Histórico

Las elecciones de Estados Unidos marcan el futuro del voto electrónico

Cerca de 50 millones de estadounidenses utilizaron pantallas táctiles para votar

Sin duda alguna, una de las grandes noticias de este 2004 será la reelección de George W. Bush como Presidente de Estados Unidos. Para evitar fraudes (aunque la sombra de los mismos ha estado presente tanto en la precampaña como en el día de la votación y el posterior recuento electoral) Estados Unidos se decantó por utilizar el voto electrónico como sistema para asegurar la legitimidad de los resultados. Ni piratas informáticos, ni fallos de sistema han empañado el funcionamiento de las pantallas táctiles que se habilitaron en los colegios electorales y el resultado ha sido más que óptimo. Ahora el turno le toca a España, José Luís Rodríguez Zapatero quiere que el voto electrónico sea una realidad en nuestro país en el próximo referéndum del 20 de febrero.

Sombras de fraudes como los ocurridos en 2000 en el Estado de Florida o la división de un país, con cantantes, actores o medios de comunicación decantándose a un lado u otro, protagonizaron la campaña electoral de Estados Unidos. Al final, lo que nadie quería (por lo menos fuera de la frontera de EE.UU) y todos temían: la victoria de George W.Bush.
En esta ocasión los ojos estaban puestos, además de en Florida, en otros estados como Ohio o Pensilvania. El caos que se produjo en las elecciones de 2000, cuando el funcionamiento de las máquinas perforadoras fue algo más que sospechoso, se intentó solucionar, en este caso, con la utilización de unas máquinas parecidas a los cajeros automáticos, en las que se pulsa una pantalla táctil para elegir al candidato preferido. ¿El resultado? Más que satisfactorio a tenor de que ninguno de los dos candidatos tuvo que desplazar a los cerca de 30.000 abogados que tenían para ir a revisar los votos electrónicos.

Cómo funciona el voto virtual
Pero, ¿de qué manera se puede votar electrónicamente? Lo cierto es que el funcionamiento es muy sencillo. Según Indra, una de las compañías que está siendo pioneras en el desarrollo y consolidación del voto electrónico, una vez que el ciudadano ha decidido en quién va a depositar su confianza, lo selecciona en la pantalla táctil, valida la opción y el sistema formaliza el voto electrónico que quedará almacenado en la memoria hasta el cierre del colegio electoral.
Además, estos dispositivos cuentan con una tarjeta inteligente, un detector de presencia, una impresora térmica, una tarjeta CompactFlash y un sistema de privacidad. La tarjeta inteligente permite, junto con una clave, abrir y cerrar al supervisor la jornada electoral. A cada ciudadano se le da una de tal forma que permite la emisión del voto y la eliminación del mismo una vez que se haya almacenado. Con esta característica lo que se asegura es garantizar el anonimato, ya que no hay correlación entre la tarjeta y la identidad del votante. El detector de presencia conecta y desconecta automáticamente la pantalla, mientras que la impresora térmica emite un resguardo que certifica que un determinado ciudadano ha ejercido su derecho al voto. Eso sí, no refleja la opción que se ha elegido. Asimismo, otra de las funciones de este dispositivo es imprimir las actas de los resultados. Por último, la tarjeta CompactFlash permite configurar cada máquina y almacenar los resultados para su futura auditoria.
Pero el proceso también cuenta con dos elementos añadidos: una urna electrónica (que se encarga de leer el voto cuando se introduce en la máquina, al cierre de la mesa totaliza automáticamente los votos e imprime los resultados y garantiza que nadie manipule los mismos) y un sistema de votación por Internet. Este último proceso consiste en la conexión de todas las estaciones remotas a un servidor a través de Internet. Cada ciudadano censado dispone de una clave especial de identificación única que, junto con su DNI, le dan acceso a las pantallas donde posteriormente va a emitir su voto.

Algunos fallos e inconvenientes
Y como todo no puede ser perfecto, en esta ocasión también se produjeron algunos fallos en el sistema. Aunque eso sí, el voto electrónico superó algunos de los obstáculos que se presentaban a priori como ataques de piratas informáticos, cortes de suministro eléctrico o fallos en los programas informáticos.
Y, aunque asegurar el anonimato de los votos es uno de los derechos fundamentales de la democracia para evitar manipulaciones y demás irregularidades, desde muchos sectores se ha criticado el hecho de que estos sistemas no den un resguardo sobre la opción elegida en cada caso “ya que en caso de se hubiera producido un empate entre los dos candidatos, sería casi imposible hacer un recuento manual para ver quién ha ganado las elecciones”, destacaron fuentes del grupo Electionline.
Y volviendo a los fallos, estos han sido poco más que anecdóticos. Por ejemplo, una máquina de Brooklyn (Nueva York) se atascó y sólo permitía vota a favor de los republicanos. Lógicamente el dispositivo quedó inhabilitado.
Asimismo, en Santa Clara (Califor­nia) un ciudadano fue a emitir su voto y en la pantalla apareció un mensaje señalando un error del tipo 9. Muchos se han preguntado cuántos errores tienen contabilizados estas máquinas.
Pero las ventajas pesan más que los inconvenientes o los posibles fallos que se hayan podido producir. Por ejemplo, el voto electrónico, además de asegurar el anonimato y ser menos propenso a sufrir manipulaciones o fraudes, posibilita ejercer su derecho a las personas discapacitadas.

Y… ¿cuándo llegará a España?
Según expertos, el buen funcionamiento del voto electrónico en Estados Unidos puede acelerar la implantación de estos sistemas en otros países. España puede ser uno de ellos. De hecho, en nuestro país ya se han realizado numerosas pruebas de voto electrónico (aunque sin ningún tipo de trascendencia) en las elecciones tanto autonómicas de 2002 como en las últimas generales.
Teniendo en cuenta estos datos, el Presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, confirmó la intención del Gobierno de instaurar este tipo de votación en el próximo referéndum de la Constitu­ción Europea, que se va a celebrar el próximo 20 de febrero. El objetivo es luchas contra la abstención y es que muchos afirman que los españoles no acudirán en masa a votar. Además, desde Indra se asegura que “tecnológicamente la solución ya está y no hay ningún problema en que hoy hiciéramos las elecciones”.
Las previsiones del Ejecutivo se centran en que los dos tipos de voto electrónico; no presencial (a través de Internet, SMS o la TV digital) y presencial (la que se ha utilizado en Estados Unidos) sean válidas.
El principal problema ya no es la tecnología (a la vista del resultado de Estados Unidos funciona casi perfectamente) sino que nuestra Ley Electoral no permite el voto electrónico y, para que éste se pudiera utilizar, habría que reformar la mencionada Ley Electoral y eso lleva un tiempo.
Pero la reforma de la Ley no es el único problema al que se enfrenta el voto electrónico en España, sino que además habría que proporcionar a cada ciudadano de un certificado digital (y estamos hablando de casi 30 millones de personas) y llevar a los colegios electorales los equipos necesarios según el sistema de vo

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