Que digo yo que parece que ya, ¿no?

Hace unos trimestres nos pusimos todos como locos a llamar a la puerta de una recesión que se hizo esperar, pero que a fuerza de invitarla decidió venir a visitarnos. Es cierto, todo hay que decirlo, que ha sido una visita rápida, porque no conviene olvidar que sólo ha habido un trimestre de crecimiento negativo en Estados Unidos y eso, técnicamente, ni siquiera se llama recesión. Pero a todos los presentes en este nuestro sector informático les ha hecho mella, y a algunos ni siquiera les llega todavía la camisa al cuerpo.
Pero parece que se ha terminado, ¿no? O eso es lo que se desprende de las últimas cifras macroeconómicas, y de las opiniones de sesudos analistas del mercado así como la del mismísimo presidente de la FED, el señor Greespan. Las cifras ya son positivas, los crecimientos parecen asegurados, y ya se habla de empezar a subir los tipos de interés. Parece, por lo tanto, que damos carpetazo a una crisis corta, pero intensa. Una crisis que ha dejado no pocos cadáveres en el mercado español, muchos ellos relacionados con nuestro sector de la distribución.
Y es que siempre hemos oído aquello de que una crisis, de vez en cuando, no viene mal para devolvernos a todos un poco a la realidad, para dejar atrás las famosos burbujas, tecnológicas o no, y para darnos cuenta de cuál es la dimensión real del mercado en el que nos movemos, saber de verdad cuáles son nuestros valores, y darnos cuenta de si realmente tenemos algún valor diferencial para distinguirnos de esa inmensa generalidad de empresas que, en mayor o menor medida, y con más o menos conocimiento, salen a relucir para intentar vivir en las épocas de bonanza, para desaparecer después, y volver a aflorar cuando vuelven las vacas gordas. Y ésa es la realidad, vivimos en un mercado de tendencias. Unas veces toca subir y otras bajar. Así que lo mejor es asumirlo cuanto antes, despedir a los que nos han abandonado en este envite, y prepararnos para dar la bienvenida a los que, sin duda, vendrán a vernos dentro de unos meses cuando la reactivación sea todo un hecho y la gallina de los huevos de oro se haga de nuevo realidad en este nuestro querido sector informático.
¿Aprenderemos todos alguna vez?