Seis tendencias para lograr el desarrollo tecnológico sostenible
PricewaterhouseCoopers analiza las políticas responsables con el medio ambiente
Concretamente, esta consultora define seis tendencias que las compañías no deben ignorar a la hora de llevar a cabo esa balanza entre el desarrollo y la responsabilidad corporativa. La primera de ellas es la creciente influencia de las fuerzas de mercado globales, más que la política de gobierno. La influencia de los mercados en las tomas de decisiones se incrementará al tiempo que refleja un aumento en la demanda, problemas de suministro y cambios en los esquemas de demanda de recursos naturales.
Asimismo, PricewaterhouseCoopers destaca las necesarias revisiones en el modelo financiero utilizado para definir las estrategias corporativas y gubernamentales. El nuevo modelo debe incluir nuevos escenarios, nuevos factores de riesgo y un creciente número de factores financieros e intangibles. La tercera de estas tendencias es la innovación. El cambio en las condiciones económicas ampliará la tasa de innovación exponencialmente para incluir cambios en comportamiento, diseño de producto, cadena de suministro y estructura geopolítica, además, por supuesto, de la tecnología.
Por supuesto, no podemos olvidar la globalización. En este aspecto, las instituciones internacionales serán responsables de formular políticas globales dejando el papel de la implementación a instituciones nacionales o locales. En quinto lugar aparece la evolución, diferenciándola desde PwC de la revolución ya que el progreso hacia un desarrollo sostenible debe ir incrementándose poco a poco. Por último, esta consultora destaca la comunicación y la influencia que los medios globales pueden tener sobre gobiernos e industrias para acelerar los cambios en las políticas y el comportamiento.
“Hay evidencias de que las compañías que actúan de manera responsable habitualmente obtienen mejores resultados a largo plazo”, apunta Sunny Misser.
Asimismo, desde PricewaterhouseCoopers también se diferencian las regiones geográficas en función de sus propias características. En el caso de Europa, su madura economía esta sujeta a lograr un alto grado de eficiencia, reducir el impacto medioambiental y desarrollar más políticas y prácticas sostenibles. Por su parte, la demanda de energía en Estados Unidos se cubre, en más de un 80 por ciento, de los combustibles fósiles y gran parte depende de suministros procedentes de otras naciones.