Histórico

Un mundo sin cables

La tecnología inalámbrica aplicada

La movilidad es un nuevo término que hemos dado en aplicar en la industria de TI y que significa, simplemente, poder seguir realizando nuestro trabajo sin la necesidad de estar atado a un lugar fijo de producción. Todo lo que ate a un profesional a un lugar único de trabajo limita su movilidad y, por lo tanto, también su productividad. La tecnología inalámbrica ha tenido su origen y su desarrollo en la intención de facilitar la productividad de los usuarios, haciéndoles más móviles pero sin que tengan que renunciar por ello a todos los recursos que precisan para realizar su trabajo. Pero no hablamos de teoría, es ya una realidad y son muchas las empresas que están adoptando esta nueva forma de trabajo. A continuación, se desvelan las características de esta tecnología y se muestran algunos ejemplos prácticos de su aplicación.

Necesidad de movilidad: Necesidad de conexión sin cables
Cada día son más los profesionales que utilizan portátiles. “La movilidad es una realidad y la evolución de la tecnología portátil favorece una nueva forma de trabajo más independiente del lugar donde se desarrolle”, señala Daniel González, product manager de mobility Toshiba.
Pero la movilidad está limitada por la necesidad de conexión a la red de la empresa mediante un cable. En su lugar de trabajo, “los profesionales necesitan conexión al correo electrónico, Internet, o a las aplicaciones de la empresa, y esto sólo lo tienen en su puesto de trabajo. Están atados por un cable”, apunta Pablo Romero, director de marketing de toshiba, quien apunta que “la verdadera movilidad sería poder tener acceso a la red de la empresa en cualquier lugar, una sala de reuniones, un despacho, el puesto de trabajo propio o cualquier puesto de trabajo de la empresa”.
Gracias a la tecnología inalámbrica, ya es una realidad la conexión a todo lo necesario para desarrollar la labor diaria, sin estar atado a un puesto fijo de trabajo.
Introducción a la
tecnología inalámbrica
La tecnología inalámbrica se basa, simplemente, en la conexión a la red sin necesidad de cables. Es un estándar de comunicación (definido y regulado por la WECA, Wireless Ethernet Compatibility Agency) al que están adheridos la mayor parte de los fabricantes de tecnología. Así, las redes inalámbricas bajo el estándar WiFi son compatibles y se garantiza la operatividad de las mismas aunque se actualice la tecnología.
El estándar WiFi está definido como conexión de red Ethernet 802.11b. Esta conexión es equivalente a conectar un cable de red desde un ordenador a un punto de red RJ45. Enrique Magro, product manager de servidores de Toshiba señala que “un usuario de red inalámbrica WiFi tiene las mismas funcionalidades que un usuario de red por cable: acceso a su correo electrónico, a Internet, a las aplicaciones corporativas, a las impresoras de red, a la información de los servidores, etc. pero con la ventaja de la movilidad al no tener que conectar un cable de red”.
El rendimiento de una red inalámbrica es de 11MB/s (más de 85 veces la velocidad de una línea ADSL de 128 bits), más que suficiente para aplicaciones ofimáticas y un tráfico de red basado en transmisión de datos puntual, ficheros, mensajes de correo electrónico, Internet, impresión, etc. La mayoría de los usuarios de portátiles tienen suficiente con este tipo de red. En estos pondera más la capacidad de conexión en cualquier lugar que las prestaciones puras de la red.
La base de una red inalámbrica WiFi es la comunicación entre un punto de acceso a la red inalámbrica (con cobertura de 100 metros a la redonda en superficies diáfanas y 30 usuarios concurrentes como recomendación), con clientes inalámbricos (ordenadores, impresoras, Pocket PC, etc. con tarjeta de red inalámbrica instalada). Estos son los componentes básicos de una red inalámbrica.
Las instalaciones inalámbricas son totalmente compatibles con las redes de cable y pueden comportarse como una ampliación de la red de cable existente.

Las ventajas de una red inalámbrica
Según Pablo Romero, director de marketing de Toshiba, “la tecnología inalámbrica tiene claras ventajas sobre las redes convencionales de cable, incluyendo entre ellas y quizá por encima de todas las demás, un menor coste”.

Menor coste de adquisición:
A la hora de crear una red, la opción de una sin cables WiFi con ordenadores portátiles, resulta más económica que una red de cable convencional (ver TABLA 1). En el coste de adquisición de una red hay que tener en cuenta no sólo el coste del equipamiento, sino también el de instalación. En una red inalámbrica el coste por puesto es menor.

Menor tiempo de instalación:
Cuando nos planteamos instalar una red informática, uno de los parámetros de cara a tener esta red operativa es el tiempo de instalación de la misma. En el caso de una red convencional de cables, en la mayoría de los casos, es necesario realizar obra, con el tiempo que esta conlleva, mientras que una red inalámbrica se instala de forma casi inmediata. Sabemos que el tiempo es oro, con lo que una red inalámbrica es rentable antes que una red de cable (ver TABLA 2).

Menor coste de mantenimiento:
En una red de cables tenemos kilómetros de cable que se puede deteriorar, así como una gran cantidad de puntos físicos de unión de cables con rosetas, terminadores, etc. Todos estos elementos físicos requieren mantenimiento, mientras que en las redes inalámbricas tan sólo son puntos críticos las tarjetas de red clientes (como en las redes de cable) y el punto de acceso. Ambos, en caso de fallo, pueden ser sustituidos por un usuario.

Menor coste de uso:
Durante el periodo de vida de una red informática, es frecuente el cambio de ubicación de los puestos de trabajo, por crecimiento, optimización de espacio disponible, etc. En estas situaciones, una red de cable requiere la instalación de nuevos puntos de conexión a la red (coste de instalación). En el caso de las redes inalámbricas con el cambio del mobiliario es suficiente y mucho más inmediato.

Red en propiedad:
Una red inalámbrica no pertenece al edificio donde tenemos instalada la red, es propiedad de la empresa. Así, una red inalámbrica es la solución más adecuada para una instalación provisional, una nueva empresa u oficina que tiene previstos importantes crecimientos. Esto nos permite rápidos cambios de ubicación a costes mínimos. Son redes portátiles. Ventaja que se puede desarrollar además en otros aspectos.

Redes en lugares singulares:
Como para crear una red inalámbrica tan sólo es necesario el servidor, un punto de acceso y clientes de red, elementos que para su instalación no requieren ningún tipo de modificación de su emplazamiento, nos permite tener redes en sitios donde antes era implanteable. Los ejemplos más claros son edificios históricos, donde no es posible realizar obras para llevar cables o el coste es muy alto, en salas de convenciones de hoteles, incluso en casetas de obra, es posible crear una red.

Redes portátiles:
Una gran ventaja de las redes inalámbricas es la portabilidad de las mismas. Es decir, podemos llevar la red de un lugar a otro (podemos hablar de formación, reunio

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