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Disco de estado sólido de 2,5 pulgadas

La reducción de tamaño y precio de los proyectores ha permitido que su uso se haya extendido hasta convertirse en un periférico imprescindible en muchos sectores. Los proyectores son uno de los periféricos cuyo uso está creciendo más, y que se está introduciendo en nuevos mercados. Hace años eran exclusivos de las salas de conferencias, pero la aparición de modelos más y más compactos, ha permitido que se convierta en un elemento imprescindible en cualquier empresa. En el límite de está evolución, los modelos portátiles permiten el desplazamiento con el equipo para hacer presentaciones en cualquier lugar sin dejarnos el hombro en el intento. Por otra parte, han aparecido modelos específicamente orientados al uso doméstico, optimizados para la reproducción de vídeo para utilizarlos en la instalación de un sistema “Home Cinema”, o cine en casa.

Esquema básico
Un proyector está formado básicamente por tres sistemas: el primero es una pequeña pantalla que reproduce la imagen procedente de la fuente de entrada de vídeo que, para nuestro caso, supondremos que se trata siempre de un ordenador, si bien se pueden conectar fuentes de vídeo de todo tipo. El segundo es un sistema de iluminación de elevada potencia para que pueda generar una imagen brillante y de tamaño suficiente. El tercero es el sistema óptico, una lente que concentra y enfoca la imagen generada por los dos sistemas anteriores, ampliándola hasta el tamaño necesario.
A partir de este esquema de funcionamiento, las variaciones en cada sistema determinarán las características de cada proyector, pero principalmente son las características de la pantalla las que marcan las diferencias entre proyectores. Así, dependiendo de la pantalla utilizada se habla de tecnología DLP, 3LCD u otras.

Proyectores 3LCD
Como se intuye fácilmente, los proyectores 3LCD cuentan con tres pantallas LCD destinadas a reproducir cada uno de los componentes de color (rojo, verde y azul) de la imagen de entrada. Estos paneles de pequeño tamaño son transparentes, lo que permite que la fuente de luz les atraviese, modulándose según la imagen que contengan.
Realmente, la imagen reproducida en cada uno de los paneles en monocromática, siendo la luz la que aporta la componente de color. Puesto que la fuente luminosa es una lámpara de luz blanca, lo primero que hay que hacer es separarlas en sus componentes, para lo cual se utilizan espejos dicroicos.
Una vez que la luz (ya de color) ha atravesado los paneles LCD, se dirige a un prisma en el que se recombina para encaminarse hacia el objetivo ya como un solo haz luminoso.
Los fabricantes que apuestan por este sistema afirman que se consigue mayor riqueza de color, pues cada uno de los píxeles que forman la imagen contiene información completa de color, al recoger la de los tres paneles. Además, aseguran que se consigue más del doble de brillo en comparación con otras tecnologías, lo que permite proyectar en lugares muy iluminados o, por el contrario, utilizar lámparas de menor potencia para conseguir la misma luminosidad que otras tecnologías.
La tecnología LCD es la responsable de que los proyectores pudieran empezar a reducir su tamaño y comenzaran a popularizarse.

Proyectores DLP
DLP son las siglas de Digital Light Processing (procesamiento digital de la luz). Es una tecnología de Texas Instruments basada en un chip con millones de microespejos que conforman los píxeles de la imagen. Los espejos sólo pueden reflejar la luz, o no reflejarla, pero no tienen propiedades de tonos intermedios ni de color, es decir, sólo pueden trabajar en blanco y negro. Para crear un píxel gris se realiza un movimiento rápido del espejo. Cuanto más tiempo esté reflejando luz hacia la siguiente etapa, más claro será el gris. Con esta técnica se pueden conseguir hasta 1.024 niveles de gris.
Para conseguir el color se le hace trabajar alternativamente con rojos, verdes y azules. Para ello se utiliza una rueda de filtros denominada rueda de color, que se coloca entre la lámpara y el chip DMD (Digital Micromirror Device, Dispositivo Digital de Microespejos). Dependiendo de los colores que formen esta rueda los proyectores ofrecen diferentes prestaciones. La más sencilla utiliza tres zonas, una para cada uno de los colores primarios (rojo, verde y azul). Opcionalmente puede incluirse una cuarta zona blanca para mejorar el brillo, aunque esto puede perjudicar a la saturación y el contraste.
Para proyectar la imagen correctamente es necesario sincronizar el giro de la rueda con la señal del DMD, de manera que cada componente de color se muestre en el chip en el momento exacto en que está siendo iluminado por la luz de ese color. De este modo, la imagen realmente tiene un parpadeo, pero gracias a las propiedades de persistencia de la retina la vemos como una imagen fija y estable. No obstante, para aumentar la frecuencia de este parpadeo y que sea aún menos perceptible, hay modelos que colocan dos segmentos de cada color en la rueda (RGBRGB), de manera que se duplica la velocidad de parpadeo.

DLP con tres chips
De la combinación de las dos tecnologías anteriores surgen los proyectores DLP de tres chips. En lugar de tener una rueda de color e ir alternando la presentación de las componentes roja, verde y azul, en un solo DMD, se montan tres DMD, dedicando cada uno de ellos a un color. La luz blanca se separa en sus componentes mediante un prisma, se refleja en los espejos de los DMD y se vuelve a recombinar antes de atravesar el objetivo. Este sistema permite mostrar mayor gama cromática, pasando de los 16,7 millones de colores del DLP de un chip hasta 35 billones. Además, evita ciertos artefactos originados por el parpadeo que hemos descrito anteriormente.
Según afirma Texas Instruments, los proyectores DLP no sufren problemas de degradado del color con el uso como los LCD y también mantienen su nivel de brillo con el tiempo. Además, permiten conseguir ratios de contraste mucho más elevados que con LCD.

Proyectores LCoS
Aunque mucho menos habituales, los proyectores LCoS (Lyquid Crystal over Silicon, cristal liquido sobre silicio) son un sistema que comparte características de las tecnologías LCD y DLP. El chip, refleja la luz como los DLP, pero para hacerlo utiliza tecnología de cristal líquido como los LCD en lugar de espejos. Esto hace que se logre mayor nitidez y contraste, pero su precio es mucho más elevado.

La lámpara de proyección
El segundo sistema que hemos citado es la fuente de luz. En un proyector es necesario que la lámpara ofrezca un rendimiento de color preciso pues, en caso contrario, alteraría la respuesta de color del conjunto. Pero además es necesaria una potencia considerable, y tanto mayor cuanto mayores sean la pantalla y la distancia de proyección. Para hacerse una idea basta saber que la intensidad lumínica decrece con el cuadrado de la distancia, es decir, que al duplicar la distancia de proyección, la luz que llega hasta la pantalla no es la mitad, sino cuatro veces menos.
Utilizar una lámpara de pequeño tamaño y potencia elevada genera dos problemas: por una parte la gran cantidad de calor que hay que evacuar mediante un sistema de ventilación adecuado que, a su vez, es fuente de ruidos. En segundo lugar, la duración de las bombillas es muy reducida y, puesto que son componentes caros, suponen una elevación del coste de funcionamiento. La lámpara es un elemento que ha mejorado notablemente, au

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