Los errores en aplicaciones provocan un gasto de 59.500 millones de dólares al año
Según un estudio elaborado por el Instituto de Estándares y Tecnología del Departamento de Comercio Nacional de Estados Unidos (NIST)
Los agujeros detectados en las aplicaciones de software provocan un coste estimado para la economía estadounidense de 59.500 millones de dólares al año, según un estudio elaborado por el Instituto de Estándares y Tecnología del Departamento de Comercio Nacional de Estados Unidos, NIST.
Más de la mitad de dichos gastos son asumidos por usuarios de software y el resto por desarrolladores de aplicaciones y fabricantes. Asimismo, el estudio demuestra que si bien un porcentaje importante de estos fallos en el desarrollo no pueden ser eliminados, alrededor de un tercio de los mismos, lo que supone casi 22.200 millones de dólares, podrían ser evitados haciendo uso de sistemas de testeo que permitieran una identificación previa más efectiva para la eliminación de errores.
Normalmente, más de la mitad de los errores no son hallados hasta después del proceso de desarrollo o durante el uso del software por parte del usuario final, lo que explica la dificultad existente a la hora de prever este tipo de errores.
El estudio también destaca que el alto grado de complejidad es, en la mayoría de los casos, el factor más importante que provoca el desarrollo de errores en las aplicaciones. Por su parte, los desarrolladores invierten alrededor del 80 por ciento de los costes del proceso en la identificación y corrección de dichos defectos de software.
Entre otros factores que también contribuyen al problema de la detección de fallos en el software se incluyen las estrategias de marketing y publicidad, la responsabilidad limitada de los fabricantes de software, así como un descenso en el uso de métodos de testeo y depuración. La clave es la dificultad a la hora de definir y medir la calidad del software, según el estudio elaborado por NIST.
Más de la mitad de dichos gastos son asumidos por usuarios de software y el resto por desarrolladores de aplicaciones y fabricantes. Asimismo, el estudio demuestra que si bien un porcentaje importante de estos fallos en el desarrollo no pueden ser eliminados, alrededor de un tercio de los mismos, lo que supone casi 22.200 millones de dólares, podrían ser evitados haciendo uso de sistemas de testeo que permitieran una identificación previa más efectiva para la eliminación de errores.
Normalmente, más de la mitad de los errores no son hallados hasta después del proceso de desarrollo o durante el uso del software por parte del usuario final, lo que explica la dificultad existente a la hora de prever este tipo de errores.
El estudio también destaca que el alto grado de complejidad es, en la mayoría de los casos, el factor más importante que provoca el desarrollo de errores en las aplicaciones. Por su parte, los desarrolladores invierten alrededor del 80 por ciento de los costes del proceso en la identificación y corrección de dichos defectos de software.
Entre otros factores que también contribuyen al problema de la detección de fallos en el software se incluyen las estrategias de marketing y publicidad, la responsabilidad limitada de los fabricantes de software, así como un descenso en el uso de métodos de testeo y depuración. La clave es la dificultad a la hora de definir y medir la calidad del software, según el estudio elaborado por NIST.
