Histórico

PC2001 y EasyPC, la nueva generación

Nuevo concepto, nuevas reglas

Obviamente, todas las ideas enunciadas en el anterior apartado deben tener su correspondiente apoyo por parte de los fabricantes. Estos, que ni mucho menos son ajenos a los movimientos, tendencias y necesidades del mercado, suelen acogerse en su mayoría a las directrices o especificaciones propuestas por los que llevan la voz cantante en este particular, pero importantísimo, sector de la informática de consumo.

Con el pretexto de la reducción de costes de implementación y fabricación y, al mismo tiempo, hacer más fácil la vida a los usuarios menos experimentados, desde hace una serie de años y siempre bajo las indicaciones del consorcio Intel/Microsoft, para el diseño de los nuevos ordenadores de consumo se deben seguir ciertas reglas con el objeto de estar al día en la concepción y fabricación del popular PC.
Igualmente, ante la evolución del mercado y de los usuarios, la mayor productividad de las nuevas formas de trabajo y, la enorme influencia de Internet a todos los niveles, cualquier nueva hornada de ordenadores personales deberá estar especialmente concebida y diseñada para facilitar al máximo su proceso inicial de instalación y configuración, es decir, su puesta en marcha, así como permitir una rápida y sencilla incorporación de nuevos periféricos, sin olvidar que se debe prestar la máxima atención para ofrecer elevadas posibilidades de conectividad con el mundo exterior.
Asimismo, desde que los ordenadores personales dejaron de ser una herramienta de trabajo propia de personal altamente especializado y técnico, para convertirse en otro de esos dispositivos de consumo que pueblan los hogares de millones de personas, las últimas tendencias y evolución de los equipos dirigidos al mercado de consumo parecen volver a sus incipientes orígenes. Es decir, para aquellos que hayan tenido la ocasión de "trabajar" con las primeras versiones del concepto PC, estos se caracterizaban por estar formados por una plataforma, la placa base, en la cual integraban casi todos los elementos y componentes necesarios para su adecuado funcionamiento. Con el paso de algunos años, y motivado también por la irremediable e imparable simbiosis entre la informática y el usuario doméstico, en la construcción de los equipos se consideró del máximo interés la inclusión de opciones que posibilitasen y ampliasen las capacidades iniciales del PC clásico. En otras palabras, aparecieron las ranuras de expansión mediante las cuales el propio usuario pudiese actualizar su equipo. Fueron los comienzos de los ordenadores clónicos que, ensamblados por pequeños montadores, integraban componentes de muy diversos fabricantes fácilmente reemplazables y actualizables. A pesar de sus ventajas y sus inconvenientes, esta modalidad también ha tenido mucho que ver en la rápida popularidad de la informática, permitiendo, con algún disgusto que otro, que muchos usuarios pudieran hacerse con unos de estos endiablados equipos electrónicos por un precio medianamente asequible.
Esta original idea caló rápida y profundamente en los usuarios particulares de ordenadores, ya que por aquel entonces casi todos ellos eran unos virtuosos en muchas de las artes de la informática, con lo cual la posibilidad de potenciar su equipo de forma sencilla y sin necesidad de acudir al servicio técnico, era sustancial ventaja respecto a los productos de marca mucho más limitados en esta particular faceta. Esta tendencia se ha mantenido durante bastantes años, mejorada sustancialmente desde sus orígenes, de tal modo que, incluso, cualquier usuario con cierto desparpajo y manteniendo el debido respeto a la delicadeza de los componentes electrónicos puede ampliar considerablemente la configuración y el potencial de su ordenador personal.
No obstante, a pesar el éxito de este concepto y de que todavía es masivamente empleado hoy día, el panorama actual difiere, como ya hemos comentado, bastante del que había sólo cinco años atrás. Así pues, y debido a una enorme generalidad de usuarios de ordenadores personales mucho menos versados e interesados por las interioridades de la informática, el diseño y configuración de los actuales PC no se ajusta en nada a sus menores y concretas necesidades.
En este sentido, y auspiciada por la plataforma Microsoft e Intel y sus famosas "Guías de Diseño", la configuración del PC va a sufrir en breve un radical cambio respecto al prototipo que hoy todos conocemos. Pero este giro no es un proceso que pueda llevarse a la práctica de un día para otro. Como todo proyecto, éste estará jalonado por una serie de hitos que delimitan perfectamente el grado de realización de dicho proyecto. El primer paso hacia este objetivo se inició hace ya tiempo con la puesta en escena del conocido y no menos polémico chipset 810 de Intel, en un primer intento de volver a las ya casi olvidadas configuraciones altamente integradas. Además, y como punto de especial significación, también se quiso cortar de raíz con toda la herencia adquirida por la multitud de periféricos existentes hasta la fecha. Circunstancia que no fue del agrado de muchos usuarios, provocando su natural recelo y desconfianza.
No obstante, salvado este escollo inicial, y tras la aparición de nuevos chipsets que ahondan en la misma idea, pero que, al mismo tiempo, permiten dejar la puerta abierta ante posibles ampliaciones, el concepto de integración ha tomando cuerpo en poco tiempo. Tanto es así, que se han hecho incluso realidad.

Guía PC2001
Entrados ya en un nuevo siglo, la informática de hoy tiene muy pocos puntos en común con la existente hace sólo 10 años, y menos aún si retrocedemos unos 20 años más. Asimismo, la fabricación y montaje de ordenadores y periféricos ha dejado de ser un territorio exclusivo y privado de ciertas grandes marcas, ampliándose notablemente la oferta existente. A nadie se le escapa, por ser evidente a todas luces, que el número de fabricantes y ensambladores dedicados al sector informático ha experimentado un espectacular crecimiento.
Por otra parte, actualmente existe una gran cantidad de empresas especializadas en la producción de un determinado componente hardware, que según su funcionalidad y capacidades dispondrá de un diseño interno diferente para cada caso, pero que en todo momento deberá mantener una plena capacidad de intercambio con otros productos similares de otros fabricantes y una máxima compatibilidad con el elementos principales que conforman un ordenador.
Obviamente, la tarea de lograr que todos estos elementos guarden estas dos fundamentales características no ha sido nunca una tarea fácil debido a los intereses particulares de los distintos fabricantes. No obstante, y bajo la comunión de intereses de la alianza Intel/Microsoft, se definió una norma con el firme propósito de encauzar los esfuerzos y líneas de desarrollo de los diferentes fabricantes y ensambladores para conseguir que todos los equipos guardasen unos parámetros mínimos generales. Al mismo tiempo, se definen como recomendaciones las futuras modificaciones que posiblemente se incluirán en estos durante los próximos años. Así, y desde hace unos años, en un documento de referencia técnica conocido como la "Guía de Diseño de Sistemas" (System Design Guide, www.pcguide.org) se recogen, principalmente, las especificaciones

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