran esfuerzo funcionar a su máxima resolución, debido al intenso trabajo al que debe verse sometido para iluminar una elevada cantidad de puntos a una velocidad aceptable. En este punto, es necesario señalar que la tasa de refresco vertical (cantidad de veces que la pantalla completa es dibujada) necesaria para conseguir una imagen sin parpadeos se sitúa en torno a los 75 Hz. Esto quiere decir que la pantalla debe ser dibujada un mínimo de setenta y cinco veces por segundo. Así, si multiplicamos esta cantidad por el número de líneas contenidas en una pantalla cuya resolución máxima alcance los 1.600 x 1.200 puntos obtenemos la frecuencia de actualización horizontal (número de líneas de imagen que son dibujadas cada segundo, normalmente expresadas en kHz.) y que en el ejemplo ofrecido alcanza una cifra impresionante (75 x 1.200 = 90.000). Esto significa que para ofrecer una imagen sin parpadeos perceptibles a esta resolución el monitor debe trabajar con una frecuencia de actualización horizontal de, al menos, 90 kHz, valor difícilmente alcanzable para la mayoría de los monitores.
Por este motivo, todos los fabricantes recomiendan trabajar a resoluciones sensiblemente inferiores a la máxima que el dispositivo puede alcanzar, en las que la frecuencia de actualización horizontal tome valores más moderados y no requiera tan denodado esfuerzo. De este modo, se evitan los molestos parpadeos con motivo de obtener unas mejores condiciones ergonómicas y reducir en la mayor medida posible el cansancio ocular del usuario.

Punto físico y punto lógico
Debido a que, como se ha mencionado anteriormente, cualquier monitor trabaja generalmente a una resolución inferior a la máxima que éste es capaz de alcanzar, se produce una evidente disparidad entre los puntos reales de que dispone el

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