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Europa necesita una única regulación de comercio electrónico para que éste despegue

Si el comercio electrónico se está convirtiendo realmente en una industria en explosión en Europa, los gobiernos del viejo continente necesitan trabajar juntos para crear una regulación, según un nuevo estudio de Forrester Research.

El estado actual de las regulaciones gubernamentales en la Unión Europea es “una mezcla que no queda clara de leyes superpuestas, contradictorias e impropias que frena las iniciativas de comercio electrónico”, afirma la consultora. Forrester denomina al método en el que actualmente el comercio electrónico está regulado como un “mosaico legal” de reglas incompatibles. Si se quiere realmente que el comercio electrónico sea un modelo viable de negocio, los gobiernos europeos necesitan cooperar entre ellos para realizar una única regulación sobre la materia y deben establecer un sistema de colaboración entre los sectores públicos y privados, según Forrester. En un sondeo realizado entre las 50 empresas más importantes de Europa, la consultora ha encontrado que dos tercios de las compañías creen que la regulación actual no es efectiva e incluso que va en detrimento del desarrollo del comercio electrónico en sus regiones. Si la Unión Europea no actúa rápidamente para crear un plan único sobre el comercio electrónico, se corre el riesgo de que el valor potencial de la economía europea basada en Internet se reduzca en un tercio en el 2003, según la consultora. Además, Forrester considera que, a la hora de llevar a cabo estas normativas, uno de los factores importantes que los gobiernos deben recordar es que los negocios necesitan ser involucrados en el proceso, afirma la consultora.

La consultora reconoce que los gobiernos están trabajando duro para llevar a cabo iniciativas que regulen el comercio electrónico en Europa, en opinión de Teherese Torris, directora del área de análisis de nuevos medios europeos de Forrester. El problema es que estos mismos gobiernos no están formulando acuerdos entre ellos y no están abriendo las puertas a la participación de las empresas privadas. Mientras, las compañías europeas se están quejando sobre la regulación tan dura sobre Internet, aunque algunas de ellas están en estos momentos tomando parte en el proceso de elaboración de las normas, según esta misma analista.

Además, también cabe señalar que la Unión Europea necesita trabajar con los gobiernos internacionales para crear un marco global para el desarrollo del comercio electrónico porque Internet ha quebrado rápidamente las barreras mundiales, causando problemas con los impuestos, la responsabilidad y la protección de la propiedad intelectual, según afirma Forrester.

Debido a que las empresas norteamericanas tienen una mayor historia en la autorregulación, están intentando influir en las políticas europeas, afirma Torris. Esto significa que las compañías europeas necesitan ser más activas y estar más involucradas en las discusiones de los gobiernos acerca de la política sobre el comercio electrónico, o las empresas de Estados Unidos les acabarán imponiendo sus propias leyes. Sin embargo, aunque todavía existen muchas cuestiones que están sin resolver, las empresas no deben preocuparse por comenzar a ofrecer servicios de comercio electrónico en el viejo continente. En opinión de esta analista, aunque las empresas deberían empezar a actuar ahora, también deben mantener una postura abierta para posibles cambios en las políticas de esta materia.



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