Histórico

Más potencia y flexibilidad para una mayor productividad

El entorno profesional y SoHo

La constante actualización y renovación que sufren los diversos sectores de la informática obliga a una permanente renovación de todos y cada uno de los componentes que conforman cualquier empresa o negocio, tanto en el ámbito puramente físico como en el lógico. Es decir, para afrontar con éxito cualquier nuevo proyecto se debe contar con las nuevas herramientas que el sector pone en manos de los profesionales y empresas. Sin duda alguna, el dealer es el protagonista principal en este proceso, actuando como imprescindible nexo de unión entre los clientes y los fabricantes.

Una vez que han finalizado las vacaciones para buena parte de los trabajadores de este país, y que han transcurrido los primeros y más duros días del mes de septiembre, llega el momento de comenzar a plasmar los proyectos de futuro con los que afrontar exitosamente el reto del nuevo año laboral.
En este sentido, y con plena independencia al sector al que se dedique todo profesional o PYME, la informática juega un papel determinante y decisivo para el adecuado y óptimo desarrollo de las distintas actividades de negocio de cada cual. Por este obvio motivo, estar al tanto de los últimos adelantos y novedades en materia de hardware y software, son requisitos indispensables para la buena marcha y constante competitividad de toda empresa.
Indudablemente, la frenética e intensa actividad que se vive en el seno de la informática conlleva una continua labor de actualización por parte de empresas y trabajadores en todas y cada una de las áreas que engloba este sector. Además, la constante actualización a las nuevas tecnologías debe enfocarse tanto en el ámbito de la renovación del hardware como en el plano de la adquisición de conocimientos necesarios para la eficaz explotación de las más actuales herramientas de trabajo. De este modo, se conseguirá un significativo aumento en la productividad del entorno en el cual se desarrollan las actividades de la empresa, bien por las mayores prestaciones de los modernos dispositivos informáticos, bien por la correcta y óptima utilización de éstas por experimentados usuarios.
En resumidas cuentas, para poder seguir el incesante ritmo de los acontecimientos que la moderna sociedad de comienzos de siglo XXI impone a las empresas y profesionales, se precisa que tanto unos como otros cuenten con las herramientas y los conocimientos necesarios para sacar el máximo provecho a las infinitas posibilidades de la informática.
Por otra parte, la enorme diversidad de tecnologías, productos y áreas de negocio existentes dentro del sector informático, hace prácticamente imposible que se pueda estar al día en todas las materias relacionadas con el mismo. Naturalmente, la especialización se presenta como la solución más acertada ante la creciente amalgama de tecnologías y la lógica diversificación del mercado.
No obstante, hay una serie de materias y herramientas básicas que son comunes para una inmensa mayoría de usuarios profesionales y empresas, y, por tanto, se hace indispensable su adecuado conocimiento y correcta utilización. Asimismo, la aparición de nuevas de tecnologías y metodologías que mejoran las capacidades de los sistemas y dispositivos básicos de producción conlleva una obligatoria actualización. Ante este panorama en constante evolución, el dealer juega un papel fundamental y determinante como intermediario entre las nuevas tecnologías y los clientes. ¿Quién debe presentar, promover y propiciar la adopción de estos nuevos avances? Como es natural, si por el cliente fuera, no habría más cambios que los estrictamente necesarios para adecuarse a una nueva necesidad. Obviamente, si el dealer ejerce con eficacia su labor sabrá proporcionar a sus clientes los dispositivos y tecnologías con las que no sólo aumentar la productividad de cualquier negocio, sino también ampliar y flexibilizar la oferta de productos o servicios que pueden suministrar. Es decir, disponer de las últimas tecnologías y dispositivos supone poner tierra de por medio entre nuestro negocio y la competencia y, además, proporciona la posibilidad de abrir nuevas áreas de mercado directa o indirectamente relacionadas con el negocio principal de cualquier empresa.

El escritorio profesional
En primer lugar, hay que establecer una clara diferencia entre las necesidades de los usuarios profesionales y domésticos. Además, dentro del propio sector profesional, existen multitud de entornos en los que se precisa una mayor o menor especialización. Para empezar, la idea ampliamente generalizada suele otorgar a los usuarios particulares una enorme versatilidad en su escritorio informático, el cual está caracterizado por hacer uso de multitud de aplicaciones, en las que sobresalen todas aquellas con una clara vocación lúdica y multimedia, y por utilizar un amplio y variado repertorio de periféricos. Por su parte, tradicionalmente, los escritorios corporativos no han gozado de la misma flexibilidad y, por supuesto, el número de dispositivos conectados al ordenador ha sido casi siempre mucho menor. No obstante, esta tendencia está cambiando radicalmente. Así, y mientras los usuarios particulares siguen disfrutando de los últimos adelantos en materia de vídeo y audio digital, los profesionales también se han subido al carro de las nuevas capacidades multimedia de los modernos sistemas informáticos. Naturalmente, el enfoque que se les da a estas nuevas prestaciones es radicalmente opuesto en uno y otro sector. Así, y abandonando definitivamente el terreno doméstico, los profesionales han visto en estas nuevas herramientas una forma mucho más directa y efectiva de realizar o consumar nuevos proyectos. Además, la diversificación de la informática y su masivo empleo en todo tipo de terrenos obligan a la interrelación con multitud de tecnologías entre las que destacan las relativas a las telecomunicaciones y al tratamiento de la imagen digital.
Por este motivo, el nuevo escritorio informático debe permitir la fácil y cómoda explotación de estas tecnologías, así como de los dispositivos que las implementan. En este sentido, los sistemas operativos de última generación han realizado un importante esfuerzo de cara a ofrecer esta posibilidad a los usuarios más exigentes. Sin duda alguna, Microsoft es quien acaparará buena parte de las miradas con el lanzamiento de Windows XP.

Office XP, una nueva revolución
Por otra parte, hay también un buen número de usuarios corporativos que sin hacer un exhaustivo uso de las últimas tecnologías, desempeñan un oscuro pero eficiente papel en sus quehaceres diarios. Esta otra clase de usuarios que acostumbran a usar profusamente las herramientas ofimáticas más comunes, saben agradecer cualquier ayuda que mejoren las capacidades y faciliten la utilización de las diversas aplicaciones y dispositivos informáticos. Es decir, tratan de cumplir a rajatabla la ley del mínimo esfuerzo, procurando con el menor número posible de clics de ratón sacar adelante un trabajo de lo más sofisticado y elaborado. Pero este afán de sencillez, además, persigue una mayor productividad del entorno, ya que hace fácil lo que anteriormente resultaba realmente difícil y, consecuentemente, se invierte un menor tiempo en llevar a cabo la misma tarea. En este sentido, la última actualización de la popular suite ofimática de Microsoft, Office XP, supone un i

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