Intel ha rebajado sus previsiones de ventas para el primer trimestre del año a una cifra aproximada de 8.000 millones de dólares, frente a las estimaciones iniciales que llegaban a los 8.500 millones. Según fuentes oficiales, este descenso se ha debido a una reducción en la demanda de procesadores por parte de los fabricantes asiáticos de portátiles, que han reducido sus pedidos después de la época navideña.
No deja de decirse que el modelo de trabajo híbrido ha venido para quedarse. Pero ¿es así? Lo analizamos este mes en el nuevo número de DealerWorld junto con otros contenidos de interés.