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¿Qué pasaría si este fin de semana arde su oficina?

¿Qué le ocurriría si hubiera un corte de luz? ¿Y si su ordenador personal sufriera daños? ¿Está en posición de afrontar la pérdida de todo su trabajo diario? Increíblemente estamos preparados para afrontar la avería de una lavadora, pero no tenemos ningún sistema de seguridad en el caso de que nuestro PC deje de trabajar. ¿Podría prescindir de toda la información que este soporte contiene? Posiblemente no.

Dos años después de los ataques del 11 septiembre, muchos fabricantes continúan recordando el principio que tomo importancia a partir de la tragedia: las compañías deben contar con un sistema de recuperación de datos y evitar un desastre que bien podría significar el final de su actividad.
Y es que el mayor pico de ventas de este tipo de sistemas fue inmediatamente después de los atentados cuando a medio mundo le invadió un miedo generalizado a los ataques terroristas. A pesar de esta “oleada”, lo cierto es que la mayoría de los responsables de TI reconocen que estas “buenas intenciones” no han pasado de esto. La principal razón para que esto sea así es la propia situación económica y la escasez de fondos para la inversión tecnológica. Pero ésta no ha sido la única razón. De hecho, otras igualmente importantes han tomado protagonismo como la despreocupación de los responsables de las pequeñas empresas y su, en ocasiones, poca visión de futuro. Éstas son algunas de las causas que apuntan a las pequeñas empresas, pero al hablar de medianas o grandes empresas se suman otros problemas como la propia falta de comunicación que suele existir entre el responsable de tecnología y el resto de los directivos.
Para demostrar que esto es así y que no se trata de una percepción, las consultoras han trabajado en el estudio del “cuidado” que ponen las compañías norteamericanas a la hora de proteger su bien principal: la información. En este sentido, y según un estudio de Gartner, uno de cada tres negocios estadounidenses estarían expuestos a la perdida de su información crítica o sus capacidades operacionales a día de hoy. Sólo una de cada cinco compañías cuentan con recursos para que los usuarios se conecten a un único lugar donde se encuentren todas las aplicaciones más importantes y sus herramientas básicas.
Pero no se trata únicamente de querer adoptar un sistema de recuperación ante desastres sino de estar en posición de poder hacerlo. Y es que nunca nos hemos parado a pensar que para ello es imprescindible tener toda la información catalogada, ordenada y priorizada. Es tan sencillo como que, si queremos poder recuperar nuestra información crítica, primero tenemos que establecer cuál es ésta y centralizarla en un único punto. Posiblemente este sea el momento de propiciar un cambio de mentalidad en el mundo empresarial y para ello habrá que empezar por la base.


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