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Redes convergentes: el impacto en las estrategias de las empresas

Las inversiones en tecnología de los clientes requieren, cada vez más, reflejarse claramente en el apartado de productividad

En el momento en que nos encontramos, las empresas miran con lupa sus inversiones, y las tecnológicas no iban a ser una excepción. Por este motivo, a la hora de plantarse frente a un cliente para defender una propuesta sobre tecnología ya no se le puede hablar sólo de velocidad de proceso, facilidad de uso o sencillez de instalación, sino también, de cómo la tecnología le va a ayudar a que su funcionamiento posterior y el desarrollo de su negocio progrese en la medida de sus necesidades. En definitiva, de cómo la tecnología puede ayudar a la empresa a seguir adelante con su estrategia de negocio

Por este motivo, el planteamiento que debe tener cualquier empresa del mundo de las TI, y el canal de distribución no deben quedarse al margen, es de de plantear un cambio sustancial en la forma de acercarse a las empresas, en el mensaje a trasnmitir y en las habilidades con las que arropar esta propuesta. Porque ya nadie se interesa por las propuestas puramente tecnológicas, sino una propuesta de valor para su empresa, y si los fabricantes aportan la tecnología, el canal debe aportar ese valor que la complementa.
Pero nada de esto es nuevo. La razón de ser del canal de distribución es aportar este valor complementario a la propuesta del fabricante, y en el caso de la convergencia tecnológica entre comunicaciones e informática, este valor aparece de la especialización y la integración. Pero, veamos cómo.

Un proceso de integración
En el anterior número de esta serie, repasabamos los beneficios de la integración de las comunicaciones de voz y datos en una misma red. Pero éste es un concepto de reciente aparición en en mercado, y hasta ese momento las redes de datos y voz funcionaban, y todavía lo hacen en numerosas organizaciones, de forma independiente. Sin entrar a valorar nuevamente los beneficios que se desprenden de esta integración, podemos afirmar que su unión en una misma red requiere un diseño cuidadoso, pero reduce el coste de implementar también otras soluciones empresariales que, sin esta integración, supondrían un gasto no afrontable por muchas compañías. Esta reducción de costes, en la que podremos incidir más adelante, se consigue con elementos tales como el ahorro en las telecomunicaciones, mensajería unificada y aplicaciones de call center. Pero estos ahorros dependerán del tipo de empresa y de sus necesidades, por lo que no es fácil generalizar.
Sin embargo, queremos empezar este repaso con un ejemplo que todo el mundo puede ver en su propia compañía: la integración de las comunicaciones con las aplicaciones de atención al cliente. Todas las compañías, de menor o mayor tamaño, tienen la intención de atender de la mejor forma posible a sus clientes. Evidentemente, del tamaño de la empresa dependerá el número de clientes a los que tenga que atender, pero sean mucho o pocos, lo cierto es que estos esperan la mejor atención posible, y a nadie se le escapa el perjuicio que para una empresa supone tener clientes insatisfechos. Pues bien, el funcionamiento de estas dos tecnologías en redes independientes sólo tiene justificación, en el plano económico, cuando nos referimos a grandes centros de atención de llamadas, y ninguna empresa parece dispuesta a invertir en una solución tecnológica que es incapaz de amortizar.
En este tipo de entornos, el ahorro de unos segundos en la atención de cada llamada telefónica debe compensarse con el coste del mantenimiento de la instalación, por lo que si esta sencilla operación da positivo, la inversión tiene sentido, pero si da negativo, la inversión carecería de lógica, de ahí que sean las dimensiones del propio call center las que marquen el límite. Pero si esto es así, ¿porqué no se extiende esta capacidad a toda la red telefónica de la empresa? Pues, evidentemente, por una razón de costes, dado que la inversión a realizar no compensaría el ahorro, siempre que hablemos de redes independientes de voz y datos.
Pero, ¿qué ocurre cuando hablamos de redes convergentes? La respuesta cambia en este caso, porque la compeljidad de la instalción se disminuye, al igual que los costes globales, con lo que los beneficios se incrementan y el resultado de la ecuación mejora sustancialmente.
Por tanto, partiendo de que cualquier empresa considera una línea estratégica mejorar la atención a sus clientes e incrementar su nivel de beneficios, la apuesta por redes convergentes para a suponer un apoyo claro a su política empresarial.

Más entornos de beneficio empresarial
Planteado este punto tendremos convencidos a algunos excépticos. Pero, ¿por qué detenerse cuando acabamos de empezar? Evidentemente, no tendría mucho sentido. Estas ayudas a la estrategia de la empresa pueden localizarse en otros aspectos tales como la gestión de los propios activos de la empresa, el incremento en la productividad de los empleados, reducción de costes y gestión de los mismos, agilidad organizativa, ahorros mesurable, mayor flexibilidad y movilidad para los trabajadores, por indicar sólo algunos ejemplos.
Pero, además, no podemos olvidar que las necesidades de las empresas cambian, y lo que antes era una excepción, como es el caso de los teletrabajadores o los trabajadores remotos, ahora se está convirtiendo en el pan de cada día, con lo que la tecnología debe aportar una solución razonable a esta nueva necesidad. Asimsimo, en este paquete deberíamos meter no sólo a los trabajadores que realizan sus funciones desde su domicilio, o los que llevan el portátil debajo del brazo, sino aquellos que se mueven cosntantemente entre oficinas de la propia firma o entre las diferentes zonas de la empresa, aquellos que utilizan teléfonos móviles o, y tampoco podemos olvidarnos de ellos, aquellos que realizan funciones itinerantes por los diferentes departamentos.
La convergencia de las redes permite a los trabajadores ser tan productivos cuando están fuera de la oficina como cuando están en su puesto de trabajo fijo. Incluso, cuando sus funciones les llevan de un lado a otro dentro del edificio. ¿Para qué asumir costes constantes de cambio de extensiones o incomodidades a la hora de localizar a alguien en la empresa cuando podemos “llevarnos nuestra extensión” donde quiera que vayamos?

Nuevas necesidades, nuevas soluciones
Otro elemento a tener en cuenta es el ahorro a la hora de abrir unas nuevas instalaciones. Según los datos que se pueden manejar en este tipo de situaciones, tanto la puesta en funcionamiento de un nuevo edificio como los cambios constantes en el que la empresa ocupa tienen unos costes asociados. Pues bien, según estos mismos datos, una empresa puede llegar a ahorrarse hasta 100 euros por empleado, tan sólo en el cableado, si estos aprovechan un mismo puesto Ethernet para el ordenador y el teléfono.
La convergencia sirve para reducir los costes asociados a traslados también. Así, se estima que cada movimiento de un trabajador supone para la empresa un gasto de entre 20 y 30 euros, siempre que sea un cambio convencional, como el cambio de un despacho a otro, y no un cambio más radical, que podría llegar a incrementar este coste hasta los 140 euros. Con redes convergentes, este gasto fijo desaparece, porque se asegura la movilidad de los trabajadores, que sólo requerirán un puerto de conexión a la red. Pero hablando de ahorros, la palma se la llevan los costes telefónicos, dado qu

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