La mensajería instantánea cala hondo entre los jóvenes
Según datos de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Internet ha pasado a ser el canal de expresión y participación mejor valorado (51,9 por ciento de jóvenes entre 15 a 24 años). Una de las características más valoradas es que en Internet, los jóvenes, al ser ellos mismos quienes eligen sus páginas para informarse o navegar, sienten que evitan la manipulación. La mensajería instantánea, el elemento favorito de los jóvenes.
Las ventajas que los jóvenes ven en el messenger son muchas y variadas. En primer lugar apuntan a que permite una comunicación continua, prolongada y económica. Por otra parte, les permite comunicarse “a la carta”, es decir, elegir con quien se habla, mantenerse oculto “al acecho” hasta que interesa “aparecer”, ampliar su red relacional o mentir “con las cartas descubiertas”. Lo más curioso es que todos asumen que, más o menos, mienten y que les mienten. Frente a los chats, que exigen una búsqueda activa, el messenger permite estar “pasivamente disponible”.
Los jóvenes también apuntan como ventajas que es un medio seguro (se admite en la lista de contactos a quien se quiera), y en el que se está siempre disponible pero sin exponerse en el caso de que la conversación no interese.
El entorno en el que los jóvenes usan el messenger es fundamentalmente en el hogar familiar (donde se sienten seguros y se desinhiben) y de manera algo infantilizada (generalización de las abreviaturas, onomatopeyas, o emoticones, entre otros). Los jóvenes buscan para “conectarse” un espacio propio, aislado, que les ofrece multitud de posibilidades pero donde se corre el riesgo de aislamiento.
El messenger también posibilita para los jóvenes la creación de “otros yos” que pueden actuar como reales y que aspiran a la e-moción, es decir, a relacionarse y emocionarse también de forma virtual.